Qatar levanta a Demetrio Carceller el negocio del pádel en pleno 'boom'

El empresario catarí Nasser Al-Khelaifi ha dinamitado el emergente deporte del pádel. El actual presidente del PSG y extenista profesional ha decidido lanzar este año una competición profesional en paralelo al World Padel Tour (WPT), organizadora del actual circuito desde 2014, año en que el empresario Demetrio Carceller impulsó un nuevo proyecto con el respaldo financiero del grupo cervecero Damm, del que es accionista de referencia.

El bombazo trascendió este fin de semana, pero se gestó hace un par de meses. El inversor catarí tiene todo cerrado para consumar el golpe este mismo curso: cuenta con el apoyo de la asociación profesional de jugadores (PPA), recién constituida en noviembre de 2021, y con el de la Federación Internacional de Pádel (FIP), organizadora del último mundial de este deporte celebrado también ese mismo mes en Doha, capital del emirato de Qatar.

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Y para darle forma empresarial, Al-Khelaifi se ha puesto en manos de Octagon, la filial de 'marketing' deportivo de la multinacional estadounidense Interpublic. De esta manera, el catarí pretende replicar el actual circuito profesional con las principales estrellas, en su mayoría jugadores españoles y argentinos, operación para la que necesita el aval de la FIP, que ha contribuido al cambio con la promesa de hacer olímpico este juego de raqueta.

Este domingo, el presidente de la asociación de jugadores, el español Alex Galán, número uno del mundo, remitió una carta a todos los asociados para salir al paso del comunicado que WPT envió al mismo colectivo un día antes. El organizador del circuito profesional, al cual están vinculados los deportistas hasta 2023, había mantenido negociaciones para la renovación de los contratos, aunque en paralelo el proyecto de Qatar ofrecía más dinero y negocio.

En ese comunicado, Galán reconoce la existencia de una oferta vinculante, sin referirse explícitamente a Qatar y Octagon, para desarrollar un nuevo circuito bajo los auspicios y verificación del movimiento federativo internacional. A la vez, reprocha a WPT su modelo para gestionar este deporte (en pleno auge internacional) y su relación con los jugadores, hasta el punto de entender que este nuevo circuito trabaja por la libertad del pádel.

Salto internacional

El 'boom' de este deporte de raqueta trasciende más allá de España, donde ya es el segundo más practicado, por detrás del fútbol. Esta última temporada, WPT ha celebrado torneos en Suecia, México y Argentina, y esta temporada tendrá pruebas por primera vez en EEUU, donde arranca la competición, Francia, Italia, Dinamarca y Bélgica, además de otra en Dubái. En total, 22 torneos, de los cuales nueve tendrán lugar en España y el resto, en diferentes países.

Una prueba palpable del dinero que empieza a moverse en torno al pádel tiene que ver con la llegada de inversores institucionales. La propia WPT firmó la pasada primavera un acuerdo con el fondo Rucio Investments para entrar en el capital y en el consejo de administración de Setpoint Events, la compañía a través de la cual Carceller gestiona el circuito profesional, y apoyar el proceso de internacionalización del negocio tras el parón por la pandemia.

También el año pasado, WPT y FIP sellaron un acuerdo para ampliar el número de pruebas y unificar sus criterios para elaborar los 'rankings'. Sin embargo, el golpe estaba ya germinando. Algo parecido a lo que Carceller consumó en 2014, tras participar antes como socio comercial del primer circuito profesional organizado por Pádel Pro Tour y la Asociación Profesional de Jugadores de Pádel (AJPP) en 2008. Revisando el pasado, Al-Khelaifi no debe sentirse culpable.