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La emprendedora que se inspiró en un grupo japonés y ahora fabrica antioxidantes para Coca-Cola

Hacia un futuro mejor

Jaime López

BTSA fabrica antioxidantes naturales y vitamina E para gigantes de la alimentación como The Coca-Cola Group, Pepsico, Bimbo o Nestlé, y de la cosmética, como Nivea, Chanel o L'Oréal

La cofundadora y presidenta de la biotecnológica BTSA, Ana Ugidos, ha tenido que levantar su empresa dos veces. La primera vez en 1994, cuando creó la compañía y los antioxidantes naturales para la industria de alimentación y cosmética eran todavía un negocio incipiente. Y por segunda vez hace apenas dos años, cuando un incendio hizo colapsar la fábrica y los almacenes de su empresa.

Situada en el municipio de Alcalá de Henares (Madrid), y con presencia en Estados Unidos, México y Brasil, el inicio de BTSA Biotecnologías Aplicadas fue una apuesta a contracorriente. En un momento en el que los bajos costes de los aditivos sintéticos pesaban más que los beneficios de los ingredientes naturales, Ugidos se inspiró en la multinacional japonesa para la que trabajaba como responsable de producto en España. “A las empresas al principio les importaba menos utilizar componentes sintéticos que naturales. El problema era la falta de estudios o pruebas de laboratorio que demostraran que la vitamina E era un buen antioxidante natural”, señala. “Nuestra primera operación fue crear un laboratorio para poner a prueba el producto, y ya luego empezamos a comercializarlo”.

La fundadora explica que por aquellos años hablar de las bondades de los aditivos naturales era “predicar en el desierto”, pero que hubo un cambio de mentalidad a partir del año 2000. La directiva europea del año 1995 que restringía el uso de edulcorantes y colorantes artificiales y potencialmente dañinos en la industria fue un punto de inflexión (ya derogada por el Reglamento 1333/2008). “Hemos tenido la suerte de que el mundo ha ido por ahí. No fue solo una corazonada, sino casi una premonición”, dice esta empresaria licenciada en Farmacia.

“Mientras que en la Unión Europea se han endurecido las normas en el uso de los antioxidantes artificiales, la legislación en Estados Unidos es todavía más permisiva en algunas de sus aplicaciones”, añade.

Materia sobrante para producir biodiésel

La principal materia prima que la biotecnológica emplea en sus productos es un extracto del aceite de girasol y soja; oleaginosas que proceden en su mayoría de Estados Unidos y América Latina. Para su refino, utiliza gigantescos alambiques digitales, que mediante cambios físicos en la temperatura y la presión extraen la vitamina E sin usar disolventes o productos químicos. La materia prima sobrante es vendida y reutilizada para la producción de biodiesel.

Entre las multinacionales con las que trabajan destacan las principales de la industria de la alimentación, como The Coca-Cola Group, Pepsico, Bimbo, Nestlé, Mercadona, o Quaker Oats Company. También conocidas empresas de cosmética y belleza, como Nivea, Chanel, L'Oréal o L’Occitane.

“Las galletas Flora y Tulipán, de Unilever, y las magdalenas Bella Easo (ahora propiedad de Bimbo) fueron nuestros primeros clientes. Y luego ya pasamos al mercado europeo”, recuerda Ugidos sobre los inicios de la empresa.

La empresa exporta el 80% de su producción a 53 países. Cuenta con filiales en Estados Unidos y próximamente en Brasil

“Trabajamos con las principales firmas de cosmética y belleza de todo el mundo, pero las cantidades de antioxidantes que se utilizan en cada industria varían mucho”. Pone como ejemplo las cremas hidratantes: “Con 50 gramos de antioxidantes tienes para tres meses en cosmética, mientras que la misma cantidad para la mantequilla de unas galletas o para el pienso de una mascota se las comen en una mañana”.

La compañía actualmente exporta el 80% de su producción a 53 países. Cuenta con filiales en Estados Unidos y próximamente en Brasil, así como una oficina comercial en México. “Se tratan de antioxidantes naturales y vitamina E totalmente personalizados para cada uno de nuestros clientes. Los procesos para su desarrollo son largos, entre seis meses y un año. Durante este periodo se realizan numerosos ensayos y pruebas en los laboratorios para comprobar la calidad y eficacia”, concreta.

Objetivo: facturar más del doble en tres años

La empresa factura actualmente entre 19 y 20 millones de euros, que prevé aumentar hasta los 50 millones de euros en 2025. La industria alimentaria y la cosmética suponen un 40% de su negocio, respectivamente, mientras que los nuevos productos diseñados para animales —tanto comida para mascotas como piensos— representan el 20% restante.

Los principales competidores de esta pyme española son grandes conglomerados internacionales: la alemana del sector químico BASF, y las estadounidenses ABM y BSM. “A pesar de nuestro tamaño, queremos convertirnos en un referente mundial de antioxidantes en cosmética y alimentación humana, y luego uno de los más importantes en alimentación animal. Nos adaptamos muy bien a las necesidades de las firmas de belleza y cosmética, y nuestro producto funciona francamente bien”.

Para apuntalar su plan de negocio en los próximos años, BTSA espera crecer de manera orgánica e inorgánica, con la compra y adquisición de alguna otra empresa de la competencia. Para ello ha recurrido a la ayuda de Banco Santander: “Gracias a esta financiación hemos podido solucionar muchos de los problemas que nos hemos encontrado por el camino”, ultima su cofundadora.

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