Calviño da una vida extra a los bancos con la opción de alargar la carencia de los ICO

Los bancos españoles tendrán una bala en la recámara para el temido 'efecto acantilado' de 2022. El Gobierno ha decidido incluir la opción de que se amplíe el periodo de carencia de los créditos ICO (Instituto de Crédito Oficial) en su última reforma de los avales, aprobada en el Consejo de Ministros del martes. Las entidades financieras podrán acordar con sus clientes una nueva prórroga del pago de estas líneas hasta el 1 de junio de 2022.

"Las entidades y los deudores podrán acordar en todo caso la ampliación de los plazos de carencia de la operación, debiendo comunicar la entidad asimismo al ICO, Cesce o Cersa dicha ampliación en la fecha máxima del 1 de junio de 2022", expone la norma.

De este modo, las entidades podrían aprovechar para pactar más carencia con clientes con dificultades y evitar, de este modo, parte del golpe que se prevé para la próxima primavera. Al Ejecutivo también le viene bien esta medida, ya que cuanto más tarde en aflorar el agujero de estas financiaciones más tarde tendrá que ir asumiendo el déficit que le supondrá.

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Todos los expertos coinciden en que el momento clave es mediados del próximo año. Así, la mayor parte de los 121.700 millones que las entidades financieras distribuyeron con aval del ICO se hicieron durante los meses duros del covid-19, entre abril y junio de 2020. Estos créditos contaban inicialmente con un plazo de cinco años y 12 meses de carencia.

Pocos meses después, el Gobierno decidió ampliar el periodo en que las empresas y pymes no tienen que devolver el principal hasta 24 meses, siempre que lo solicitara el cliente. También se amplió la posibilidad de que los préstamos se alarguen hasta ocho años —plazo que se volvió a alargar hasta 10 años—. Dos opciones a las que se acogieron 387.000 préstamos, un 43% del total, representativos de un 50% de la financiación —en torno a 60.000 millones—, según datos del ICO.

Condiciones actuales

Ahora, tanto estos créditos como el resto de los que se fueron concediendo y que siguen en periodo de carencia podrían ampliar este plazo. En el sector financiero, se interpreta que como máximo podría ser 12 meses más, aunque desde Economía explican que el plazo de carencia no tiene límites —más allá del vencimiento del préstamo— y que es el que pacten banco y cliente.

Esta medida ha acompañado los cambios que anunció el Gobierno el martes, que prorrogan también hasta el 1 de junio de 2022 la posibilidad de pedir nuevas líneas ICO-covid, y amplía los plazos del Código de Buenas Prácticas: hasta junio, la conversión de préstamos en participativos, y hasta mediados de 2023, la opción de solicitar quitas.

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Fuentes supervisoras consultadas muestran su preocupación por esta nueva ampliación de plazos, que puede suponer una "nueva patada hacia delante" de la banca a la hora de reconocer el agujero de la crisis. El BCE (Banco Central Europeo) y el Banco de España llevan meses discutiendo con las entidades la necesidad de que se refuercen las provisiones y se han negado a dejarles liberar dotaciones, al menos en España, hasta que pase la prueba de la próxima primavera.

"El volumen de las operaciones ICO vinculadas a clientes con algún préstamo problemático [sobre el total de financiación de que dispone, no solo las operaciones ICO] ha aumentado significativamente para sociedades no financieras. La elevada presencia de señales de deterioro crediticio en los clientes con aval ICO sugiere que el riesgo de las operaciones podría materializarse en mayor medida una vez el periodo de carencia expire", expone el último 'Informe de estabilidad financiera' del Banco de España.