Amancio Ortega acelera su sucesión ante el desgaste de la familia con Pablo Isla
El nuevo consejero delegado, Óscar García Maceiras, sin experiencia como gestor empresarial, fue fichado hace menos de un año para ser el secretario general del consejo
La familia que manda unida permanece unida. El nombramiento de Marta Ortega como presidenta de Inditex ha tomado cuerpo, aunque no como estaba previsto, ni en el tiempo ni en las formas. Un hecho relevante a primera hora del martes informó sobre la salida de Pablo Isla al frente de la compañía tras 17 años como máximo ejecutivo, así como la del consejero delegado, Carlos Crespo, nombrado en 2019 y reubicado en su anterior responsabilidad, además de otros cambios relevantes en el cuadro de mando del gigante textil de Arteixo.
Tras casi dos décadas en las filas de Inditex y con el reconocimiento de haber sido el mejor consejero delegado del mundo, Isla compareció ante los analistas para despedirse con una intervención de poco más de 10 minutos acompañado por Óscar García Maceiras, el nuevo consejero delegado, un brillante y reconocido abogado del Estado sin experiencia como gestor que forma parte de la compañía desde hace menos de un año, a donde llegó por prescripción de Antonio Abril, el secretario del consejo de administración al que relevó.
El proceso de sucesión estaba en marcha. Quedó de manifiesto el pasado verano, cuando Marta Ortega se presentó en sociedad ante la comunidad inversora a través de un medido y comentado reportaje en el suplemento dominical del diario financiero 'The Wall Street Journal'. Ella trasladó un mensaje claro: “Estaré donde la compañía me necesite más”. Y Pablo Isla, que también tuvo voz en el trabajo periodístico, lejos de arropar el perfil de la heredera con un comentario protocolario o incluso elogioso, quedó retratado por una afirmación (“Tiene opiniones fuertes sobre muchas cosas diferentes”) tan potencialmente positiva como negativa.
Pese al esfuerzo corporativo por guardar las formas en esta fecha histórica, nadie ha podido negar lo evidente: la sucesión ha sido precipitada. Ni tampoco las implicaciones de fondo que tiene la salida de Isla, una figura clave en la historia de éxito de Inditex, pero cuyo desempeño venía siendo rebatido por el núcleo familiar de la compañía, representado por las figuras de Flora Pérez Marcote, mujer de Amancio y madre de Marta, con puesto en el consejo en representación de Pontegadea (accionista mayoritario), y de la mano derecha del empresario gallego, José ‘Pepe’ Arnau, vicepresidente de la compañía y responsable de su oficina familiar.
El desgaste en la relación se remonta tiempo atrás y tiene diferentes motivaciones. Una afectaba a la propia dinámica de gobernanza, con Isla ejerciendo de presidente y consejero delegado desde 2011, apoyado en un reducido comité de dirección de perfiles corporativos. Esa estructura se cambió en 2019 con el nombramiento de un consejero delegado, que no dejaba de ser un director general con poderes, procedente de la casa, pero de ningún área de negocio, pues había estado toda su carrera en financiero y de auditoría (ex Arthur Andersen, como Pepe Arnau) y hasta su promoción solo llevaba un año como responsable de Operaciones.
Otro punto de desencuentro, acentuado por la pandemia, atañe a cuestiones de negocio. Pese a la consolidación de Inditex como campeón del sector textil y su adaptación a la economía digital, Isla defendía llevar al precio del producto ese coste de transformación, en permanente desarrollo. Defender márgenes implicaba trastocar aspectos fundacionales de Inditex como referente del mundo ‘retail’: moda asequible con gran rotación. Mientras, la tesis opuesta prefería sacrificar rentabilidad para mantener cuota como líder del mercado, convencidos de que alejarse del formato original de éxito implica más riesgos que la digitalización del negocio.
Y así las cosas, con el 'shock' por la crisis sanitaria aún reciente, nunca llegaba el momento adecuado para el cambio. Los retos de Inditex son constantes, pero, a medida que la heredera cumplía fases dentro y fuera de la compañía, convenía ejecutar un relevo de esta magnitud con Amancio (85 años) al frente. En ese contexto, como explican desde A Coruña, la identificación de García Maceiras por parte de Arnau (un nuevo Isla, pero gallego) como potencial compañero de viaje para Marta ayudó a acelerar los plazos, a pesar de que la hija carece de experiencia en el consejo y el nuevo consejero delegado de credenciales como gestor.
Para suplir todo eso, Inditex se ha dotado de una nueva estructura de mando. La nueva presidenta no ejecutiva y el CEO estarán acompañados por un comité de dirección al que se han incorporado como figuras clave los responsables negocio, entre los cuales están Oscar (Zara) y Jorge Párez Marcote (Massimo Dutti), tíos de Marta, y Pablo del Bado (Pull&Bear), un ejecutivo de la casa considerado como un hijo ‘profesional’ del propio Ortega, a quien acompaña desde 1979. Más familia para arropar a la heredera como presidenta, aunque eso pueda implicar una percepción negativa por parte del mercado, que ayer hizo caer la cotización un 6%.
Y, aunque español más rico tenía un plan para una decisión tan trascendente, como aseguran desde su entorno, la ejecución ha sido accidentada. Hasta hace unos meses, el propio García Maceiras no sabía que formaba parte de esa ecuación que estaba resolviendo Arnau, ya abierta desde la solución intermedia que supuso el nombramiento del consejero delegado. Y, mientras, Flora apremiaba para que Marta asumiera el rol presidencial de Amancio, que nunca soltó del todo, en línea incluso con el deseo de Carlos Torretta por convertirse en ‘presidente’ consorte. Demasiados actores en liza como para que Isla disimulara en caso de filtración.
La familia que manda unida permanece unida. El nombramiento de Marta Ortega como presidenta de Inditex ha tomado cuerpo, aunque no como estaba previsto, ni en el tiempo ni en las formas. Un hecho relevante a primera hora del martes informó sobre la salida de Pablo Isla al frente de la compañía tras 17 años como máximo ejecutivo, así como la del consejero delegado, Carlos Crespo, nombrado en 2019 y reubicado en su anterior responsabilidad, además de otros cambios relevantes en el cuadro de mando del gigante textil de Arteixo.
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