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De la empresa digital a la inteligente: claves para lograr una transformación
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REPENSANDO EL FUTURO

De la empresa digital a la inteligente: claves para lograr una transformación

Ya sea una compañía consolidada o una 'startup', este paso ayuda a acelerar la disrupción impulsada por datos y la automatización de procesos, así como lanzar nuevos modelos de negocio

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La cadena estadounidense de comida mexicana Chipotle, con más de 2.800 restaurantes, triplicó sus ventas durante la pandemia gracias a asistentes inteligentes, nuevas plataformas digitales de finanzas y logística y un reparto robotizado. La compañía española Strands consiguió crear soluciones de gestión de finanzas personales para bancos de todo el mundo gracias a la computación en la nube y la inteligencia artificial (IA). La pandemia nos dejó claro que la única opción era digitalizarse, pero eso ya no es suficiente: la empresa debe ser inteligente.

Una compañía inteligente es aquella que utiliza las últimas tecnologías para convertir la información estratégica en acción y en tiempo real. Como resultado, puede acelerar la disrupción impulsada por datos y la automatización de procesos, lanzar nuevos modelos de negocio o brindar experiencias inusuales a sus clientes. Este proceso permite la transformación de grandes empresas ya consolidadas, como Chipotle, o emprender nuevos negocios, como hizo Strands.

"Cada minuto los consumidores generan dos millones de vídeos y llamadas, además de transmitir 400.000 horas de vídeo en Netflix"

Con la relevancia que la tecnología está teniendo en la vida de las personas, especialmente acelerada estos últimos dos años, "ya no hablamos de un negocio digital como algo futuro, sino que la realidad es que integran lo físico y lo digital a conveniencia de los clientes", explica David Villaseca, que lidera proyectos de transformación digital desde Silicon Valley, es board member de la Cámara de Comercio California-España y director en ESIC Business & Marketing School.

Vivimos una auténtica revolución por la convergencia de tecnologías de computación, los datos masivos y la IA, "cada minuto los consumidores generan dos millones de vídeos y llamadas, comparten 150.000 mensajes en Facebook y transmiten 400.000 horas de vídeo en Netflix; todos los ámbitos se están transformando y los que no se adaptan corren el riesgo de perder competitividad", prosigue. Ante esto, triunfa el enfoque de la empresa inteligente, que integra en su estrategia de negocio y en su operativa estas nuevas soluciones tecnológicas y de información de una forma colaborativa para crecer con eficiencia.

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En 2020, las compañías que empezaron a implantar las tendencias tecnológicas que preveían los gurús, como el internet de las cosas o el trabajo colaborativo, dieron un salto cualitativo respecto a las que las dejaron aparcadas para más adelante. Según las principales consultoras y ‘think tanks’ del sector de la tecnología, como Accenture, Forbes, Gartner y MIT, entre otras, la innovación y los negocios en este 2021 están dirigidos al 5G y la conectividad mejorada, el IoT o el desplazamiento colectivo (nuevas formas en que las marcas interactúan con las personas). También a la IA, la revolución 'as a service' (servicios que necesitamos para vivir y trabajar a través de plataformas bajo demanda basadas en la nube) o la centralidad en la persona u organización gracias a la nube. Y sí, casualmente, estas tendencias entran en la definición de empresa inteligente.

Entonces, ¿qué aportan todas estas tecnologías a las compañías? En primer lugar, resultan ser empresas más abiertas, puesto que operan en una economía de red conectándose con otras organizaciones dentro de su cadena de valor. También son capaces de intercambiar datos, entenderlos e interrelacionarlos; comprender indicadores; llevar a cabo transacciones más fluidas entre sí; rediseñar procesos de trabajo, así como ofrecer métricas claras a los ejecutivos para tomar decisiones, entre otras. Del mismo modo, esta automatización de procesos y minimización de tareas provoca, además una reducción de consumo energético y, por tanto, un menor impacto ambiental.

¿Cualquier empresa puede ser inteligente?

"Empresas de cualquier tamaño y sector pueden ser inteligentes, tanto las consolidadas como las ‘startups’. Para lograrlo, necesitan combinar tres requisitos", apunta Villaseca. Lo que primero, tener un enfoque analítico en todas las áreas de la organización. Este sirve para gestionar de una forma estratégica y ética sus datos y aplicar soluciones inteligentes para estos, porque "los datos son el nuevo oro y exigen un apoyo estratégico por parte de los consejos de administración y los comités de dirección".

En segundo lugar, con este conocimiento, es necesario crear experiencias relevantes para empleados y clientes; y que estas tengan un matiz humano. Y, finalmente, potenciar el talento digital y analítico en todas las áreas de la empresa, es decir, desarrollar las capacidades de todos los equipos, desde recursos humanos a ‘marketing’, pasando por operaciones o finanzas. La formación de ese talento pasa por desarrollar nuevas capacidades específicas, como la gestión ágil, la innovación basada en tecnología o la ciberseguridad.

En definitiva, una empresa inteligente es capaz de innovar, crecer y poner al servicio de sus clientes y empleados los beneficios de las nuevas tecnologías. A partir de las necesidades y usos de sus usuarios, puede crecer al ofrecerles experiencias físicas o digitales valiosas (y de forma rentable).

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La cadena estadounidense de comida mexicana Chipotle, con más de 2.800 restaurantes, triplicó sus ventas durante la pandemia gracias a asistentes inteligentes, nuevas plataformas digitales de finanzas y logística y un reparto robotizado. La compañía española Strands consiguió crear soluciones de gestión de finanzas personales para bancos de todo el mundo gracias a la computación en la nube y la inteligencia artificial (IA). La pandemia nos dejó claro que la única opción era digitalizarse, pero eso ya no es suficiente: la empresa debe ser inteligente.

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