Starwood negocia en exclusiva comprar Estel, sede histórica de Telefónica en Barcelona

Recta final para que uno de los inmuebles más singulares de Barcelona cambie de manos. Se trata del Edificio Estel, histórica sede de Telefónica en la Ciudad Condal, que tras más de un año en busca de comprador está a punto de llegar a un acuerdo con Starwood Capital para cerrar la transacción en el entorno de los 120 millones.

Según ha confirmado este medio con varias fuentes conocedoras, el gigante estadounidense está negociando en exclusiva el cierre de la operación, después de que los actuales propietarios, los empresarios indios Dinesh Gidwani y Jairam Mangharam Gidwani, hayan renunciado a promover el mayor complejo de viviendas de lujo de Barcelona.

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Como adelantó El Confidencial, Fiscalter Inversiones 2013, sociedad a través de la cual los Gidwani adquirieron el proyecto, puso oficialmente en venta este inmueble en octubre del año pasado, cuando encargó a Savills organizar un proceso formal de venta, con un precio de partida de 150 millones de euros y la idea, todavía, de promover pisos de 'alto standing'.

Sin embargo, como destapó ayer 'La Vanguardia', Fiscalter empezó el pasado verano a trabajar con la idea de que el inmueble volviera a ser de oficinas y puso en marcha un nuevo proceso que, según la fuentes consultadas, despertó el interés de gigantes como Lone Star, Marathon, Freo, Bain o Starwood.

La elección de este último para negociar en exclusiva el cierre de la operación habría sido esta misma semana y, si llegan a buen puerto las conversaciones, el activo se incorporará a la nueva filial de oficinas que ha lanzado Starwood bajo la marca Kudos. Este medio ha intentado confirmar la información con el fondo, pero un portavoz oficial ha declinado realizar comentarios.

Los 120 millones de euros que habría ofrecido Starwood por el Edificio Estel estarían en línea con la inversión realizada por los Gidwani en la compra del inmueble, un activo que compraron en dos fases. La primera fue de la mano de Platinum Estates, otro vehículo de capital indio, junto a quien supieron aprovechar las rebajas de la anterior crisis económica para comprar este inmueble a Carlyle por 56 millones de euros y con la idea de convertirlo en hotel.

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Sin embargo, la moratoria hotelera aprobada por el Gobierno de Colau echó por tierra estos planes, que pasaron a engrosar el cajón del olvido de otros emblemáticos proyectos como el Four Seasons, que se proyectó en la antigua sede del Deutsche Bank, o el Hyatt, que esperaba haber albergado la Torre Agbar.

Entonces, el proyecto giró hacia el residencial de lujo y Platinum logró despertar el interés de la inmobiliaria catalana Corp, que ofreció adquirir el proyecto por 165 millones. Ante este nuevo escenario, los Gidwani igualaron la valoración y compraron la participación de su socio, pasando así a controlar la totalidad del inmueble.

Los 120 M ofrecidos por Starwood estarían en línea con la inversión acumulada de los Gidwani

Corría el año 2018 y entonces tenían una licencia para hacer hasta 421 pisos y 575 plazas de garaje, además de una galería comercial. Sin embargo, una inspección del Ayuntamiento de Barcelona concluyó que estaban llevando a cabo trabajos no amparados por la licencia, lo que llevó a paralizar el proyecto.

Cuando consiguió reanudar las obras, ya con una nueva licencia, Fiscalter tuvo que cercenar en una tercera parte el número de viviendas, con lo que la promoción quedó reducida a 277 hogares, es decir, 144 pisos menos de los inicialmente previstos. A pesar de ello, fueron muchos y diversos los inversores interesados en adquirir el proyecto, hasta que el estallido de la pandemia volvió a sacudir sus cimientos y los Gidwani optaron, definitivamente, por vender el edificio como proyecto de oficinas.