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Jóvenes y ciencia en el campo: así combate esta empresa la despoblación rural

Hacia un futuro mejor

por Marta de Orbe

Flor de Doñana Organic produce frutos rojos ecológicos en el entorno del Parque Nacional de Doñana. La mayor parte de sus 600 trabajadores son mujeres jóvenes

Hace ahora 20 años, Juan María Rodríguez Barrero, CEO y fundador de Flor de Doñana Biorganic, decidió emprender un proyecto agrícola en su tierra natal, Almonte, para producir cultivos de frutos rojos completamente ecológicos, que fuesen compatibles con el modelo de desarrollo y sostenibilidad de su entorno, el Parque Nacional de Doñana.

Este espacio protegido, con una biodiversidad única que le hace ser la mayor reserva ecológica de Europa, además de ser Patrimonio de la Humanidad desde 1994, ha sido la causa principal que dirigió a esta empresa hacia una producción agrícola 100% ecológica. “Doñana es nuestra tierra, el lugar de nuestros antepasados y un espacio natural único en el mundo. Por eso decidimos apostar por la agricultura 100% ecológica, la única completamente respetuosa con este entorno que sentimos como nuestro”, reconoce Juan María.

Desde su primera campaña en 2001, la empresa comenzó con el cultivo orgánico de fresas poniendo mucha atención en el aprovechamiento sostenible de la tierra y en la protección de los recursos naturales. Más adelante trabajaron otra clase de bayas, como las moras, los arándanos o las frambuesas y otros cultivos como higos y granadas. Así fueron consolidando un equipo de trabajadores jóvenes y dinámicos en el que se combina la sabiduría tradicional con el conocimiento científico más puntero. De este modo los conocimientos adquiridos por tradición familiar, transmitidos de generación en generación, se refuerzan con los últimos avances tecnológicos que han llegado al campo, como los programas exhaustivos de riego, el ensayo de variedades, el uso de la fauna auxiliar y otros adelantos alcanzados gracias a avanzados estudios sobre agricultura biológica.

“Desde el primer momento tuve claro que seríamos una empresa que aportaría valor a la sociedad almonteña”. Con esta premisa Juan María ha creado un equipo de 600 trabajadores, en los que 580 son del municipio y en el que se fomenta la conciliación familiar, el principio de igualdad (con un 80% de mujeres en la plantilla) y las relaciones justas entre trabajadores.

Los conocimientos adquiridos por tradición familiar, transmitidos de generación en generación, se refuerzan con los últimos avances tecnológicos que han llegado al campo

Gracias a estas directrices, la empresa se convierte en apoyo sustancial para la fijación de la población rural, a la que permite poder quedarse en su pueblo y desarrollar su carrera profesional, conciliándola con su vida familiar y regenerando la actividad social y económica de la zona. “Somos una empresa socialmente justa y unos de los motores económicos del pueblo de Almonte donde amigos, familiares y vecinos tienen una oportunidad laboral que les permite no tener que abandonar el pueblo”, recalca Juan María.

Hoy en día esta compañía se ha posicionado como la única de la comarca dedicada 100% al cultivo ecológico de bayas y en una de las pocas que ya práctica la agricultura regenerativa , “un paso más dentro de la agricultura ecológica, en la que se busca una retroalimentación entre la fauna, la flora y las personas de un entorno, explica Juan María. De este modo en las fincas reservadas a la agricultura regenerativa, los animales forman parte del proceso de cultivo, sus excrementos sirven de abono y algunas especies se encargan de eliminar de manera natural las plagas.

Además, la empresa cuenta con su propio “Plan de Gestión de Conservación del Medio Ambiente”, con el que trabajan para reducir su huella de carbono, optimizar los recursos naturales de agua y sol y respetar el paisaje de la zona.

Un mercado en alza

La venta y consumo de frutos rojos está más de moda que nunca. Aunque en nuestro país su consumo, principalmente por su elevado precio, no era tan habitual, en los últimos años está creciendo exponencialmente, gracias a la reducción en los costes de su producción y a los nuevos métodos de venta online. Un ejemplo de ello es la ‘e-shop’ con la que cuentan desde 2017: “Antes nos era más sencillo vender en Suecia que en Burgos”, comenta Juan María. Ahora con solo un click pueden hacer llegar sus bayas ecológicas a la mesa de cualquier hogar español.

Flor de Doñana Biorganic es una empresa en constante crecimiento, “nosotros siempre estamos buscando nuevas variedades de cultivos, adquiriendo nuevas fincas e investigando en los avances que puedan hacer nuestras producciones aún más sostenibles”. Por ello entre algunos de los proyectos más relevantes que tienen para los próximos años están la optimización de la energía solar para reducir su huella de carbono, su objetivo ‘Freeplastick 2022’ con el que pretenden conseguir que todos sus ‘packaging’ y materiales sean biodegradables y con 0 plásticos, y un nuevo sistema de riego a demanda, en el que serán pioneros, según explica el CEO, y con el que cada planta marcará la cantidad de agua que verdaderamente necesite.

Pero para seguir con estos avances dentro de la agricultura sostenible, como nos cuenta Juan María, “necesitábamos una entidad que creyera en nuestro crecimiento y la encontramos en Banco Santander que, con su apoyo diario y su total cercanía y familiaridad se ha convertido en un miembro más de nuestro equipo”. Gracias a su apoyo, su crecimiento empresarial y su consecución de objetivos se acelera: “lo que íbamos a tardar en realizar cinco años ahora lo conseguimos en dos”, concluye. Para ello, recibió el acompañamiento del Fondo Santander Smart, que continúa a día de hoy.

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