Hidalgo ficha al CEO de Rosauro Varo para rescatar Air Europa ante el fracaso con Iberia

La familia Hidalgo no se va a quedar de brazos cruzados ante la más que segura probabilidad de que la integración de Air Europa con Iberia sea imposible por las reticencias de la Comisión Europea. Según han confirmado fuentes próximas a las negociaciones, Javier Hidalgo ha fichado a Pablo Ferre, consejero delegado de GAT Inversiones, el 'holding' de Rosauro Varo, con el que mantiene una estrecha relación. Su misión es buscar una solución privada para Air Europa ante la inminente ruptura con la aerolínea de IAG y para sacar a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) del consejo de administración.

Ferre es la persona que une a Javier Hidalgo y a Rosauro Varo, ya que fue el ejecutivo que gestionó la inversión de ambos en Pepephone. Allí ocupó el cargo de director financiero y fue miembro del consejo de administración del operador de telecomunicaciones, que fue vendido por los dos jóvenes empresarios a MásMóvil por 160 millones de euros. Tras esta gran transacción, Hidalgo se centró en Globalia y Varo en la gestión de sus inversiones a través de GAT, un 'holding' con el que toma participaciones en el sector inmobiliario, la restauración, la tecnología y las finanzas.

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La relación de ambos ha sido muy fluida hasta la fecha, como reflejan las recientes reuniones mantenidas en Madrid. Entre otras cosas, para resolver la devolución precisamente a MásMóvil de 10 de los millones ingresados tras una sentencia judicial. Los dos invirtieron parte de aquellos beneficios en Telefónica, con cuyo presidente, José María Álvarez-Pallete, tienen un vínculo estrecho. Esta buena sintonía llevó a Varo a ser nombrado consejero y vicepresidente de Prisa, de la que la operadora tiene el 8,5% del capital.

Según estas fuentes, Ferre va a ocupar el puesto que ha dejado Miguel Ángel Sánchez, director general de Globalia, ahora encargado de pilotar la fusión de Halcón Viajes con B The Travel Brand, la agencia de la familia Barceló. Pero otras apuntan a que su función principal es salvar Air Europa, la filial del grupo, que también agrupa a la cadena de hoteles Be Live y la empresa de 'handling' Groundforce. Las pérdidas de 427 millones registradas en 2020 y los cerca de 300 millones de números rojos con los que prevé acabar el año en curso hacen que la aerolínea sea el mayor riesgo del 'holding' de los Hidalgo, que antes de la pandemia facturaba 4.100 millones.

De hecho, Air Europa tiene ya un patrimonio negativo de más de 500 millones, situación de quiebra técnica que solo se podría solucionar si Iberia lleva a cabo la adquisición firmada a principios de este año por 500 millones. Pero el acuerdo está a punto de romperse por las condiciones que ha impuesto la Comisión Europea, que en su reciente informe sobre la operación exige al comprador ceder un buen número de rutas rentables, como las que unen Madrid con Miami y Nueva York. Unos ‘remedies’ que 'de facto' paralizan la fusión.

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Las autoridades de competencia de Bruselas han tomado como referencia para medir el impacto de la transacción en la oferta comercial el tráfico aéreo de 2019, cuando Iberia y Air Europa operaban al máximo de su capacidad. Aunque las dos aerolíneas han tratado de convencer a la Comisión de que esas cifras ya no se corresponden a la realidad impuesta por el covid-19, en Bruselas consideran que si aprueban la integración, Iberia tendrá una posición dominante en el mercado cuando la aviación recupere sus niveles normales.

En busca de un inversor

Ante esta situación, que se oficializará en las próximas semanas —disponen de un mes para las alegaciones—, los Hidalgo han decidido activar un plan ajeno a Iberia y a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que les ha concedido 475 millones para evitar su quiebra. De esa cantidad, 240 millones son en forma de préstamo participativo, que si se descarta totalmente la fusión, se podrían convertir en capital. De esa manera, el Estado sería el principal dueño y accionista de Air Europa.

Los Hidalgo quieren evitar este desenlace a cualquier precio, sobre todo por la tensa relación con los tres consejeros impuestos por la SEPI en el consejo y el consejero delegado, Valentín Lago, designado a dedo por el organismo público con la oposición de la familia. La situación es tan tensa que Pepe Hidalgo, el patriarca de la familia y presidente de Globalia, no mantiene relación alguna con el que es el primer ejecutivo de la aerolínea.

Para ello, Ferre, que ya ejerce su rol en el 'holding' turístico, se ha puesto en busca de un fondo que inyecte capital a Air Europa, de tal forma que la familia fundadora pueda mantener la propiedad de las acciones. De conseguirlo, los Hidalgo, una vez se estabilice la situación, se recupere el tráfico aéreo (la compañía solo está operando al 45%) y apliquen un duro plan de reestructuración, buscarán una nueva alianza con una aerolínea internacional de mayor tamaño como Air France-KLM. El competidor de origen francés y holandés con el que ya mantuvo negociaciones para una fusión hasta la aparición de Iberia.