El Corte Inglés vende dos joyas inmobiliarias en Madrid y Barcelona por 400 millones

El Corte Inglés acelera la transformación de su red de puntos de venta para quedarse solamente con centros comerciales que son rentables. Por ello, además de transformar algunas tiendas en 'outlet', el grupo de distribución ha puesto a la venta dos edificios emblemáticos en el centro de Madrid y de Barcelona. Según fuentes próximas a las negociaciones, el 'holding' busca compradores para Puerta del Ángel, en la Ciudad Condal, y el inmueble de Puerta del Sol 10. Unas operaciones por las que pretende ingresar unos 400 millones de euros en los próximos meses.

Javier Catena, responsable inmobiliario de El Corte Inglés, ya tiene ofertas encima de la mesa para estos centros comerciales, que no responden al nuevo formato definido por Marta Álvarez y Víctor del Pozo, presidenta y consejero delegado de la compañía. Los máximos responsables del 'holding' de distribución quieren ofrecer una oferta completa a los clientes, basada no solo en los productos, sino en los servicios, en lo que se define internamente como Experiencia El Corte Inglés. Un formato que ya se puso en práctica en el gran almacén de Nuevos Ministerios y ahora se está rediseñando en el de la calle Preciados.

Por ello, la compañía, con JLL como asesor, ha puesto a la venta edificios muy simbólicos, pero cuya capacidad no encaja en el nuevo enfoque comercial. El primero de ellos es el centro comercial denominado Puerta del Ángel, en Barcelona, muy cerca de la catedral de la Ciudad Condal y de la plaza de Cataluña. Un espacio con fachada histórica dedicado principalmente al departamento de deportes y que no ofrece la rentabilidad exigida en las nuevas métricas de la casa.

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Según fuentes financieras, El Corte Inglés ha tasado en 200 millones de euros este inmueble, por el que se han interesado varios candidatos. Algunos potenciales compradores ofrecen un precio mayor siempre y cuando la cadena se quede como inquilina varios años, pero el objetivo del grupo es desprenderse completamente del activo. Será, en cualquier caso, el segundo centro comercial que la compañía venda en Barcelona, ya que en 2019 traspasó el Francesc Macià, situado en la Diagonal, por 151 millones.

Lo mismo ocurre con los grandes almacenes ubicados en la Puerta del Sol número 10, dedicados ahora a los departamentos de deportes. Un edificio en pleno centro de Madrid que no responde al tamaño y estructura que busca ahora El Corte Inglés y que, por el contrario, tienen un atractivo singular para transformarlos en apartamentos de lujo. Sobre todo tras la apertura del Centro Canalejas, con el hotel cinco estrellas de la cadena Four Seasons y sus galerías de lujo, que ha atraído a las grandes fortunas latinoamericanas y europeas.

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Estas fuentes indican que El Corte Inglés espera obtener unos 170 millones por el inmueble del número 10, a un paso del reloj de la Puerta del Sol y a un centenar de metros de la Plaza Mayor, el Teatro Real, el Palacio Real y la zona de entretenimiento de la Gran Vía, repleta de musicales antes de la pandemia. Un edificio donde Alberto Chicote, el conocido chef, tiene uno de los restaurantes de más éxito de Madrid, el Terraza Puertalsol, con vistas panorámicas al conocido como kilómetro cero de España.

Esta venta coincide con la pretensión del fondo de inversión Kennedy Wilson de desprenderse del inmueble contiguo, el Puerta del Sol 9, en el que El Corte Inglés tiene su sección de informática. El ‘hedge fund’ estadounidense lo compró en 2015 por unos 30 millones de euros a Grupo Restaura y justo antes de la pandemia intentó traspasarlo por uno 90 millones. El fondo se ha puesto en contacto con el grupo de grandes almacenes para promover una operación conjunta, que, sumados los dos activos, podría rondar los 300 millones y ser más beneficiosa que si se venden por separado.

Los deberes del 'rating'

Con estas desinversiones, El Corte Inglés quiere limpiar su red de centros comerciales que no alcancen la rentabilidad esperada y, a su vez, cumplir con las agencias de 'rating', que este verano le mantuvieron la calificación de solvencia siempre que acometiera un plan de desinversiones de 2.000 millones. Pese al impacto histórico del covid-19 en las cuentas del 'holding', que tuvo que cerrar sus puntos de venta durante muchos meses, Moody's, Fitch y Standard & Poor's confiaron en la capacidad del equipo gestor para reorientar los negocios y no le rebajaron su nota, como hicieron con la mayoría de empresas competidoras internacionales. Una excepción que supone 'de facto' un gran ahorro a El Corte Inglés, que hubiera tenido que pagar un precio más alto por financiarse en los mercados de bonos y con la banca tradicional. Pero una excepción que exige deberes para rebajar notablemente la deuda a cerca de la mitad, desde los 4.000 millones actuales, al tiempo que la cadena busca alcanzar los 1.700 millones de ebitda en cinco años.