Larrumba estrena CEO para explotar sus restaurantes estrella y salir de Madrid

Al mal tiempo pandémico, buena cara. El grupo de restauración Larrumba estrena nuevo consejero delegado. Ignacio Blanco toma las riendas ejecutivas del proyecto liderado e impulsado por los empresarios Fernando Nicolás, Carlos Saiz y Chiqui Calleja, al que se sumó el fondo de capital riesgo Aurica a finales de 2018 tras comprar el 30% por cerca de 25 millones de euros.

El 'holding' creado hace menos de 10 años está detrás de marcas de éxito como Pipa & Co, Habanera, Perrachica, Marieta o Carbón Negro, y ha sido uno de los referentes de la nueva restauración surgidos tras la anterior crisis. En su caso, todo concentrado en torno a Madrid y alrededores, donde cuenta con 24 establecimientos, un factor decisivo para aguantar el impacto del covid-19.

Desde antes del verano, los tres fundadores (controlan el 45%) y el fondo confiaron a Nacho Blanco la gestión del grupo, que hasta la fecha se repartía de forma coral entre el núcleo duro original. El nuevo consejero delegado, cargo hasta ahora inexistente, es un experto en 'marketing' y gestión de procesos con horas de vuelo en gigantes como GM, Goodyear, P&G o Latam Airlines.

Larrumba da un paso más en su camino de profesionalización, teniendo en cuenta que parte de un modelo de más de 60 accionistas y de la integración de Carbón Negro, el negocio paralelo de los fundadores con socios diferentes. Simplificado tras la entrada de Aurica y tras el paréntesis de la pandemia, ahora toca llevar el grupo a una nueva fase de expansión y optimización.

El reto de Blanco será ordenar procesos internos para hacer más eficiente el grupo y, al mismo tiempo, abordar aperturas de establecimientos, tanto con las marcas más consolidadas como con nuevos formatos. El objetivo es facturar 60 millones en 2022, un salto ambicioso, teniendo en cuenta que este año estarán sobre 40 y que en el ejercicio anterior a la pandemia rozaron los 50.

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Tras capitular algunos conceptos sin éxito suficiente como Portofino o Kamikaze, la nueva hoja de ruta pasa por enfocarse más en números y desarrollar el negocio de manera acelerada ("expansión obsesiva", según el propio consejero delegado), sobre todo teniendo en cuenta lo efímero de las modas en el mundo de la restauración y el interés de los inversores en el sector.

Por todo esto, el nuevo curso arranca con varias aperturas de dos de sus marcas más calientes, Castizo y Fonda Lironda, y algunas novedades, como el debut en el formato del ocio nocturno con Fanático y la resurrección de la coctelería O'clock. Pero, tal vez, la prueba de fuego más importante será el debut fuera de Madrid, hito para el que ya tienen emplazamiento: Sevilla.