Blackstone vuelve al ataque y ficha a JLL para vender 700 pisos en alquiler de Testa

Blackstone mueve ficha. El mayor casero de España ha encargado a la consultora inmobiliaria JLL organizar un proceso de venta de una cartera de 700 viviendas en alquiler, inmuebles que actualmente forman parte de Testa Home.

Bajo esta marca, el fondo estadounidense integró hace un año la gestión de los 20.000 pisos en alquiler que suman sus socimis Testa Residencial y Fidere, cuya operativa está completamente integrada, aunque societariamente sean dos empresas diferentes por razones históricas.

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Con este movimiento, Blackstone vuelve al ataque dos años después de tener que retirar del mercado una cartera de 1.000 pisos de Fidere que puso a la venta, todos ellos en Madrid y Barcelona.

Entonces, como adelantó El Confidencial, el fondo pedía por estas viviendas unos 180 millones de euros, importe que resultó excesivo para un momento en que el mercado del alquiler empezaba ya a dar síntomas de agotamiento.

Ahora, sin embargo, existe un disparado apetito por este tipo de viviendas, como demuestran recientes operaciones como la opa lanzada por Allianz sobre la socimi Elix por 140 millones de euros o la compra del 49% de Vivenio, por parte del fondo australiano Aware, por 400 millones de euros.

Las fuentes consultadas estiman que, en este nuevo intento, Blackstone podría conseguir un importe incluso superior al que buscaba en 2019, y eso que la cartera en venta es ligeramente inferior, gracias, precisamente, a todo el dinero que hay actualmente interesado en construir carteras de vivienda en alquiler.

Desde el fondo, se han limitado a señalar: "Siempre miramos nuestros activos en España para una posible rotación, dependiendo de una serie de factores. A día de hoy, no tenemos nada que añadir respecto a una posible venta de activos residenciales". JLL, por su parte, declinó hacer comentarios.

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Otro aspecto que juega en favor de un proceso de venta es el momento único que vive la economía: unos tipos de interés bajos conviviendo con una inflación que hace apenas un año no existía, escenario inédito desde la Segunda Guerra Mundial y que actúa como auténtica gasolina para el mercado residencial.

Esta confluencia de factores activa el mercado por partida doble, ya que los compradores de vivienda se ven beneficiados por los bajos tipos, y los ahorradores sienten la necesidad de invertir su dinero para evitar que este merme por efecto de la inflación. Y la vivienda en alquiler se erige como una interesante opción, ya que ofrece una rentabilidad conservadora, pero relativamente segura.

Sobre este análisis, el objetivo de Blackstone pasa por recibir ofertas antes de concluir el verano para poder tener completada la transacción en este ejercicio. Entre los potenciales compradores, las fuentes consultadas hablan de los grandes fondos institucionales, aseguradoras y compañías de planes de pensiones.