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Accenture

Liderando el cambio

Lo que la sanidad española puede aprender de la pandemia: uso de datos y pacientes digitalizados

Por EC Brands

España lleva años avanzando hacia una sanidad más digitalizada, pero aún le queda mucho margen de mejora. Así lo cree Pablo Sánchez Cassinello, responsable de Sanidad en Accenture España, Portugal e Israel: “La pandemia ha evidenciado la necesidad de colaboración entre los distintos servicios de salud, el propio Ministerio de Sanidad y las compañías privadas”.

No obstante, opina que nada de lo que se ha logrado se habría podido hacer “si España no hubiera sido ya antes de la pandemia un referente a nivel mundial en salud digital. Los mimbres que existen en salud digital, tanto en el sector público como en el privado, nos posicionan en una situación inmejorable para dar ese salto de calidad que demandamos a nuestro Sistema Nacional de Salud”.

Sánchez Cassinello va más allá y apunta hacia otros elementos que, en su opinión, deben ser revisados. Uno esencial es la relación con el paciente, que demanda un trato más personalizado dentro del ámbito digital. De hecho, según un estudio de Accenture, “el 36% de los europeos señala que seguirá utilizando la tecnología después de la pandemia, mientras que otro informe de la firma revela que 73% de los administradores sanitarios cree que dicha tecnología es cada vez más importante en la prestación ofrecida”.

“La digitalización de la salud debe ir más allá de la teleconsulta o la receta electrónica; no hacer solo las mismas cosas pero de otra forma”

Pero no basta con que la sanidad española digitalice de manera básica lo que antes no estaba digitalizado: para Sánchez Cassinello, si España se limita a pasar de la consulta a la teleconsulta o de la receta a la receta electrónica, el camino habrá sido insuficiente. En su opinión, la digitalización que España necesita “ha de ser un elemento tractor que arrastre consigo novedosos y mejores servicios para el ciudadano”.

Tres nuevas prioridades

“Las organizaciones que quieran liderar este cambio en el sector —detalla— deben centrarse en tres grandes áreas”:

1.

Uso de datos. Usar datos de los pacientes siempre puede resultar controvertido, pero desde Accenture apuestan por hacer un uso “inteligente y eficaz” para “prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades”. No obstante, siempre hay que permitir que “el propio ciudadano decida cuándo, cómo y con qué objetivos van a utilizarse dichos datos”.

2.

Comunicación. “No hay que trasladar al usuario la complejidad propia del Sistema Nacional de Salud, exigiéndole que tenga que acudir a diferentes ventanillas en función de lo que necesite gestionar”, defiende Sánchez Cassinello. En su opinión, la sanidad digital debe suministrar una experiencia omnicanal con herramientas como “las centralitas inteligentes o los asistentes ‘online’, que, combinadas con la inteligencia artificial, garantizarán el éxito de este objetivo”.

3.

Seguridad digital. En nuestro país, uno de cada tres pacientes confirma que la seguridad digital supone la principal barrera en la adopción de soluciones digitales. Desde Accenture se aboga por establecer un marco de confianza entre el entorno de la salud telemática y los usuarios para que “la intimidad siga siendo la seña de identidad”.

La implicación de profesionales y pacientes

La implicación de profesionales y pacientes

Más allá de los posibles beneficios de la digitalización de la atención sanitaria, lo cierto es que en España su uso es todavía minoritario con respecto al grueso de la población. Tanto es así que los datos manejados por la consultora indican que, hoy en día, solo uno de cada diez facultativos prescribe soluciones digitales a sus pacientes.

En este sentido, Sánchez Cassinello se pregunta si las herramientas digitales “responden realmente a las necesidades de ambas partes” o si, por el contrario, “quizá son percibidas como una amenaza” por el uso de datos personales o la escasa implantación de dichas tecnologías en España. Por otro lado, el experto reflexiona sobre la posibilidad de que, actualmente, “se esté minusvalorando la necesidad de capacitar digitalmente al personal sanitario”. Por eso, desde su punto de vista y para evitar los errores del pasado, “la transformación pasa, inevitablemente, por embarcar al profesional y al ciudadano desde el primer momento en el diseño de la nueva salud digital”, concluye.