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La guerra entre los Ybarra llega a Vocento al pedir la disolución del primer accionista
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ANTE LA PRÓXIMA JUNTA GENERAL

La guerra entre los Ybarra llega a Vocento al pedir la disolución del primer accionista

Santiago, hermano del expresidente de BBVA, pide el reparto de Mezouna, la sociedad a través de la cual la familia es dueña del 11% del editor de 'ABC' y de 'El Correo'

Foto: Santiago Ybarra. (EFE)
Santiago Ybarra. (EFE)
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Dos años después del fallecimiento de Emilio Ybarra, el que fuera presidente de BBVA durante una década, su herencia sigue provocando fogonazos entre las familias de Neguri y las compañías cotizadas en que la familia tenía intereses. Según aseguran fuentes financieras, Santiago Ybarra, hermano de Emilio, ha pedido la disolución y reparto de la participación que los Ybarra tienen en Vocento, de la que son el mayor accionista con el 11% del capital. Una solicitud que amenaza con prolongar la guerra entre el tío y los hijos del banquero.

Según han confirmado fuentes próximas a las conversaciones, Santiago Ybarra ha solicitado por burofax la inclusión en el orden del día de la junta general de accionistas de Mezouna la extinción de los bienes de esta sociedad, a través de la cual la familia controla el 11% de Vocento, dueño de 'ABC' y 'El Correo', y el 7% de Tubos Reunidos, entre otras inversiones. Santiago quiere además la destitución de Barrilero y Asociados como administrador de esta empresa, ya que este despacho de abogados fue el que presuntamente maniobró como contador partidor de la herencia a favor de los descendientes del banquero fallecido en julio de 2019.

Santiago quiere quedarse con el 50% de los activos de Mezouna, de la que es dueño del 49,9% del capital. Los hijos de Emilio —María, Lucía, Emilio e Ignacio— tienen otro 49,9% del capital de esa sociedad, mientras que la madre, María Dolores de Churruca y Zubiría, fallecida en abril de 2018, era dueña de dos acciones, representativas del 0,2% del capital. Doña Lola, como era conocida la matriarca del clan de Neguri, el barrio de la burguesía empresarial vasca, legó ese presunto irrelevante paquete de acciones a Emilio, que al morir lo traspasó a sus cuatro vástagos.

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Por tanto, el capital actual de Mezouna se reparte entre el 50,01% en manos de los descendientes del expresidente de BBVA y el 49,99% restante propiedad de Santiago. Pero el hermano ya acusó a Emilio de haber falsificado, mediante un informe pericial, la firma de la madre en hasta tres ocasiones para modificar el reparto de la herencia. Doña Lola llegó a hacer 11 testamentos, los dos últimos en octubre y diciembre de 2010. No obstante, la madre había exigido posteriormente ante notario que Mezouna debía repartirse de forma equilibrada entre sus dos hijos, al 50%, para evitar un enfrentamiento entre sus herederos que venía de lejos. Doña Lola lo ratificó en un documento en el que requiere a Emilio que cumpla su voluntad.

La gestión de todo este papeleo en nombre de los dos hijos de la matriarca la hizo el despacho Barrilero y Asociados, un bufete de la máxima confianza de Emilio, que ganó mucho dinero con BBVA. Unos abogados que ahora defienden a los descendientes del banquero, por lo que Santiago se considera traicionado por los que fueron sus administradores de confianza. A su vez, Barrilero era el contador partidor de la herencia y administrador de Mezouna.

El fondo de la cuestión radica en que, cuando Santiago (84 años) y Emilio acordaron redactar sus testamentos, la madre le pidió al primero que su fortuna no fuera legada a Mercedes Baptista, su mujer venezolana, con la que se casó ya bien avanzados los 50, sino que la pusiera a nombre de sus sobrinos, los hijos de Emilio —María, Lucía, Emilio e Ignacio— para que la fortuna siempre se mantuviese bajo los apellidos Ybarra Churruca. En uno de los documentos, según reconocen fuentes jurídicas, doña Lola llegó a poner que Santiago solo podría dejar su fortuna a —en el caso de los que tuviera— hijos que fueran consanguíneos y en ningún caso adoptados. Una imposición que ponía de manifiesto la nula aceptación en la familia de la esposa sin ascendencia vasca.

Los hijos de Emilio Ybarra no reconocen a la mujer venezolana de su tío como heredera para preservar el ADN vasco de la herencia

Esta guerra por la herencia ya ha tenido una primera sentencia. El juzgado de primera instancia número 70 de Madrid ordenó recientemente a los cuatro hijos de Emilio de Ybarra a pagar cerca de un millón de euros por haber ocultado a Santiago parte del legado. Según este auto, María, Lucía, Emilio e Ignacio de Ybarra Aznar, nietos de doña Lola, tienen que abonar a su tío la citada cantidad que los partidores contadores del testamento ocultaron a uno de los hermanos.

Enemistad vasca

José María Arriola Arana, jurista del BBVA, y Eduardo Barrilero no reconocieron una deuda de 678.000 euros que la madre tenía con Santiago a través de la sociedad Diliz SA. Cuando esta empresa fue disuelta, el crédito seguía impagado. El hijo no se lo reclamó nunca a la matriarca. Pero a su fallecimiento y a la hora de repartir el legado, le comunicó a su hermano Emilio que se tuviera en cuenta dicha cantidad a la hora de distribuir los bienes.

Según fuentes jurídicas, la petición, lejos de ser atendida, acabó en un envío de cartas entre Santiago, Emilio y los contadores partidores con acusaciones muy graves. Entre otras, la "maquinación para quedarte con todo", engaños, falsificaciones de firmas y reproches por actuar sin caballerosidad y elegancia, como corresponde a las personas ilustres de Neguri, además de traición por ser amigo del actual presidente de BBVA, Carlos Torres, al que puso Paco González para gestionar el banco tras su dimisión.

Aunque los hijos de Emilio pueden echar abajo esta petición de Santiago en la junta de este próximo lunes, la jurisprudencia le daría la razón por lo que se llama 'arbitraje de equidad', que exige el reparto de la herencia si existe una enemistad continuada, que bloquearía cualquier decisión de la compañía. Un paso muy relevante, porque pondría en juego el ya de por sí inestable capital de Vocento, cuyos principales accionistas están divididos desde hace tiempo.

Dos años después del fallecimiento de Emilio Ybarra, el que fuera presidente de BBVA durante una década, su herencia sigue provocando fogonazos entre las familias de Neguri y las compañías cotizadas en que la familia tenía intereses. Según aseguran fuentes financieras, Santiago Ybarra, hermano de Emilio, ha pedido la disolución y reparto de la participación que los Ybarra tienen en Vocento, de la que son el mayor accionista con el 11% del capital. Una solicitud que amenaza con prolongar la guerra entre el tío y los hijos del banquero.

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