CaixaBank bajará hasta 7.000 despidos para desatascar la negociación del ERE

Recta final del mayor ERE (expediente de regulación de empleo) de la historia de la banca. CaixaBank espera acercar posturas con los sindicatos esta semana, tras la huelga que han convocado para este martes. Para ello, la entidad prevé comunicar en los próximos días otra rebaja de los despidos, hasta unos 7.000, desde los 7.400 actuales, según fuentes financieras consultadas por El Confidencial.

Estas cifras implicarían una reducción de 1.300 despidos desde la primera oferta, de 8.300, algo más de un 15% menos. Los números siguen algo por debajo de los que puso BBVA para desencallar las negociaciones con sus sindicatos, al haber bajado de 3.800 a 2.935 su ERE, un 22% menos. Para igualar este recorte, CaixaBank tendría que llegar a una cifra final de 6.500 despidos.

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Jorge Zuloaga

Al margen del número de despidos, la principal brecha entre la entidad catalana y los representantes de los trabajadores está en la voluntariedad. Los sindicatos siguen negándose a que haya ninguna salida forzosa, mientras que el banco quiere evitar que todas las bajas se produzcan entre los trabajadores con más experiencia, de entre 50 y 65 años.

La dirección de CaixaBank intentó un acercamiento el pasado miércoles en este terreno al buscar fórmulas para "facilitar al máximo que las salidas de empleados que se produzcan a consecuencia del proceso de reestructuración de la entidad sean voluntarias".

Oferta sobre la mesa

Los sindicatos tienen actualmente sobre la mesa una oferta económica que todavía no han respondido y que debatirán el día de la huelga: 'prejubilaciones' (bajas incentivadas con una renta mensual) desde los 54 años: con un 56% del salario fijo para los de entre 56 y 63 años y del 54% para los de 54 y 55 años; seis veces un 52% del salario fijo a los de entre 52 y 53 años, y 35 días por año con un tope de 24 mensualidades más una prima de hasta 5.000 euros para el resto.

Por su parte, BBVA acordó una renta temporal del 75% del salario fijo para los empleados con entre 55 y 62 años, con una revalorización anual del 3%; un 65% para los que tienen 53 y 54 años, y seis veces el 65% del salario para los que tienen entre 50 y 52 años, con un tope de 320.000 euros, más una renta temporal de 15.500 euros anuales. Para el resto, las condiciones son de 40 días por año trabajado con tope de 30 mensualidades. Por lo que CaixaBank todavía tiene margen de recorrido frente al acuerdo de BBVA.

Aunque todavía no se han pronunciado al respecto, los principales sindicatos de CaixaBank calificaron como mejorable la oferta del grupo catalán: "Estamos lejos de llegar a un acuerdo, sobre todo porque las condiciones van ligadas a importantes recortes en nuestro plan de previsión", exponen desde SECB. "El número de salidas propuestas diluye una realidad más lamentable: la destrucción del plan de previsión, además de la falsa homologación propuesta para los empleados que provienen de Bankia. No se olviden, ahora todos somos CaixaBank", expone la presidenta de este sindicato, Begoña Peiró.

En este entorno, los sindicatos mantienen la tensión de la negociación con la huelga de este martes: "Es lamentable que a falta de dos semanas para la finalización de la prórroga en la negociación, la dirección siga empeñada en defender una postura radicalmente contraria a los intereses de la plantilla", exponían los trabajadores en un comunicado de la semana pasada.

La posición de CaixaBank no es fácil. Por un lado, tiene la presión de llegar a un acuerdo que no alargue el enfrentamiento con los sindicatos, en un entorno en que su proceso está en el foco del Gobierno, provocando incluso que este se opusiera al sueldo de su cúpula. Por otro lado, tiene que cumplir también con el mercado. El ERE de BBVA costará 960 millones. Si las condiciones fueran exactamente las mismas, el coste del ERE de CaixaBank sería de 2.300 millones, una cifra que penalizaría en el mercado. El grupo presidido por José Ignacio Goirigolzarri tiene dos opciones: o pactar peores condiciones o bajar las cifras de despidos, pero eso implicaría que los ahorros futuros serían menores. Quedan dos semanas para que el banco catalán invente alguna jugada y se aleje de la espada y la pared.