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La ventana de oportunidad del Cercle d’Economia por la que se coló Iván Redondo
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La ventana de oportunidad del Cercle d’Economia por la que se coló Iván Redondo

El lunes, el Cercle d'Economia celebraba una junta extraordinaria para fijar su posición sobre los indultos y el miércoles por la tarde Moncloa ya reservaba el Liceu para el lunes

Foto: Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. (Reuters)
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. (Reuters)
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Lunes 14 de junio. El presidente del Cercle d’Economia, Xavier Faus, convoca una junta directiva extraordinaria. La pandemia, el denso calendario de junio y la precipitación hacen que la asistencia sea de media entrada. Suficiente. Faus propone apoyar los indultos y la decisión se aprueba. Muchos expresan dudas ante la fiabilidad de ERC para una aventura como esta, pero la mayoría ven la ventana de oportunidad, una especie de último tren de Barcelona para no convertirse en Venecia. La sombra de la decadencia amenaza la capital catalana y un acuerdo entre la Generalitat y el Gobierno español que aparque el conflicto político puede ser la salida. Ahí es donde se comienza a fraguar el gran giro de la opinión pública española y la invitación a Pere Aragonès a que se sume a la operación "reconciliemos Cataluña".

Foto: Fernando Sánchez Costa, en una conferencia como presidente de SCC. (EFE)

El miércoles 16 de junio, por la mañana, arrancan las jornadas de la XXXVI Reunión del Cercle y Faus es inequívoco: el Círculo de Economía apoya los indultos y al Gobierno de Pedro Sánchez por impulsarlos. Esa misma tarde suena el teléfono en el Gran Teatre del Liceu. Mientras Pablo Casado estaba en la cena del Rey con el presidente de Corea en el Hotel Vela, desde Moncloa reservaban el foro cultural más representativo de Cataluña en el que Pedro Sánchez el próximo lunes explicará a la sociedad civil catalana su estrategia para Cataluña con la agenda del reencuentro y los indultos a los presos soberanistas como mascarón de proa. La trampa se había cerrado. Y no solo para Casado, sino también para el presidente catalán Pere Aragonès, al que esta maniobra ha pillado del todo fuera de juego.

Desde diversos foros independentistas se denuncia una "operación de Estado". Pero la sucesión de acontecimientos no apunta en esa dirección. Son los empresarios catalanes los que abren fuego, con el estilo deslavazado, pero extraordinariamente eficaz, de Xavier Faus. Y es Pedro Sánchez quien se cuela por la ventana de oportunidad que abren desde el Cercle. Iván Redondo, al contrario de lo que se dice, no es un gran estratega, pero es un táctico de primera división. Más que una operación de Estado lo que hay es "oportunismo de Estado". Y olfato político para ver dos días antes que los demás que el tono general de la opinión pública había virado en las últimas dos semanas.

Foto: Isla, Botín y Pallete, en la reunión del Cercle. (Círculo de Economía)

Con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ya sumado al apoyo a los indultos el jueves, igual que los obispos catalanes, ahora todo le viene rodado al equipo de Moncloa. Si para Casado la reunión en Barcelona fue mal, para Pere Aragonès resultó peor. Foto con el Rey del presidente catalán y la sensación de que toda la iniciativa política queda en manos de Pedro Sánchez.

Como siempre, solo Jaume Giró, el hábil 'conseller' de Economía, ve el verdadero peligro: la decadencia de Barcelona, el fantasma veneciano, la ciudad que se hunde en sus aguas y que solo interesa a los turistas. Y se afana en su intervención por intentar cerrar la ventana de oportunidad, herida para él, por la que el independentismo se desangra. Por eso su intervención el viernes en el Cercle se centra en minimizar el impacto de la marcha de sedes a causa del 'procés'. Su discurso tendría más credibilidad si no saliera de su boca. Después de todo, Jaume Giró perdió la confianza de Isidre Fainé por defender de puertas para adentro que la Fundación Bancaria 'La Caixa' se mantuviese en Cataluña. Para él, como mínimo, la marcha de las sedes sí que revistió gran importancia.

Propuesta empresarial

El Círculo de Economía es un 'lobby' muy influyente. Pero ahora cuenta con un brazo paramilitar tan astuto como polivalente. El siempre oportunista Josep Sánchez Llibre. El presidente de la patronal Fomento del Trabajo habló poco. Pero tuvo tiempo para criticar duramente a Ada Colau y para plantear su propuesta para que volviesen las empresas: un acuerdo de la mayoría de los grupos parlamentarios en el Parlament acatando la ley y renunciando a la unilateralidad. Sánchez Llibre hace un poco de trampa. No explica que los bancos no podrán volver por motivos técnicos, por ejemplo. Pero es igual. La propuesta se encuentra ya sobre la mesa y los grupos políticos de la oposición la moverán ficha después del verano.

La jornada acaba con un gran éxito. Xavier Faus, cuestionado hace un año, queda encumbrado como un gran presidente del Cercle. Jugó fuerte y ganó. Tres días marcando la agenda política y mediática y diseñando una hoja de ruta para salir del laberinto catalán. Hacía décadas que una Reunión del Círculo de Economía no tenía tanta trascendencia.

Por suerte para los políticos, los empresarios catalanes dicen que no hacen política

Los mensajes no pueden ser más positivos: habrá crecimiento económico, se anuncia el fin de las mascarillas y la lluvia de millones de los fondos Next Generation. Pedro Sánchez corta rabo y las dos orejas. Más que el Liceu debería haber alquilado la Monumental. Faus centra la raíz de la amenaza para los empresarios, la decadencia, en su discurso final: "Hay una alternativa a la falta de acuerdo. Una larga etapa en la que se acentúe en Cataluña la fractura social, la impotencia política y la decadencia económica. Nadie se merece este destino, ni España ni Cataluña ni los españoles ni los catalanes".

Meterse en política

"Nosotros no hacemos política", aseguró Jordi Gual en su intervención ante Pablo Casado. Fue el mejor chiste de estos tres días. Los empresarios del Cercle se pasaron toda la jornada haciendo política, como si al final hubieran tenido que remangarse ante la inoperancia de sus subcontratados. Como si les fuera el futuro en ello. "La cabeza podrá dictar leyes contra la pasión, pero el ardor puede más que la frialdad de una sentencia", reza Shakespeare en 'El mercader de Venecia'. Y justo esa peligrosa combinación de sentencias, leyes y pasiones es la que buscan conjurar los mercaderes catalanes, esos que no quieren convertirse en venecianos.

Lunes 14 de junio. El presidente del Cercle d’Economia, Xavier Faus, convoca una junta directiva extraordinaria. La pandemia, el denso calendario de junio y la precipitación hacen que la asistencia sea de media entrada. Suficiente. Faus propone apoyar los indultos y la decisión se aprueba. Muchos expresan dudas ante la fiabilidad de ERC para una aventura como esta, pero la mayoría ven la ventana de oportunidad, una especie de último tren de Barcelona para no convertirse en Venecia. La sombra de la decadencia amenaza la capital catalana y un acuerdo entre la Generalitat y el Gobierno español que aparque el conflicto político puede ser la salida. Ahí es donde se comienza a fraguar el gran giro de la opinión pública española y la invitación a Pere Aragonès a que se sume a la operación "reconciliemos Cataluña".

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