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La empresa leonesa que vende sus infusiones desde EEUU a Dubai

Jaime López

Este laboratorio farmacéutico, heredero del taller artesanal creado en 1965 ‘Infusiones La Leonesa’, vende anualmente cerca de 100 millones de bolsitas con infusiones

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uién podía imaginar que esos paseos por el campo para recoger raíces gencianas convertirían su pasatiempo vespertino en una empresa familiar con presencia internacional. Conocida por sus propiedades para potenciar el apetito, esta planta medicinal —ahora en peligro de extinción— era muy abundante en los prados de alta montaña de la Cordillera Cantábrica, y puso la simiente de lo que medio siglo después es Pharmadus Botanicals.

Este laboratorio farmacéutico, heredero del taller artesanal creado en 1965 llamado Infusiones La Leonesa, vende anualmente cerca de 100 millones de bolsitas con infusiones, las cuales se envasan como medicamentos, complementos alimenticios o alimentos, dependiendo del producto.

Comercializan infusiones para ayudar a combatir el estreñimiento y mejorar el tránsito intestinal bajo la marca Manasul, pero su idea de plantas medicinales ha evolucionado también para dar respuesta al mercado gourmet con su línea ‘La Tetera Azul’, que apareció en hoteles, restaurantes y cafeterías en 2010; llegó a estar presente en la Vogue Fashion´s Night Out que se celebró en Madrid en 2012, con las que un ‘bartender’ realizó cócteles para disfrute de modelos y famosos.

Para la elaboración de todas estas infusiones, los laboratorios de Pharmadus Botanicals reciben hasta 148 variedades de plantas de diferentes lugares del mundo, desde el norte de África y Argentina hasta Rusia, China o la India.

“La gente cuando piensa en infusiones lo asocia al té, y el té es solo una especie, la ‘Camellia sinensis’. Fíjate la cantidad y variedad de plantas con las que trabajamos, se pueden hacer unas mezclas maravillosas”, señala Beatriz Escudero, consejera delegada y directora ejecutiva de Pharmadus Botanicals. En sus instalaciones de 10.000 metros cuadrados en el municipio berciano de Camponayara, en la provincia de León, almacenan todas estas toneladas de materia prima en el primer punto de control, donde se efectúan los primeros análisis para saber qué porcentaje de sustancia activa lleva cada planta. También se realizan diferentes controles de calidad para medir los contaminantes, los materiales pesados o pesticidas que puede llevar el producto. La fábrica cuenta con zonas de atmósferas controladas y laboratorio propio para exámenes microbiológicos.

Para la elaboración de sus productos reciben hasta 148 variedades de plantas desde diferentes partes del mundo

“Lo primero es limpiarla para eliminar los insectos y los nidos de huevos que pueda tener la planta. Para ello, pasa un tiempo en contacto con el CO2. Después se realiza una segunda limpieza con un procedimiento muy similar a la ‘ultrapasteurización’ de la leche: temperaturas muy altas en un breve espacio de tiempo”, señala esta bióloga por la Universidad de Salamanca.

El desarrollo de infusiones “honestas y seguras”, que aúnen las viejas tradiciones de los remedios de la abuela con los últimos conocimientos científicos y las técnicas más recientes de control de calidad, es el principal sello diferencial de la empresa. “En algo tan natural y sencillo como son las infusiones es fundamental que toda la parte saludable del desarrollo de las mezclas no esté reñido con un producto agradable al paladar para su disfrute”, puntualiza Escudero.

La empresa también ha sondeado mercados internacionales del Golfo Pérsico como Dubai, donde distribuyen una línea de productos con azafrán

Desde que las primeras infusiones Manasul llegaran a las farmacias a principios de la década de los 80, la empresa ha realizado distintos esfuerzos para internacionalizar el producto. Sus primeros consumidores en el extranjero eran, precisamente, inmigrantes españoles que pasaban temporadas en España y regresaban a sus países de acogida con varias cajas de infusiones en la maleta. Gracias al boca a boca, Pharmadus Internacional logró entrar en Cuba, República Dominicana, Chile, Colombia, Bolivia o Panamá, aunque el verdadero reto fue posicionar sus productos en Estados Unidos y convertirlo en su principal mercado internacional.

En 2010, después de varios años trabajando con importadores locales, la empresa berciana decidió abrir su filial estadounidense. “Además de tener cubierta la parte de la financiación, fue muy importante contar con asesores en temas fiscales, y colaborar con empresas que conocen muy bien ese país”, explica sobre el trabajo realizado junto a Banco Santander para posicionar la empresa, que comenzó en la década de los 70. Fruto de estos acuerdos, Pharmadus Botanicals fue premiada en 2019 como pyme del año de León a la internacionalización, un galardón otorgado por la Cámara de Comercio y la entidad bancaria y que supuso un “impulso para dar visibilidad y credibilidad al proyecto, y poder agradecer y recompensar al equipo”, añade.

La empresa ha sondeado otros mercados internacionales, como el Golfo Pérsico y Dubai, donde distribuyen una línea de productos con azafrán. También han innovado en todo tipo de sensaciones asociadas al consumo de infusiones, comercializando una línea para maridar con quesos que ayuda a potenciar sus lácticos y sabores, o incluyendo un código QR en algunas bolsitas de La Tetera Azul que al leerlo con el móvil muestra una cuenta atrás con el tiempo recomendado para infusionar en agua caliente mientras suena una canción. Todo ello para que esa bebida de menta, manzanilla o tila que recetaba la abuela cuando teníamos la tripa hinchada sea una experiencia para los sentidos.

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