El auge de la cepa india en Reino Unido pone en alerta al turismo en vísperas del verano

Vuelven a encenderse las luces de alarma en los departamentos de Sanidad de toda Europa. Justo cuando el Viejo Continente estaba trabajando en una unidad de acción para salvar la temporada de verano y, a partir de ella, intentar ir cimentando la recuperación económica, una bomba ha sacudido a los socios con la decisión de Alemania de imponer cuarentenas a todos los viajeros que entren en el país procedentes de Reino Unido.

El Ejecutivo de Angela Merkel ha tomado esta decisión a instancias de una recomendación del Instituto Robert Koch, que ha alertado de la creciente incidencia de la variante india en las islas británicas, lo ha llevado a cerrar fronteras desde el pasado domingo, y solo permitir la entrada a quienes guarden una cuarentena de dos semanas.

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Esta decisión llega en un momento crítico para los intereses españoles. Según afirman fuentes conocedoras, el Ejecutivo está trabajando intensamente con las autoridades británicas para que a partir del 7 de junio consideren zonas libres de todo riesgo, al menos, a las Islas Canarias, Baleares, la costas del Sol y el Levante, destinos preferidos de los británicos para pasar sus vacaciones.

Reino Unido es el principal país emisor de turistas a nuestro país, hasta el punto de que sus ciudadanos representaban el 22% de los visitantes que llegaban a España antes de la pandemia. La posibilidad de que ahora, por la cepa británica, el Ejecutivo español termine aplicando medidas como las ya puestas en marcha en Alemania es, por tanto, todo un jarro de agua fría para la industria, que veía en el próximo verano el punto de partida de su recuperación.

El vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, cifra en 350 millones de euros semanales los ingresos turísticos que los británicos generaron en mayo de 2019, último ejercicio antes de la pandemia, cifra que en junio fue todavía superior, 386 millones de euros semanales. Unos números que deben cruzarse con la amenaza sanitaria que puede suponer que, como se teme el Instituto Robert Koch, no se tomen medidas ya para evitar la expansión de la variante india.

"Al Gobierno hay que pedirle que mantenga el debido equilibrio. En el sector turístico, o las medidas se toman ya, o medio sector saldrá magullado hasta septiembre", señala Zoreda. Desde la Secretaría de Estado de Turismo, remiten a las directrices que vaya dando Sanidad para coordinar esta nueva alerta, que llega a pocas semanas de arrancar el verano y, con él, la temporada más importante para un industria que ha pasado de representar el 12% del PIB (producto interior bruto) nacional a apenas el 4%.

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La decisión alemana, además, echa por tierra la coordinación que había tratado de articularse entre todos los países de la Unión con el bautizado como pasaporte covid, o certificado covid digital de la UE, válido a partir del 1 de julio y que permitirá, a todos los ciudadanos ya vacunados, con anticuerpos o PCR negativa, usarlo como un certificado de viaje para moverse dentro de las fronteras comunitarias.

Pero, tras el Brexit, Reino Unido queda fuera de ellas. Ahora, y a la espera de que el Ejecutivo español tome alguna medida y de ver cómo evoluciona la cepa india dentro de las fronteras británicas, Zoreda reflexiona sobre cuál puede ser la respuesta del Gobierno de Boris Johnson, si incluir toda Europa en una lista a raíz del cierre de fronteras alemán o establecer acuerdos de reciprocidad con aquellos países que mantengan abiertas las fronteras con sus ciudadanos.

Por el momento, el primer ministro británico está transmitiendo el mensaje de que confía en poder reabrir las islas a pesar del auge dentro de sus fronteras de la variante B.1.617.2, que se encontró por primera vez en India, y que ahora, ya presente en territorio europeo, ha vuelto a encender todas las alarmas.