La Justicia obliga a Aena a devolver 7M de avales al gestor de la publicidad de Barajas y El Prat

Nuevas turbulencias en Aena. El juzgado de primera instancia número 9 de Madrid ha dictado un auto en el que obliga al operador aeroportuario a devolver siete millones de euros en avales que ejecutó hace mes y medio a la empresa Exterior Plus, compañía que explota los espacios comerciales de una decena de aeropuertos, entre los que se encuentran Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat.

En concreto, el juez ha "ordenado la suspensión cautelar de la liquidación y pago de la RMGA [renta mínima garantizada] del ejercicio 2020 en tanto no se resuelva el procedimiento principal". El problema es que Aena había ejecutado ya avales por siete millones de euros, ante lo que ha dictado "la restitución a la entidad avalista Bankia de las cantidades cobradas en ejecución de los avales que garantizaban el RMGA de 2020 en tanto no se resuelva el procedimiento principal".

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Desde Aena señalan que recurrirán el auto y que la compañía tiene "plena confianza en que cuando llegue la sentencia (este auto es sobre la cautelares, no entra en el fondo de la cuestión) no será favorable".

Este pronunciamiento llega en un momento crítico para la empresa pública, que también se está enfrentando en los tribunales con las empresas de comercio y restauración a las que tiene alquilados sus espacios comerciales. Los cinco principales clientes comerciales de Aena —Dufry, Canariensis, EatOut, SSP y Áreas—, que representan cerca del 90% de estos ingresos, han conseguido ya cautelares que impiden a la empresa pública ejecutarles avales, cerca de 500 millones que el operador aeroportuario se había apuntado en sus cuentas de 2020 y que impactarán en el resultado de este ejercicio.

Además, un fallo del Tribunal Supremo del pasado marzo, por un conflicto que abrió EatOut antes del estallido de la pandemia, ha abierto ahora la puerta a que estos contratos de arrendamiento puedan pasar a considerarse concesiones públicas y, por tanto, deban someterse a reequilibrio administrativo cuando acontezcan hitos como la actual pandemia, que ha desplomado el tráfico de los aeropuertos españoles un 80% y se ha llevado por delante todas las estimaciones que se hicieron de negocio en los mismos.

En el caso de Exterior Plus, la crisis del covid-19 le cogió cuando apenas acababa de estrenar el contrato. En mayo de 2019, la compañía se hizo con la gestión de la publicidad de los lotes centro —Barajas, Cuatro Vientos, Burgos, Valladolid y Salamanca— y Cataluña —El Prat, Sabadell, Reus y Girona—, con una oferta que contempla el pago de una renta variable sobre las ventas y un RMGA de siete millones en el primero y de 6,3 millones en el segundo.

La compañía invirtió cuatro millones de euros en nuevos soportes, labor que fue ejecutándose durante seis meses hasta estar completada al 100%, lo que hizo que no fuera hasta enero de 2020, apenas dos meses y medio antes de que estallara la pandemia, cuando pudo empezar a operar con normalidad. A pesar de ello, solo en los siete meses que fue titular de este contrato en 2019, y sin tener todavía todos los soportes operativos, Exterior Plus ingresó casi siete millones de euros, cifras que muestran las elevadas expectativas con las que se firmó el contrato.

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Pero el covid hizo saltar por los aires todos los números, hasta el punto de que los ingresos de 2020 fueron de 3,5 millones. Desde marzo y hasta finales de 2020, la empresa y Aena estuvieron negociando sin llegar a un acuerdo, y en enero el operador aeroportuario hizo una propuesta inamovible que contemplaba un reequilibrio del contrato hasta septiembre de 2021 y limitado a una caída del 70%, es decir, que aunque el tráfico cayera un 90%, Exterior Plus debía pagar el 30%.

"Entendemos que Aena está defendiendo sus intereses, pero nosotros no podemos renunciar al reequilibrio ni limitar estas medidas a septiembre de 2021, porque se pone en peligro la viabilidad de la empresa", señalan desde Exterior Plus, donde insisten en que su único interés es "ha sido siempre alcanzar un acuerdo razonable que permita reequilibrar el contrato y adaptarlo a la realidad del mercado y la supervivencia del grupo", cuya complicada situación lo ha llevado a aplicar un duro plan de ajuste desde el año pasado, y que actualmente negocia un ERE colectivo, tras haber recurrido el año pasado, de marzo a octubre, a un ERTE.