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Biometría con sello español para acabar con las contraseñas

Isabel Rodríguez

Con solo un ‘selfie’ la tecnología biométrica de FacePhi es capaz de autenticar al usuario y permitirle realizar operaciones bancarias

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legar a un cajero automático, sonreírle y sacar dinero sin tener que utilizar el pin de la tarjeta de crédito parece algo sacado de una película de ciencia ficción. Sin embargo, es uno de los hitos más relevantes en la historia de FacePhi, la ‘startup’ alicantina que hoy presume de ser líder en aplicativos de biometría facial en el sector ‘fintech’ o financiero. Su nombre no es casual. El número Phi es uno de los que más fascinación ha despertado a lo largo del tiempo, considerado el número más cercano a la perfección, una cualidad que tiene que ver, y mucho, con la tecnología biométrica desarrollada por la marca alicantina.

Una empresa familiar del sector juguetero, una estancia en Tokio, varios años en el sector del lujo y mucha curiosidad fueron solo el caldo de cultivo para que naciera la empresa. Javier Mira, CEO y cofundador de FacePhi, fue forjando su talante emprendedor hasta que en 2012 vio la luz su proyecto de reconocimiento facial.

Ni el complejo hándicap de la financiación —solventado con una temprana salida al mercado a cotizar—, ni los proyectos potenciales que, por el camino, podrían haber hecho desviar el foco principal de la empresa —centrada a desarrollar algoritmos de biometría facial para banca— hicieron mella en el crecimiento de la ‘startup’ alicantina.

“Sabíamos que si la banca al final utilizaba este tipo de tecnologías se podría replicar a otras verticales”, confiesa Mira. Y así ha estado ocurriendo gracias, en parte, a la sencillez del funcionamiento de su tecnología: “A través de la imagen de un rostro somos capaces de extraer la información y convertirla en un patrón facial. Cuando esa persona está autorizada para realizar una transacción, en lugar de utilizar claves, contraseñas, mensajería de SMS... simplemente te haces un ‘selfie’ y te autorizamos a hacer lo que exija en este caso el cliente”

La sensibilidad de la tecnología es tal que es capaz de identificar si lo que se muestra es un rostro real o una fotografía, por ejemplo. “La seguridad 100% no existe. Ni existe en las contraseñas, ni en la biometría, ni siquiera con una llave física para entrar en casa. Ahora bien, las biometrías son muchísimo más seguras que cualquier contraseña. Hoy por hoy los ratios están por encima del 99%. Más que el ojo humano a la hora de identificar a una persona”.

“A través de la imagen de un rostro somos capaces de extraer la información y convertirla en un patrón facial”

Esa fiabilidad está siendo un acicate para la marca alicantina que, en tiempos de pandemia, no ha dejado de crecer. De hecho, la tecnología de FacePhi resultó clave para los pensionistas argentinos. “Antes tenían que ir todos los meses a la sucursal del banco, hacer cola, enseñar su documentación, dar la prueba de vida o fe de vida para recibir su pensión. Con el Gobierno y una entidad financiera de Argentina hicimos una aplicación para que, en época de pandemia, los pensionistas desde casa pudieran hacerse un ‘selfie’, dar la prueba de vida y cobrar la pensión sin necesidad de acudir a la sucursal”, explica Mira, que se muestra escéptico antes la posibilidad de que, pasada la pandemia, el procedimiento retorne al formato presencial.

Si tenemos en cuenta, además, que disponemos de una media de 25 contraseñas por persona, que las más repetidas son ‘123456’ y ‘contraseña’, es decir, que no son demasiado seguras, o que recordar todas ellas puede resultar bastante complicado, todo apunta a que “las biometrías vienen a sustituir las contraseñas al 100% pero todo necesita de un tiempo” vaticina el emprendedor alicantino.

Casi una década después de empezar a dar sus primeros pasos, la empresa fundada por Javier Mira es “líder en tecnología disruptiva, una empresa que toma decisiones valientes a la hora de adaptarse al mercado y que está en el camino de la transformación digital ayudando prácticamente a todo el sector productivo en ese cambio”.

Todo apunta a que “las biometrías vienen a sustituir las contraseñas al 100% pero todo necesita de un tiempo”

Estos y otros motivos le han valido a la compañía para convertirse en Premio Pyme del Año 2020, un galardón de Banco Santander y la Cámara de Comercio que, en palabras del propio Mira “ha supuesto un extra de motivación sobre todo para los empleados de FacePhi. Es un reconocimiento a la perseverancia, al esfuerzo de las pymes, un reconocimiento que te da muchísimo prestigio de cara a los clientes y del cual nos sentimos muy honrados y agradecidos”.

Con la satisfacción que supone recibir un galardón como este y tras un año en el que la empresa se ha centrado en reforzar su estructura a nivel de talento, el futuro se atisba prometedor. “Se ha abierto una filial en Corea, estamos ahora poniendo en marcha una en Uruguay y tenemos pendiente desembarcar en EEUU que es uno de los hitos que queríamos conseguir antes de la pandemia y lo hemos paralizado pero que, en la medida de lo posible, lo vamos a intentar conseguir”, explica el cofundador de FacePhi.

Para Javier Mira, manejar el crecimiento de la compañía será, precisamente, uno de los principales retos. “Tenemos un producto testado con una atracción extraordinaria y un grado de satisfacción de los clientes enorme, una financiación para ponerlo en el mercado y estamos captando el talento para poder hacerlo. El reto es manejar este crecimiento”.

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