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La fórmula de las empresas para capear la crisis: ayudas directas, diálogo e I+D
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ENCUENTRO EL CONFIDENCIAL-CAIXABANK

La fórmula de las empresas para capear la crisis: ayudas directas, diálogo e I+D

Las compañías creen que es necesario fomentar el diálogo entre gobiernos, empresas y sociedad para que nadie quede atrás en el camino hacia la recuperación

Hace justo un año, pocas personas podían imaginar el gran impacto que la crisis del coronavirus acabaría dejando en nuestro país: más de 100.000 empresas han echado el cierre en el último año y, a cierre de 2020, más de 750.000 trabajadores seguían acogidos a algún tipo de ERTE.

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En este contexto de inestabilidad e incertidumbre, las empresas siguen luchando por sobrevivir mientras coinciden en una máxima: hay que fomentar el diálogo entre gobiernos, empresas y sociedad para avanzar hacia la recuperación. Esta fue una de las conclusiones que se desprendieron de la mesa redonda 'Grandes empresas, aliadas contra el coronavirus', organizada por El Confidencial de la mano de CaixaBank. En ella, representantes de grandes grupos plasmaron sus consideraciones y manifestaron las iniciativas que han llevado a cabo para capear la situación. Participaron Carmen Planas, presidenta de la Comisión de Responsabilidad Social Empresarial de CEOE; Ramón Faura, director de Banca de Particulares de CaixaBank; Rafael Fernández Villasante, director de Operaciones, Servicios y Seguridad de Aena, y Gregorio Acero, director de Calidad, Salud, Seguridad y Medio Ambiente de Siemens Gamesa.

"Es difícil que los bancos puedan asumir las quitas de deuda de los ICO, sería muy negativo para el sistema financiero” (Planas)

El Gobierno aprobó el pasado viernes un paquete de ayudas públicas de 11.000 millones de euros para la hostelería, el turismo y el comercio: “Estas ayudas son muy importantes porque a estas alturas las empresas ya no tienen problemas de liquidez, sino de solvencia”, explicó Carmen Planas, presidenta de la Comisión de Responsabilidad Social Empresarial de CEOE. Por este motivo, la representante de la patronal consideró que las empresas necesitan otro empujón para superar este bache de la pandemia. La receta que plantea: “Rebajas fiscales y más ayudas directas”.

En relación a estas ayudas, los ponentes coincidieron en que el sector financiero es otra de las piezas clave para el resurgir de la economía. Cuando estalló la crisis, el sector público puso en marcha de la mano de los bancos españoles los préstamos con aval del ICO (Instituto de Crédito Oficial). Desde el inicio de la comercialización de las líneas ICO covid-19, CaixaBank ha gestionado más de 184.814 solicitudes de préstamos por un importe total de 12.640 millones de euros, de los cuales un 76% del importe desembolsado corresponde a autónomos y pymes. “Tenemos que seguir otorgando créditos y articulando acciones con la máxima capilaridad posible para llegar a toda la geografía española”, dijo Ramón Faura, director de Banca de Particulares de CaixaBank.

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Imagen de tiendas cerradas en Sevilla. (EFE)

Pero las quitas de deuda de los avales ICO han suscitado algunos debates. Esta medida que planteó el Gobierno consistiría en rebajar la carga financiera de empresas, pymes y autónomos: la banca asumiría entre el 20 y el 30% y el Estado el 70-80%. “Es difícil que los bancos puedan asumirlo porque tendrían que llevar estas pérdidas a la provisión de fondos y a la cuenta de resultados, sería muy negativo para el sistema financiero”, dijo Planas desde CEOE.

Transición energética e inversión en I+D, ¿suficiente?

Además de la ayuda financiera, el director de Calidad, Salud, Seguridad y Medio Ambiente de Siemens Gamesa, Gregorio Acero, puso el foco en las energías renovables como forma de salir de esta crisis.“Tenemos una magnífica oportunidad en Europa y en España con la transición energética”, pero no es suficiente con invertir, “tenemos que hacer las inversiones adecuadas en sectores que generen empleo, porque es crucial que las empresas creen oportunidades”, reflexionó.

En este sentido, Acero también destacó la importancia de invertir en investigación y desarrollo para levantar de nuevo la economía: “La inversión en I+D tiene un efecto multiplicativo a largo plazo, aunque la recuperación a corto plazo posiblemente no lo requiera”. España invirtió 15.572 millones de euros en I+D en 2019, un 4,2% más que el año anterior, según datos del INE. Aun así, esta cantidad supuso el 1,25% del PIB, un porcentaje inferior al marcado por la estrategia europea 2020, que es del 3%. ¿Es suficiente este ritmo? Acero opinó que lo importante no es la cantidad invertida, si no en qué se invierte, y "ahora tenemos una gran oportunidad con los 140.000 millones de euros que recibirá España de los fondos europeos".

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Al hilo de las necesidades de inversión, los ponentes recalcaron que al igual que la digitalización de las empresas ha sido necesaria para sostener esta situación, también ha traído nuevos inconvenientes: “La digitalización nos ha permitido sostener la crisis, pero las nuevas soluciones conllevan nuevos problemas. Hemos visto cómo ha abierto una brecha con nuestros mayores, por ejemplo, y tenemos que trabajar en esto”, reflexionó el director de Banca de Particulares de CaixaBank.

En todo caso, para Rafael Fernández Villasante, director de Operaciones, Servicios y Seguridad de Aena, esta crisis ha dejado patente la importancia de saber adaptarse a cada situación: “Las empresas tienen que ser resilientes y saber amoldarse a la nueva normativa, a la digitalización y a los cambios culturales y sociales, que irán sucediendo en los próximos años y a gran velocidad”. Pero para que nadie quede atrás en este camino hacia la recuperación, los ponentes coincidieron en la necesidad de fomentar el diálogo entre gobiernos, empresas y sociedad: “Intentamos trasladar al Gobierno los problemas de las empresas. Seguimos en continuo contacto con los Ministerios para tratar los ERTE, las líneas de financiación, los fondos europeos y la digitalización”, apuntó Carmen Planas.

Además de las ayudas y la inversión, la tercera pata imprescindible para salvar la situación económica tiene que ver con el ritmo de vacunación. Nuestro país sigue lejos de alcanzar el ritmo necesario para conseguir el 70% de la población vacunada en verano. Esta es una de las mayores preocupaciones del director de Operaciones, Servicios y Seguridad de Aena, que aseguró que, si en verano la vacunación no ha alcanzado el ritmo esperado, las consecuencias para las zonas que dependen del turismo serán “catastróficas”. La misma preocupación mostró Planas, que además de representante de la CEOE es presidenta de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (Caeb): “Baleares es una de las comunidades que más ha sufrido. No tenemos industria y dependemos del turismo, es imprescindible que la población esté vacunada de cara a verano”.

Las lecciones de la pandemia

En línea con las enseñanzas que nos ha dejado la pandemia, Gregorio Acero consideró que cada vez dependeremos menos del exterior: los límites a la movilidad traen consecuencias a las empresas, y las medidas que están tomando para adaptarse, según el director de Calidad, Salud, Seguridad y Medio Ambiente de Siemens Gamesa, permanecerán en el tiempo: “Con la llegada de la pandemia los grupos industriales estamos desarrollando nuestras propias cadenas de suministros por las dificultades de la movilidad. Nos estamos haciendo más locales, y poco a poco iremos desarrollando nuestros propios proveedores”.

Otra de las mayores lecciones, según los ponentes, tiene que ver con la responsabilidad social corporativa de las empresas: respeto al medio ambiente, igualdad de género, racial, generacional… “La sociedad se ha dado cuenta de esto, las personas y las empresas nos lo estamos tomando muy en serio, y esto es un paso muy grande”, reflexionó Acero, a lo que Ramón Faura, desde CaixaBank, añadió que “este es el marco para avanzar. En todas las empresas hemos descubierto la autenticidad del compromiso, pero, además, a partir de ahora nos lo exigirán nuestros empleados”, concluyó el director de Banca de Particulares de CaixaBank.

Hace justo un año, pocas personas podían imaginar el gran impacto que la crisis del coronavirus acabaría dejando en nuestro país: más de 100.000 empresas han echado el cierre en el último año y, a cierre de 2020, más de 750.000 trabajadores seguían acogidos a algún tipo de ERTE.

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