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El nuevo dueño de Lizarrán fuerza el cambio de auditor tras rescatar el grupo de la quiebra
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BDO dudaba de su solvencia en noviembre

El nuevo dueño de Lizarrán fuerza el cambio de auditor tras rescatar el grupo de la quiebra

Comess Group rompe el contrato que tenía por tres años con BDO. GED Capital, que adquirió más del 50% de la compañía en diciembre y evitó que entrara en situación de impago, exigió que el auditor fuera EY

Foto: Establecimiento de Lizarrán.
Establecimiento de Lizarrán.
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Comess Group, dueño de Lizarrán, Cantina Mariachi, Don G o Pieology, entre otros, ha roto el contrato de auditoría que tenía con BDO. Su cese ha sido forzado por la gestora española GED Capital, que exigió como parte del rescate de la compañía que el auditor pasase a ser Ernst & Young (EY), su 'big four' de cabecera.

Con este movimiento, el nuevo propietario de la firma de restauración trata de armonizar la auditoría con el resto de las firmas donde participa que también supervisa EY y que pasará a reportar con estándares IFRS, señalan fuentes al tanto de la situación.

Aunque gran parte de la compra de Comess Group sirvió para la adquisición de la cadena de restaurantes de cocina italiana Pomodoro, la inyección de GED Capital también tuvo como objetivo salvar la firma de la quiebra a la que estaba abocada, apuntan fuentes conocedoras del proceso.

placeholder Pinchos de Lizarrán.
Pinchos de Lizarrán.

La propia BDO alerta en el único informe de auditoría que ha firmado el pasado mes de noviembre, antes de su reciente cese, de los problemas de viabilidad que arrastraba. "Existe una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad del grupo para continuar como empresa en funcionamiento", aseguraba la firma de auditoría saliente.

Según detallaba, "el patrimonio neto de la sociedad dominante se encuentra por debajo de la mitad del importe del capital social, por lo que la sociedad dominante se encuentra en causa de disolución de acuerdo con lo previsto en la Ley de Sociedades de Capital". Con un fondo de maniobra negativo, BDO consideraba que no era posible cumplir con los compromisos de deuda adquiridos. Una situación que los administradores asumían como plausible, según fuentes al tanto del caso, que reconocen que de no llegar los fondos de GED Capital a través de una ampliación de capital, hubieran estado abocados a la quiebra.

Y es que a las pérdidas registradas en 2019 y años anteriores, añadía BDO en los hechos posteriores al cierre del ejercicio, había que sumar que el importe de negocio para 2020 caería un 50% debido a la pandemia del covid-19, que ha provocado un fuerte impacto en el negocio de la compañía por las restricciones a la movilidad.

placeholder Así son los pinchos de Lizarrán.
Así son los pinchos de Lizarrán.

Para hacer frente a la crítica situación, se llevaron a cabo varias medidas, ya que el principal problema no venía de los números rojos sino de los compromisos de pago. Las pérdidas estaban motivadas por la fuerte amortización del fondo de comercio por el alto precio que se pagó por Lizarrán. El dueño del 40% de la empresa, Oquendo, ha convertido en acciones su deuda y ofrece la financiación que se requiriera hasta noviembre de 2021, año en el que esperan que la restauración se recupere, aunque la pandemia y la lenta vacunación están alargando los problemas para la hostelería y restauración.

Por otro lado, la empresa está negociando con el ICO para la ampliación de plazos del crédito que obtuvo en junio de 2020, después de que el Gobierno activara esta vía para aliviar el cierre decretado para el sector.

Por otro lado, el grupo está negociando la reestructuración un crédito obtenido en 2016 de Santander, CaixaBank y Bankia donde pretende refinanciar por otros seis años el crédito actual con un año de carencia.

placeholder Oficinas de Ernst & Young, quien sustituye a BDO como auditor de Comess Group.
Oficinas de Ernst & Young, quien sustituye a BDO como auditor de Comess Group.

Al margen de lo anterior, la compañía implementó un plan de contingencia contra la crisis del coronavirus consistente en activar ERTE, renegociar arrendamientos y reducir gastos en partidas como 'marketing', viajes, 'renting' de vehículos y otros servicios externos.

Pero la dureza de la crisis ha hecho imposible que todo lo anterior fuera suficiente, tal y como apuntaba BDO, aunque Comess Group ya señalaba en noviembre que podría incrementar los fondos propios con la llegada de nuevos socios mediante ampliaciones de capital que permitieran corregir el desequilibrio patrimonial.

De esta forma, el grupo presidido por Manuel Robledo vendió algo más del 50% de la compañía con nuevas acciones, lo que ha llevado a que su participación descienda a algo más del 20% y la de Oquendo, a otro 20%. Esta ampliación ha servido no solo para rescatar la compañía, sino para comprar Pomodoro, una cadena saneada con 117 locales en España y Portugal. Ahora, la firma espera que la recuperación impulse la actividad del grupo en 2021.

Comess Group, dueño de Lizarrán, Cantina Mariachi, Don G o Pieology, entre otros, ha roto el contrato de auditoría que tenía con BDO. Su cese ha sido forzado por la gestora española GED Capital, que exigió como parte del rescate de la compañía que el auditor pasase a ser Ernst & Young (EY), su 'big four' de cabecera.

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