García Carrión (Don Simón) demanda a su ex CFO y a Goldman por operaciones fraudulentas

García Carrión, la compañía de alimentación conocida por la marca de zumos Don Simón, ha emprendido acciones legales contra su director financiero, al que cesó a finales de 2020, y contra Goldman Sachs.

Se trata de dos procesos paralelos, en Reino Unido y en España, en los que se vierten acusaciones de conducta criminal por malversación, fabricación de documentos, falsificación de cuentas, ocultaciones a administradores y auditores de la sociedad e incluso la falsificación de la firma del presidente, José García Carrión.

Según explica García Carrión, "el procedimiento se ha ocasionado por la realización por parte de Goldman Sachs, sin autorización ni poderes de representación, de operaciones con divisas ajenas a la actividad comercial habitual de la empresa familiar J. García Carrión SA", y añade que "García Carrión ha iniciado acciones legales para reclamar los posibles perjuicios que estas operaciones no autorizadas pudieran ocasionar, en las instancias y ante los organismos reguladores oportunos, entendiendo que son contrarias a la regulación aplicable".

El conflicto parte de la contratación de determinadas coberturas de divisas que la firma de los zumos Don Simón encargó a Goldman Sachs, una operación habitual en los mercados financieros que trata de mitigar el riesgo de los tipos de cambio con las divisas, ya que la compañía murciana exporta sus productos alimentarios a diversas geografías del mundo y está sujeta a riesgos por el cambio de monedas.

Goldman Sachs, que ha declinado hacer comentarios para este artículo, demandó en octubre a García Carrión ante un tribunal de comercio del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales en el que le reclamaba el pago de 6,2 millones de dólares (5,12 millones de euros) por dos transacciones realizadas en 2020. Sin embargo, lejos de pagar esta cantidad, ahora la matriz de Don Simón le ha contrademandado porque considera estas operaciones nulas y le pide a Goldman Sachs 4,1 millones de dólares (3,4 millones de euros).

Según describe la firma española al juez en Reino Unido, el gigante financiero estadounidense alentó al exdirector financiero de García Carrión a realizar operaciones con divisas no autorizadas, de las que nadie en la compañía con sede en Murcia tenía conocimiento, además de que estas operaciones son nulas porque al CFO ya se le quitado los poderes para hacer estas operaciones en nombre de la empresa. En este contexto, la defensa de García Carrión, a cargo de Wilberforce Chambers y Humphries Kerstetter, asegura que está realizando una investigación interna y explica que su exdirector financiero ocultó la transacción a los auditores y falsificó registros contables para evitar ser descubierto. Según denuncia la empresa ante los tribunales, estas operaciones eran especulativas y no se ceñían al objetivo de la cobertura, por lo que deberían ser nulas. Y añade que la empresa se enteró de su existencia cuando Goldman le reclamó el pago.

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Toda esta situación llevó a García Carrión a destituir a su CFO, siempre según la demanda, por irregularidades graves como la ejecución no autorizada y el ocultamiento de derivados cambiarios, la fabricación de documentación, la falsificación de cuentas, la exposición de la empresa a graves riesgos y pérdidas financieras, la malversación de fondos de la empresa y el mal uso de información confidencial, detalla en su contrademanda.

Por si todo esto fuera poco, la empresa acusa en Reino Unido a este ejecutivo de establecer un negocio fuera de la empresa con su hijo para participar en las operaciones de derivados de tipos de cambio.

Por todo lo anterior, García Carrión explica al juez de Reino Unido que en diciembre inició una querella criminal en Madrid no solo contra el exdirector financiero sino también contra su hijo, Goldman Sachs y Bankia, que asegura a El Confidencial que no ha sido notificado de ninguna demanda. En este proceso, paralelo al de Gran Bretaña, señala que Goldman Sachs buscaba instigar al empleado de García Carrión a realizar operaciones financieras valoradas en más de 300 millones de euros para maximizar sus ganancias.

Unas operaciones que, según la empresa española, solo podía firmar su presidente, José García Carrión, dado el elevado tamaño de las mismas. La empresa acusa a su ex CFO de falsificar la firma del presidente ante Goldman Sachs, cuya defensa corre a cargo de Latham & Watkins en Reino Unido.