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Los bancos españoles temen un trato desfavorable del BCE con los dividendos
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DECISIÓN INMINENTE

Los bancos españoles temen un trato desfavorable del BCE con los dividendos

Un supervisor europeo dividido tomará una decisión en los próximos días sobre el dividendo de la banca. Las entidades españolas temen la influencia de los países del norte

Foto: Luis de Guindos y Christine Lagarde, vicepresidente y presidenta del BCE. (Reuters)
Luis de Guindos y Christine Lagarde, vicepresidente y presidenta del BCE. (Reuters)

Semana clave para la recuperación de los dividendos de la banca, algo que tiene en tensión a inversores de medio mundo. El Banco Central Europeo (BCE) decidirá en los próximos días si mantiene más allá de 2020 su recomendación de no repartir los beneficios del sector financiero o, por el contrario, las aguas vuelven a su cauce. De ser así, el supervisor deberá resolver muchas dudas que tienen al mercado en vilo desde hace meses: quiénes podrán repartirlo, cuánto podrá distribuirse y cuándo podrá hacerse.

Fuentes financieras consultadas por este medio explican que este debate ha sobrepasado ya el mundo de la supervisión bancaria y ha entrado en el plano de la política. El primer miembro del consejo de gobierno del BCE en 'mojarse' fue el luxemburgués Yves Mersch, quien en una reciente entrevista en el 'Financial Times' abogó por volver a la normalidad en 2021 con restricciones. "Todo dependería del conservadurismo de los modelos internos en los bancos, en sus provisiones y una visión sólida de la evolución de capital del banco", expuso. Esta letra pequeña de un banquero central como Mersch se ha interpretado entre los financieros españoles como un recado para los países del sur.

Aun así, hay voces dentro del consejo de gobierno que siguen abogando por mantener el veto a los dividendos al menos seis meses más, como la del irlandés Ed Sibley, como explicó a Bloomberg.

Santander y BBVA van a tener que convencer al BCE para repartir dividendos

Aunque la decisión no está tomada, el ejemplo que están siguiendo otros bancos centrales, como los de Inglaterra y Suecia, precedidos por la Reserva Federal, hace prever que el BCE abra también la puerta a que los bancos vuelvan a remunerar a sus accionistas. Tal y como publicó este medio, una de las opciones con más peso sobre la mesa es que este retorno al dividendo se haga con un límite de entre el 15% y el 25% del beneficio ('pay out').

Todo apunta a que este tope no será generalizado, si no para los que superen un umbral de seguridad para los supervisores del BCE. Este punto es el que más discusiones y recelos genera entre los bancos españoles. Primero, por cómo se fijará este umbral: si será público, imponiendo unos mínimos para poder dar dividendos, o se determinará caso por caso, una opción que preocupa a los banqueros, por el estigma que provocaría a las entidades que no repartan su beneficio entre los accionistas.

placeholder La presidenta de Santander, Ana Botín, y el de BBVA, Carlos Torres. (EFE)
La presidenta de Santander, Ana Botín, y el de BBVA, Carlos Torres. (EFE)

El segundo foco de debate es cuál será el umbral que fijará quién reparte dividendo y quién no. Dentro de la banca española, se da por hecho que será el colchón sobre el límite mínimo fijado por el BCE (SREP). Esta línea roja tiene un grave problema para los bancos españoles: el BCE fija año a año un suelo de solvencia que es hecho público por las entidades, pero se reserva una parte de su exigencia (P2G), que es secreta. Este colchón es inferior para los bancos españoles frente a otros países europeos. Por ello, en caso de que el BCE use el margen de capital como guía para autorizar dividendos, las entidades del Ibex perderían su ventaja competitiva oculta.

Superado este corte, la gran duda del sector financiero español es cuál será el baremo para determinar qué parte del beneficio se puede repartir entre los accionistas. Este factor impacta en BBVA y, sobre todo, Santander. Las dos entidades, especialmente la presidida por Ana Botín, necesitan que se autorice a repartir beneficios contra reservas o que se tenga en cuenta el beneficio recurrente, antes de registrar los deterioros en el fondo de comercio.

Números rojos

De este modo, Santander perdió 9.048 millones hasta septiembre, tras el mayor ajuste de su historia en los fondos de comercio de EEUU, Reino Unido y los créditos fiscales en España. El banco presidido por Botín considera que es un ajuste que no tiene efectos en caja ni en capital, por lo que puede repartir dividendo sobre su beneficio recurrente de 3.658 millones.

Por su parte, BBVA perdió 15 millones entre enero y septiembre. Aunque prevé acabar en números verdes a final de año, el grupo presidido por Carlos Torres intentará, como Santander, repartir dividendo al margen del golpe del fondo de comercio en Estados Unidos.

El debate interno de los bancos españoles no acaba ahí. Hubo entidades que consiguieron repartir dividendo con cargo a los resultados de 2019 —como BBVA y CaixaBank— y otras que tuvieron que cancelarlo sobre la marcha, como Santander, por lo que podrían exigir por lo menos devolver esta parte de sus reservas a los accionistas.

Semana clave para la recuperación de los dividendos de la banca, algo que tiene en tensión a inversores de medio mundo. El Banco Central Europeo (BCE) decidirá en los próximos días si mantiene más allá de 2020 su recomendación de no repartir los beneficios del sector financiero o, por el contrario, las aguas vuelven a su cauce. De ser así, el supervisor deberá resolver muchas dudas que tienen al mercado en vilo desde hace meses: quiénes podrán repartirlo, cuánto podrá distribuirse y cuándo podrá hacerse.

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