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La estrategia de Oliu para exprimir el precio de venta choca con las expectativas de BBVA
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El Banco de España se lavó las manos

La estrategia de Oliu para exprimir el precio de venta choca con las expectativas de BBVA

La venta de TSB implica primero valorar el banco británico a cero y obligará cerrar este 2020 con fuertes pérdidas, lo que irá en detrimento de la evolución en bolsa de aquí a fin de año

Foto: El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu. (EFE)
El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu. (EFE)
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Josep Oliu quiso apretar en el precio. El BBVA quería pagar su nueva compra en metálico y con una prima baja. El problema nunca fueron los cargos, según fuentes conocedoras de las conversaciones, que se han prolongado durante estos 10 días de contactos declarados. Se asumía que Oliu fuese vicepresidente de la entidad resultante. El problema radicó en el precio. No en vano, el presidente del Banco Sabadell es también el mayor accionista individual. Tiene el 0,15% del banco que preside, según consta en el informe de gobierno corporativo del Sabadell. Al precio de cierre de ayer, tras caer un 12,78%, su paquete apenas valía 3 millones de euros. Mucho menos de lo que le costó. Al final, el BBVA se cansó y se perdió la caballerosidad entre banqueros. Fusión al agua e inversores en fuga.

El Banco Sabadell no vale ahora ni 2.000 millones. Lleva mucho tiempo a tiro de OPA. Si en los próximos días sigue bajando, al BBVA le saldría más barato opar que fusionar. Banco Sabadell no tiene quien le defienda. El magnate mexicano David Martínez es el principal accionista, con el 3,49%. Fue el último en escuchar al flautista de Hamelín, Josep Oliu. Y nadie va a seguir perdiendo dinero. Las fortunas que se han dilapidado en el banco son legendarias.

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El propietario de Mango, Isak Andic perdió 400 millones de euros en su aventura como accionista del Sabadell. Los Lara (Planeta) han reconocido minusvalías de más de 300 millones. Los herederos de Titanlux, los Folch, acabaron vendiendo la empresa de pinturas Titán para cubrir las pérdidas que había asumido su progenitor en la aventura bancaria. Pese a cada debacle, Oliu siempre encontraba nuevos paganos.

En 2015 Banco Sabadell amplió capital por 1.600 millones para comprar TSB, su banco británico que ahora se quiere valorar en cero euros y poner a la venta, como plan alternativo a la fusión con el BBVA. En 2013 amplió capital por 1.400 millones. Pero en 2012, ya había ampliado capital por otros 913 millones. Y en 2004 ya hizo otra previa de 552 millones. Por lo tanto, en los últimos 15 años el Sabadell ha pedido al mercado más del doble de lo que vale ahora en bolsa. Una ruina. El BBVA no podía jugársela con ese histórico y por eso se negó a aceptar las exigencias de prima que pedía Oliu.

placeholder Oficina de Banco Sabadell. (EFE)
Oficina de Banco Sabadell. (EFE)

Pero también es verdad que Josep Oliu esperaba un juego más limpio, según apuntan fuentes cercanas al banco catalán. En el Banco Sabadell creen que BBVA ha forzado la ruptura como una estrategia negociadora más: forzar la caída de la acción y así comprar más barato. Y el Sabadell es consciente de que su posición de solvencia es muy superior a la del Popular.

El papel del Banco de España

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos apadrinaba la fusión, pero no ha sabido defenderla. En el fondo se ha mantenido una neutralidad sistémica que favorece a las grandes entidades, pero no ha sido proactiva en presionar a las partes para reconducir las diferencias que se iban produciendo en las conversaciones. Por tanto, su papel de árbitro distante al final ha acabado favoreciendo una postura de fuerza del BBVA.

Hernández de Cos ha optado por la neutralidad en lugar de apostar fuerte por la fusión y ahora la ruptura supone un problema para el sistema

Ahora, la venta de TSB implica primero valorar el banco británico a cero y obligará cerrar este 2020 con fuertes pérdidas, lo que irá en detrimento de la evolución en bolsa. Pero por ahora Oliu ha parado el golpe. El Sabadell solo ha caído un 13,58%. Y en 10 días había subido un 35%. Por ahora todavía el valor ha ganado un 20%. Habrá que ver cómo evoluciona la acción en las próximas jornadas.

Futuro en el alero

Más allá de vender TSB, algunos inversores apuntan que Oliu podría forzar más el acaparar liquidez y trocear otras partes del negocio, como México o como el de particulares en mercados en los que tiene cuotas de más del 10%; los casos de Asturias y Alicante resultan los más emblemáticos. Eso supondría apostar por un banco más pequeño en volumen de activos, centrado en el mercado minorista en Cataluña y en el de empresas en toda España. Pero no está claro que el nuevo plan estratégico vaya a ir por ahí.

Josep Oliu quiso apretar en el precio. El BBVA quería pagar su nueva compra en metálico y con una prima baja. El problema nunca fueron los cargos, según fuentes conocedoras de las conversaciones, que se han prolongado durante estos 10 días de contactos declarados. Se asumía que Oliu fuese vicepresidente de la entidad resultante. El problema radicó en el precio. No en vano, el presidente del Banco Sabadell es también el mayor accionista individual. Tiene el 0,15% del banco que preside, según consta en el informe de gobierno corporativo del Sabadell. Al precio de cierre de ayer, tras caer un 12,78%, su paquete apenas valía 3 millones de euros. Mucho menos de lo que le costó. Al final, el BBVA se cansó y se perdió la caballerosidad entre banqueros. Fusión al agua e inversores en fuga.

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