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BBVA, 35 años comprando bancos en Cataluña, apunta ahora al Sabadell
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De Banca Catalana a Catalunya Banc

BBVA, 35 años comprando bancos en Cataluña, apunta ahora al Sabadell

Banca Catalana, Unnim y Catalunya Banc han ido pasando al banco que ahora preside Carlos Torres. Ahora pone sus ojos en Banco Sabadell, como si se hubiera quedado con hambre

Foto: Oficinas de BBVA en Madrid. (EFE)
Oficinas de BBVA en Madrid. (EFE)

BBVA siempre ha sido el más catalán de los bancos españoles. No en vano, lleva 35 años aprovechando diversas crisis bancarias para crecer en el mercado catalán, donde se ha hecho cada vez más fuerte. En 1984 no existía el BBVA, pero sí lo que iba a ser su germen, el BBV, que se hizo con la mayoría de las acciones de Banca Catalana, que había impulsado quien luego llegó a ser presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. El rescate de Banca Catalana solo fue el principio de una estrategia deliberada de la entidad que ha sobrevivido a todos los presidentes: hacerse fuerte en Cataluña. Se puede afirmar que después de más de tres décadas picoteando en el mercado catalán, ahora con Banco Sabadell llega la hora del plato principal.

La compra de Banca Catalana no fue un accidente. Ha sido una política continuada de crecer por la vía de las adquisiciones de entidades con las que BBVA ampliaba su red, que luego racionalizaba, y su base de clientes. La aplicó el banco cuando era un símbolo del capitalismo vasco de Neguri, pero continuó cuando la dirección del gigante bancario pasó a centrarse en Madrid.

Foto: El presidente de BBVA, Carlos Torres (2i), y el consejero delegado de Banco Sabadell, Jaime Guardiola (2d). (EFE)

En el año 2000, Banca Catalana quedaba absorbida definitivamente por el BBVA, una digestión lenta —la marca se mantuvo durante años— que luego se reafirmó en continuas operaciones posteriores de compras continuadas, mientras otros competidores como Popular o Santander perdían mercado.

En 2012, BBVA absorbió Unnim, el fracasado proyecto de fusión de cajas pequeñas —Terrassa, Manlleu y Sabadell— que había querido impulsar el entonces 'conseller' de Economía, Antoni Castells. En la práctica, eso le supuso beneficiarse de 1.997 millones de ayudas públicas del FROB al rescate de la entidad. Se reproducía el caso de Banca Catalana: se aprovechaba una crisis bancaria para crecer en Cataluña con el mínimo coste.

Dos años después, también bajo la presidencia de Francisco González, el BBVA compró Catalunya Banc —antigua Caixa Catalunya bancarizada— por 1.165 millones. Se impuso en subasta a CaixaBank y al Banco Santander. De nuevo, la crisis financiera de Lehman Brothers le ofrecía al banco la última gran oportunidad de crecer en el mercado catalán. Esta operación suponía la desaparición del viejo mundo de las cajas de ahorros que había sido tan relevante en Cataluña, porque además de Caixa Catalunya desaparecían de un plumazo entidades como Caixa Tarragona o Manresa.

Cambio de enfoque

En estos 35 años, esta política de adquisiciones ha supuesto un importante cambio de enfoque. BBVA en Cataluña era el banco de la gran industria. El empresario catalán muchas veces era familiar, pero a partir de determinado tamaño operaba con el BBVA. El consejo asesor de BBVA en Cataluña siempre ha estado integrado por lo más granado de la sociedad catalana. Ignacio Ferrero, presidente de Idilia Foods —antigua Nutrexpa—, lo preside actualmente.

Foto: EC.

BBVA fue el banco que acompañó a Grifols en su salida a bolsa, una operación que anteriormente fue desestima por el Deutsche Bank, nada menos. Grifols seguía así la tradición de todas las grandes familias industriales catalanas: si ibas a hacer algo grande lo hacías con el BBVA, no te ibas a La Caixa. El BBVA era el banco de los ricos. En concreto, de los catalanes muy ricos.

Eso cambió con la compra de Catalunya Banc. Su entidad originaria, Catalunya Caixa, era el banco de los pobres. Así que en la última década BBVA ha pasado de ser el banco de las grandes fortunas al banco de todo el mundo. Un cambio de óptica nada desdeñable.

Ahora, las pymes

En tierra de nadie, históricamente, se habían quedado las pymes. Ni operaban con las cajas ni podían acceder a la gran banca española. Ese fue el terreno que ocupó el Banco Sabadell y que ahora puede integrarse en el BBVA si la negociación de la nueva fusión prospera. El banco que preside Josep Oliu había empezado siendo una entidad de los textileros de Sabadell que se fue especializando en pymes de toda Cataluña que dejaban de serlo a golpe de exportación. Si la fusión acaba cerrándose con éxito, el BBVA acabará cerrando el círculo en Cataluña, discutiéndole a CaixaBank de igual a igual su dominio en el territorio catalán.

BBVA siempre ha sido el más catalán de los bancos españoles. No en vano, lleva 35 años aprovechando diversas crisis bancarias para crecer en el mercado catalán, donde se ha hecho cada vez más fuerte. En 1984 no existía el BBVA, pero sí lo que iba a ser su germen, el BBV, que se hizo con la mayoría de las acciones de Banca Catalana, que había impulsado quien luego llegó a ser presidente de la Generalitat, Jordi Pujol. El rescate de Banca Catalana solo fue el principio de una estrategia deliberada de la entidad que ha sobrevivido a todos los presidentes: hacerse fuerte en Cataluña. Se puede afirmar que después de más de tres décadas picoteando en el mercado catalán, ahora con Banco Sabadell llega la hora del plato principal.

Francisco González Grifols Banca Cataluña Finanzas
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