Carlos Rus (ASPE): "La ideología ha pesado más que el paciente"

Cumplió su primer año como presidente de la patronal Alianza de Sanidad Privada Española (ASPE) la semana pasada. Y aunque nunca pudo imaginar así su debut, Carlos Rus conoce tan bien las tuberías del sistema sanitario español en general y las del privado en particular, por sus años como secretario general de esta patronal, que ninguno de los cinco ejes del plan estratégico presentado para su mandato ha quedado superado por la crisis sanitaria. Más bien al contrario, el contexto ha demostrado que apuntaban en el sentido correcto.

“La pandemia lo cambia todo, pero sin embargo ha hecho más relevantes todas las líneas de actuación que nos hemos marcado como patronal”, explica Rus antes de repasar de memoria las prioridades que aprietan al sector. Aunque en el fondo todas terminan girando en torno a la cohabitación con el sistema público y la manera de generar más sinergias y puntos de colaboración, en la medida en que resulte beneficiado todo el Sistema Nacional de Salud, "porque ahora no hay criterios de eficiencia" comunes a todas las comunidades autónomas.

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Han hecho números para defender su aportación al sistema: desde el dinero que ahorran a las arcas públicas (3.400 millones anuales) al número de servicios que prestan, pero aun así consideran que la colaboración público-privada es muy baja, fruto de la falta de reconocimiento. “En esta crisis, hemos demostrado que somos un aliado flexible, una especie de reserva estratégica”, recuerda Rus. “Hemos facilitado capacidad de atención, hemos atendido pacientes críticos y hemos aliviado listas de espera”. Y eso para el presidente de ASPE son datos irrefutables.

Si esta crisis ha dejado a la vista las carencias del sistema de salud, Rus tiene claro que la disparidad de decisiones entre las comunidades autónomas ha ayudado muy poco. "Digamos que la ideología ha pesado más que el paciente", subraya con tono crítico, pues así se han percibido desde fuera las diferencias de registro respecto a otros de nuestro entorno. En lo que respecta a su papel, sobre el punto polémico del cobro por sus servicios, asegura que "nunca hablamos de dinero durante la crisis, pero sí esperamos una compensación razonable".

Sin embargo, trabajar para 17 clientes diferentes hace exasperante la suerte del cobro en tiempo, forma y precio, hasta el punto de no haber siquiera una mesa de negociación con todas las partes, tal como explica Rus, que además cree que "mientras sigamos con esta percepción del sistema privado, la colaboración nunca será óptima". Y eso sin hablar del globo sonda que hubo previo a la redacción de los PGE sobre una posible subida del IVA al 21%, asunto que conmocionó al sector y obligó a reaccionar de manera inmediata y en todos los frentes.

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El sistema privado tiene tal peso en el conjunto de la atención sanitaria del país que su termómetro es un indicador válido para diagnosticar las fallas del modelo, como la actual escasez de profesionales, para lo que ellos reclaman la compatibilidad entre pública y privada. Y lo es gracias al volumen de pacientes (más de 10 millones al año) que atienden del sector asegurador, donde las cinco compañías más grandes representan casi el 70% de su negocio, lo que termina otorgando el poder en la relación comercial al tenedor de los clientes y no al proveedor del servicio.

Esta coyuntura hace que los operadores privados quieran profundizar en ese rol de soporte del sistema público. En opinión de Rus, los campos de colaboración pueden ser muchos y variados, incluidos los de innovación, punto para el que ASPE pretende lanzar un Instituto Tecnológico Sanitario, y pueden generar beneficios mutuos. Uno de ellos, impulsado por Sanidad, es la creación de una base de datos única con la información de los pacientes de todas las CCAA, proyecto en el que están encantados de participar. "La salud ha recuperado el carácter central que tiene y debemos aprovecharlo".