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Los fondos extranjeros y los bancos ponen en cuarentena el sector inmobiliario español
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Los fondos extranjeros y los bancos ponen en cuarentena el sector inmobiliario español

Las luces de alarma empiezan a encenderse en las sedes de los grandes inversores internacionales, que cada vez ponen más pegas a invertir en España por la situación política y económica

Foto: Los grandes inversores muestran cada vez más desconfianza hacia España.
Los grandes inversores muestran cada vez más desconfianza hacia España.
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Las luces de alarma han empezado a encenderse en los despachos de los grandes inversores internacionales y de los bancos españoles en torno al sector inmobiliario español. El que parecía llamado a ser una de las tablas de salvación de la economía nacional ante la grave crisis que se avecina, empieza a emitir también señales de alerta, un cambio de signo que tiene su origen en las incertidumbres políticas y en las negativas previsiones de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que sitúan a nuestro país en el pelotón de cola.

Según han confesado varios inversores inmobiliarios a este medio, que piden salvaguardar el anonimato, los fondos internacionales están empezando a poner bajo revisión sus inversiones en nuestro país, y exigen unos fuertes descuentos, muy superiores a los que (por el momento) están dispuestos a aceptar los vendedores para adquirir activos. "Cada vez me cuesta más presentar propuestas a los comités de inversión, se va notando la creciente desconfianza hacia España", señalan desde una gran firma estadounidense de inversión inmobiliaria.

Foto: Jaime Echegoyen (i) y Javier García del Río, presidente y CEO de Sareb, respectivamente. (Sareb)

Su caso, lejos de ser una excepción, es la tónica general, según confirma un bróker del sector. "Los motores de nuestra economía son los que son, cuando las cosas van bien, vamos mucho mejor que nuestros vecinos, pero, cuando van mal, el golpe es considerable. El virus afecta, y mucho, a nuestros motores, con lo que el golpe va a ser…", advierte, en clara referencia al peso del turismo (representa el 12% del PIB y el 13% del empleo), sector cuya debacle ha golpeado directamente al negocio inmobiliario de inversión en hoteles, apartamentos turísticos y del 'retail' más ligado a los visitantes internacionales.

Esta reflexión ayuda a comprender que, desde marzo, "los fondos internacionales estén pidiendo un descuento que justifique seguir invirtiendo en España", añade, rebajas que todavía no se están viendo a esos niveles al otro lado de la mesa. Todavía, porque la situación amenaza con tensarse, y mucho, por variables que, además, son las que menos gustan a este tipo de inversores: inseguridad jurídica y política.

Foto: Los empleados no esenciales dejan de acudir a sus puestos de trabajo

La primera golpea directamente al mercado residencial, con Cataluña en el epicentro, donde los últimos decretos aprobados por el Ejecutivo de Joaquín Torra para limitar el alquiler y regularizar la 'okupación' amenazan con extenderse por el resto del país. La segunda está directamente ligada con las crecientes tensiones entre Bruselas y Madrid por el deseo de Pedro Sánchez de llevar a cabo una reforma exprés del Poder Judicial.

"Fuera, no se fían de nosotros, cada vez tienen más dudas de qué vamos a hacer con el dinero que nos va a dar a Bruselas, y lo del Poder Judicial ha sido la puntilla", afirma un empresario del sector inmobiliario, cuyo principal temor ahora es que la política nacional termine derivando en un recorte o retraso de la inyección de los fondos europeos, ya que estos son críticos para mantener instrumentos como los ERTE —Expediente de Regulación Temporal de Empleo—.

"Cada vez cuesta más presentar propuestas a los comités, se va notando la creciente desconfianza hacia España", reconocen desde un gran fondo

Las cifras de Eurostat sitúan a la economía española como la más débil en el segundo trimestre del año (primero completo con la pandemia), al haberse recortado un espectacular 18,5%, muy por encima del 11,4% de caída media de la zona euro, mientras que el empleo se redujo un 7,5%, el doble que el resto. La consecuencia directa es que nuestro país ha perdido varios puestos en el 'ranking' de riqueza por habitante (entendida como PIB por habitante), pasando del puesto 34 al 39 y situándose por detrás de economías como Chipre, Eslovenia o Lituania.

El FMI, por su parte, considera a España el país perdedor de la crisis entre toda la OCDE, con una estimación de la caída del PIB del 12,8%, con el agravante de que es la única economía desarrollada para la que no han mejorado sus previsiones anteriores, lo que invita a pensar que, más allá de la pandemia global, dentro de nuestras fronteras hay un problema local.

placeholder Los bancos están pidiendo preventas del 40% en el residencial.
Los bancos están pidiendo preventas del 40% en el residencial.

La propia banca nacional también está dando serias muestras de desconfianza y, frente al papel clave de celeridad en la concesión de crédito que ha demostrado durante la primera ola de la crisis, con la rápida canalización de los préstamos ICO, empieza a cerrar el grifo crediticio. Las últimas cifras del Banco de España recogen ya una caída en las nuevas operaciones del 21% en julio y del 32% en agosto, meses en los que ya se había pasado la oleada fuerte de solicitud de avales públicos y empezó a dejarse ver la triste realidad.

"Los bancos están exigiendo a las nuevas promociones preventas del 40% para dar financiación", reconocen tanto desde el mundo empresarial como miembros de la administración, temerosos ante esta situación. Más duro está siendo en el sector hotelero, con las principales entidades del país, con Santander a la cabeza, deseosas de reducir su elevada exposición a un mercado que se enfrenta a una dura travesía por el desierto.

"Los bancos están exigiendo a las promotoras residenciales contar con unas preventas del 40% para concederles financiación"

"Yo te puedo contar mi caso, que con el suelo comprado con capital y un acuerdo ya con una cadena hotelera de referencia, las entidades rechazan financiar la obra porque ahora está la consigna de no financiar nuevos proyectos hoteleros", reconoce un empresario, quien lejos de considerar su situación una excepción, asegura que es la realidad que se está viviendo en el sector inmobiliario y financiero, especialmente, en el ligado al turismo.

Su visión coincide con la del presidente de una gran constructora, para quien los avales públicos han sido un espejismo, cuando "lo que realmente hizo la banca con los créditos ICO fue decir a las empresas que cambiaran crédito a corto por crédito a largo, y rebajar así sus riesgos". Pero cuando llega la hora de financiar nuevos proyectos, al margen de estos avales, todo son pegas.

Si a esto se añade el triste honor de encabezar los contagios por covid y el hecho de que economías con las que España compite por atraer las inversiones de los grandes fondos paneuropeos, como Italia o Portugal, están reaccionando ante la crisis mucho mejor que nosotros, los grandes inversores internacionales tienen la excusa perfecta para, desde sus despachos a miles de kilómetros de distancia, decir: mejor dejemos ahora a España en cuarentena.

Las luces de alarma han empezado a encenderse en los despachos de los grandes inversores internacionales y de los bancos españoles en torno al sector inmobiliario español. El que parecía llamado a ser una de las tablas de salvación de la economía nacional ante la grave crisis que se avecina, empieza a emitir también señales de alerta, un cambio de signo que tiene su origen en las incertidumbres políticas y en las negativas previsiones de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que sitúan a nuestro país en el pelotón de cola.

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