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La ola de fusiones aumenta el riesgo de oligopolio y recortes de plantilla en la banca
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La ola de fusiones aumenta el riesgo de oligopolio y recortes de plantilla en la banca

La gran banca española es la más sobredimensionada de Europa. La concentración se encamina a reducir oficinas y empleo, reduciendo la competencia en muchas zonas

Foto: CaixaBank y Bankia dieron el pistolerazo de salida a una nueva ola de fusiones. (EFE)
CaixaBank y Bankia dieron el pistolerazo de salida a una nueva ola de fusiones. (EFE)
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La nueva ola de concentración bancaria parece imparable. El potencial daño del coronavirus a los balances ha acelerado procesos que estaban pendientes por la raquítica rentabilidad de las entidades en los últimos años, aquejados por los tipos bajos o negativos. CaixaBank y Bankia han dado el pistoletazo de salida, les han seguido Unicaja y Liberbank y queda por saber si habrá más jugadores que se lancen, como Sabadell, Kutxabank o BBVA.

Los supervisores parecen encantados de que se produzcan estas fusiones que, al final, lo que conllevan es un recorte de oficinas y empleo. A costa de estos ‘tijeretazos’, que como han mostrado los expedientes de regulación de empleo (ERE) recientes de CaixaBank y Santander, tienen un coste a corto plazo importante de reestructuración, pero han servido a las entidades para incrementar su eficiencia impulsando la digitalización. Es decir, reducir costes intentando mantener o elevar el negocio.

Los cinco grandes bancos españoles (Santander, CaixaBank, BBVA, Bankia y Sabadell) aún son los más sobredimensionados a escala global si se compara su red de sucursales con la de las entidades líderes en otros mercados. Así lo muestra un informe de Credit Suisse. La suma de estos bancos tiene más de 55 sucursales por cada 100.000 habitantes. Solo en Italia y Suecia las ratios superan las 40 oficinas, en Francia y Japón están por encima de 30, umbral en el que está Reino Unido.

placeholder Oficinas de los grandes bancos de cada mercado por población. (Credit Suisse)
Oficinas de los grandes bancos de cada mercado por población. (Credit Suisse)

Esto es fruto de dos variables. Que en España hay una tradición bancaria de redes extensas y que ha habido una fuerte concentración del sector financiero que ahora va a tener una segunda oleada. Los últimos ERE de Santander y CaixaBank redujeron la ratio de oficinas por habitante a 5,14, lejos ya del 9,9 de 2008. Con este cociente, España deja de ser el país con más sucursales por población, al quedar por debajo de Francia o Chipre. Sin embargo, si solo se miran los grandes bancos, sigue a la cabeza.

El gráfico de Credit Suisse hubiera sido mucho más diferente hace 15 años, con un sector financiero mucho más atomizado, con más de 40 marcas que se redujeron a 12 significativas con la Gran Recesión. En otros países como en Alemania aún hay cientos de entidades que se asemejan a las antiguas cajas de ahorros. Allí, los problemas se concentraron en los gigantes Deutsche Bank y el nacionalizado Commerzbank, mientras que aquí se extendió por todas las cajas y se optó por la concentración bancaria, con rescates públicos de por medio.

Entre 2009 y 2019, según datos del Banco de España (BdE), la banca recortó el 49% de su red de sucursales, lo que ha supuesto el cierre de 22.575 oficinas y el ‘tijeretazo’ a un tercio del empleo. También ha incidido en el riesgo de la exclusión financiera, que en realidad es un proceso paralelo con la desocupación de grandes áreas del país. Y pone a muchas zonas en riesgo de oligopolio.

Foto: Fusiones bancarias. (EC)

A escala nacional, los datos aún no reflejan una concentración preocupante. El Índice de Herfindahl-Hirschman (IHH), que es la suma de cuadrados de las cuotas de mercado, es el que se usa como referencia para analizar el grado de concentración de una industria. Este índice se elevará un 25% en el reparto de las cuotas de mercado del crédito con la fusión de CaixaBank y Bankia, y el aumento podría alcanzar hasta el 50% si culminan las conversaciones de Unicaja y Liberbank y, como se ha especulado, hubiera un matrimonio entre Sabadell y BBVA.

En cualquier caso, la única operación acordada hasta ahora es la de Bankia y CaixaBank, que tendrá que aprobar, precisamente, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Para el conjunto del mercado español, el índice pasará de 932 puntos a 1.163 puntos. La CNMC no tiene umbrales delimitados para establecer si la concentración es baja o alta, mientras que la Comisión Europea considera que es preocupante a partir de 2.000. En Estados Unidos sí hay niveles prefijados que establecen una concentración moderada entre 1.000 y 1.800 puntos y alta en adelante.

La fusión metería a la banca en concentración moderada en el conjunto del territorio, pero si se tiene en cuenta el reparto de oficinas, sobrepasaría los 2.500 puntos en Murcia, los 2.000 puntos en Cataluña y se acercaría a este número en las comunidades Valenciana y de Madrid, según estimaciones de AFI. El reparto de oficinas no es sinónimo de negocio, porque la dimensión y rentabilidad de las sucursales puede variar, pero es un acercamiento que permiten las estadísticas anuales de las patronales AEB y CECA.

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IHH para medir el grado de concentración tras la fusión CaixaBank-Bankia. (AFI)

La concentración en Murcia es llamativa, con 163 oficinas de Bankia y otras 99 de CaixaBank al cierre de 2019, según datos de CECA. Así, concentran el 36% de las sucursales en la región. Murcia es la segunda provincia de España, tras Teruel, con más oficinas por habitante, pese a que en la región se cerró el 47% de la red en la última década, según datos del BdE. Así, en Murcia hay una oficina por cada 905 habitantes, ratio solo mayor que en Teruel (762) y mayor que en Soria (963), que son las únicas tres provincias que están por debajo de 1.000, mientras que levemente por encima se sitúan Cuenca y Huesca.

Este grado de concentración en Murcia y la sobredimensión de la red si se compara con la de otras provincias anticipa un ‘tijeretazo’ en la región. La situación es frontalmente diferente en Cataluña, que es la otra comunidad donde más se dispara el grado de concentración con esta fusión. CaixaBank cuenta con 682 oficinas en Barcelona, 135 en Girona, 110 en Lleida y 127 en Tarragona. En el caso de Bankia, son 146 en Barcelona, 15 en Girona, 3 en Lleida y 4 en Bankia. Así, las sinergias se producirán principalmente en Barcelona, donde tendrán el 38% de la red.

Foto: Un hombre entra en una sucursal bancaria del BBVA. (EFE)

Sin embargo, Barcelona ya es una de las provincias con menos oficinas respecto a la población. Tiene la tercera ratio más alta, con una sucursal por cada 2.591 habitantes, solo por debajo de Cádiz (2.960) y Las Palmas (2.503). En quinta posición está la provincia también catalana de Tarragona, con 2.461.

No en vano, Cataluña ha sido la región con mayor cierre de oficinas desde la anterior crisis, tanto en términos relativos como absolutos. El recorte de la red ha sido del 61,3% o 5.003 sucursales. Es decir, el 22% de las oficinas de banca que ha desaparecido entre 2009 y 2019 ha sido en Cataluña. Si bien varios bancos, como el propio CaixaBank, han apostado por potenciar grandes oficinas en ciudades como Barcelona.

Las sinergias resultantes y el grado de concentración incentivan el cierre de oficinas, pero por el contrario Cataluña ya es una región en la que ha habido profundos ajustes en la banca y la red de sucursales está infradimensionada en Barcelona respecto a otras provincias. El grado de concentración se dispararía aún más en Cataluña si hubiera una eventual fusión entre Banco Sabadell y BBVA, como se ha especulado, que heredó la red de Caixa Catalunya.

Otra región donde entra en grado de concentración elevada el sector financiero con la fusión de CaixaBank es en la Comunidad Valenciana. En Valencia donde tienen su sede social las dos entidades, el banco catalán cuenta con 190 oficinas y Bankia con 248. Son el 37% de las sucursales que hay en la provincia. En el conjunto de la comunidad autónoma suman un tercio del total, con 742 oficinas. Si Cataluña era la región donde ha habido más cierres, la Comunidad Valenciana es la segunda, con el 55,5% de la red o 2.827 oficinas.

Alicante tiene una oficina por cada 2.295 habitantes, Valencia una cada 2.165 y Castellón una cada 2.132. Las tres están en el grupo de 16 provincias en las que esta ratio supera los 2.000 habitantes. También está en este universo Madrid, con una oficina por cada 2.277 habitantes, otra región donde habría un aumento importante del grado de concentración con la fusión de CaixaBank y Bankia. En concreto, CaixaBank cuenta con 415 sucursales y Bankia con 631, lo que supone el 36% de la red. Madrid ha sido la tercera comunidad con mayor ‘tijeretazo’ a la red por parte de la banca, con un 52% o 3.165 oficinas.

Unicaja y Liberbank, por su parte, elevarán el grado de concentración de la banca si alcanzan un acuerdo también en Madrid, donde cuentan con 111 oficinas, el 3,8% de la red. Las dos entidades apenas comparten área de influencia. Unicaja tiene su mayor nicho en Andalucía y en Castilla y León, y Liberbank en Asturias, Cantabria, Extremadura y Castilla-La Mancha.

Es en esta región hay solapamiento, en concreto en Ciudad Real, donde Unicaja cuenta con 46 oficinas y Liberbank con 27. Entre ambos bancos suman el 21% de la red, mientras que CaixaBank y Bankia tienen otro 22%. Es decir, hay presión sobre la competencia en Ciudad Real, y también en Cáceres, donde Unicaja tiene 35 sucursales y Liberbank otras 74, sumando ambos bancos el 42% de la red, formada a diciembre de 2019 por 343 sucursales. Mientras que CaixaBank y Bankia tienen 22 y 4 oficinas respectivamente, otro 7,6%. Cáceres tendría así la mayor alerta roja sobre la competencia, que podría verse superada en otras provincias si hay nuevas fusiones entre los grandes bancos, como la posible unión de Sabadell con BBVA.

La nueva ola de concentración bancaria parece imparable. El potencial daño del coronavirus a los balances ha acelerado procesos que estaban pendientes por la raquítica rentabilidad de las entidades en los últimos años, aquejados por los tipos bajos o negativos. CaixaBank y Bankia han dado el pistoletazo de salida, les han seguido Unicaja y Liberbank y queda por saber si habrá más jugadores que se lancen, como Sabadell, Kutxabank o BBVA.

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