Madrid quiere fomentar el teletrabajo para mitigar la nueva oleada de rebrotes

Freno a la vuelta a la oficina. La oleada de rebrotes que sufre la Comunidad de Madrid, cuyas cifras de contagios se han disparado un 64% en las últimas 24 horas, han disparado las alarmas y han llevado al Gobierno que encabeza Isabel Díaz Ayuso a diseñar un paquete de medidas para limitar los movimientos y las reuniones, con el objetivo de frenar esta nueva crisis sanitaria.

A la espera de que mañana, viernes, el Ejecutivo madrileño detalle el alcance concreto de la ofensiva que quiere implementar, la principal preocupación está en zonas como Carabanchel, Villaverde, Vallecas, Usera, Parla o Fuenlabrada, sobre las cuales se ha llegado a plantear, incluso, la posibilidad de establecer confinamientos selectivos, medida que requeriría de autorización judicial para poder ser implementada por una comunidad autónoma.

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Además de estas opciones tan drásticas, el Ejecutivo de Ayuso quiere apostar por otras medidas que permitan controlar los desplazamientos en toda la región, entre las que se encuentran limitar las reuniones a menos de 10 personas y apostar por el teletrabajo siempre que sea posible, limitando así los movimientos a lo estrictamente necesario.

En el caso del trabajo en remoto, el equipo de Ayuso carece de competencias para imponerlo, pero trabaja en la línea de fomentarlo. El esquema sobre el que quiere actuar el Ejecutivo madrileño es el protocolo que firmó el pasado 1 de septiembre con los agentes sociales, que insiste en el uso del teletrabajo, siempre que la actividad lo permita, y extremar las medidas de ventilación, limpieza y desinfección de las empresas, con el uso de la mascarilla en todo momento dentro del centro de trabajo.

Además, el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid aprobó ayer, para los empleados públicos, poder solicitar esta modalidad y pactar con su centro directivo la jornada laboral 'online', siempre que se garantice la prestación del servicio. Para ello, se va a diseñar un plan que permita medir el grado de cumplimiento de los objetivos y llevar un seguimiento de los mismos bajo la fórmula del teletrabajo.

En Madrid, según datos de grandes socimis, la ocupación física de las oficinas llegó a caer hasta un 15% durante la crisis de la pasada primavera, aunque actualmente se está rozando el 60%. Esta cifra es inferior a la que se alcanza actualmente en los países nórdicos, que se mueven en torno al 80%, pero superior a la de grandes capitales como Nueva York o Londres, donde se estaría rozando el 40%, según las mismas fuentes, que explican esta bajada de las dos grandes capitales del mundo de los negocios por la situación de su red de transporte público.

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En Madrid, el metro también es actualmente una gran preocupación, debido al papel que juega en la nueva crisis sanitaria que vive la región y, de hecho, es uno de los puntos calientes dentro del paquete de medidas que ultima el Ejecutivo, que desea limitar la afluencia de viajeros, especialmente en las zonas con mayor alerta sanitaria, en las que se plantean los confinamientos parciales.

Aquí, el teletrabajo juega un papel crítico, ya que sería incongruente confinar barrios o poblaciones y, en cambio, permitir a sus habitantes desplazarse a otros puntos de la capital para realizar un trabajo que pueda hacerse a distancia.