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Las discrepancias en el precio atascan la recta final de la fusión Bankia-CaixaBank
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LOS CONSEJOS SE REÚNEN EL MIÉRCOLES

Las discrepancias en el precio atascan la recta final de la fusión Bankia-CaixaBank

La aprobación de la fusión se retrasa tres días por un viaje de Calviño, discrepancias en la ecuación de canje y el esquema de la cúpula, y por dudas por el plan de recorte de empleo

Foto: José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, y Gonzalo Gortázar, CEO de CaixaBank. (EC)
José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, y Gonzalo Gortázar, CEO de CaixaBank. (EC)
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Las negociaciones de la fusión entre CaixaBank y Bankia se tensan en la recta final. El tercer y cuarto mayor banco de España retrasan en tres días sus planes iniciales de aprobar la operación. En un principio, tenían previsto convocar a sus consejos este domingo y, finalmente lo harán, si no hay nuevos cambios, el próximo miércoles. Detrás de este retraso hay varios factores pero principalmente el alejamiento entre la entidad catalana y la nacionalizada por el precio y por el reparto de poder, según confirman distintas fuentes cercanas a la fusión.

Junto a ello, otras fuentes destacan que hay un sector del Gobierno que está empezando a ver peor la operación, por el plan de recortes de empleo que podría afectar a entre 8.000 y 10.000 trabajadores de la entidad resultante, entre un 15% y un 20% de la plantilla. Temen el coste político de financiar la pérdida del trabajo con el dinero del rescate público: el plan de las dos entidades es pagar los recortes con el 'badwill' (fondo de comercio negativo), que se generará con el descuento de la absorción de Bankia, de unos 8.000 millones de euros. Desde el Ejecutivo niegan que el plan de ajuste sea un escollo en este momento.

Foto: Logo de Bankia frente a la sede de la entidad, en Madrid. (Reuters)

Flecos sueltos

Respecto al precio, las negociaciones llevan unos días girando en torno a la prima que tendrá que pagar CaixaBank a cambio de las acciones de Bankia. La entidad catalana quiere rebajar la prima al 15% y el Fondo de Reestructuración (FROB), dueño de un 61% del banco nacionalizado, no quiere bajar del 20%. Se espera que la Fundación Bancaria "la Caixa" tenga un 30% del nuevo banco y el FROB un 15%. Cada una de las partes está rodeada de un ejército de asesores en la operación: Morgan Stanley, Deloitte y Uría Menéndez en el caso de CaixaBank. Rothschild, EY y Garrigues, en el de Bankia.

Otro de los problemas está en el gobierno corporativo. Los dos bancos tienen claro que José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, será presidente ejecutivo en la nueva entidad, con el CEO de la entidad catalana, Gonzalo Gortázar, con el mismo cargo en la fusionada. La discusión está en el reparto de las funciones. Goirigolzarri se niega a tener un poder limitado, y Gortázar exige que como entidad compradora es él quien debe llevar el peso del negocio. Tampoco hay acuerdo, hasta el momento, en el número de asientos que tendrá cada uno en el consejo.

Foto: Jaime Ponce, presidente del Fondo de Reestructuración (FROB). (EFE)

El cuarto problema ha sido un viaje de la vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño, que es quien toma las decisiones del lado del Gobierno en esta fusión.

De este modo, salvo cambio de última hora, los consejos de las dos entidades tomarán una decisión sobre la fusión el próximo miércoles. Donde más dudas hay sobre la operación es entre los independientes de Bankia, según fuentes próximas a la operación. Según las mismas, pesan las incertidumbres sobre la magnitud de la crisis y cómo de intensa será la recuperación y el hecho de que Bankia sea la entidad absorbida y, por tanto, la que tiene las de perder en la integración.

El peso de la sentencia de Bankia

Otro factor que suma incertidumbre es la inminente sentencia del caso Bankia, en el que predecesores suyos han estado imputados cinco años, procesados dos y llevan uno a la espera de un fallo judicial, que todo apunta a que llegará en los próximos días. Todo por una decisión estratégica —salida a bolsa— del mismo calibre de la que van a tomar ellos.

A eso se suma la urgencia temporal de la decisión que están tomando ahora, algo para lo que incluso en 2011 contaron con más plazo y apoyo externo. Y el hecho de que la operación no haya partido de los consejos de las dos entidades, sino de los principales accionistas: la Fundación Bancaria "la Caixa", con un 40% de CaixaBank; y el Estado, con un 61% de Bankia.

Foto: Acusados del caso Bankia durante el arranque del juicio, en noviembre de 2018. (EFE)

El consejo de Bankia es uno de los más independientes de la banca española. Está formado por 13 integrantes, de los que tres son ejecutivos —el presidente Goirigolzarri, el CEO José Sevilla y el responsable de Medios, Antonio Ortega—, uno externo —el expresidente de BMN, Carlos Egea— y nueve independientes. Los de más peso son el ex-CEO de Ferrovial; Joaquín Ayuso, el expresidente de Dia; Javier Campo; la expresidenta de Merrill Lynch España, Eva Castillo, que lidera a los independientes; Fernando Fernández, exdirectivo de Hispano y Santander; y Antonio Greño, exsocio de PwC. Hasta hace unos meses eran 12 consejeros, hasta que se incorporó nada más estallar la pandemia Nuria Oliver, exdirectiva de Microsoft y Vodafone.

El consejo de administración de CaixaBank tiene otro perfil mucho más marcado por los dominicales representantes de grandes accionistas. Estos tienen siete de las 14 sillas, con lo que es difícil que cualquier decisión crucial de la entidad escape del control de los principales inversores. El resto del consejo lo controlan el CEO Gortázar, y los seis independientes, de los que es el coordinador el expresidente de Citi, John S. Reed.

Las negociaciones de la fusión entre CaixaBank y Bankia se tensan en la recta final. El tercer y cuarto mayor banco de España retrasan en tres días sus planes iniciales de aprobar la operación. En un principio, tenían previsto convocar a sus consejos este domingo y, finalmente lo harán, si no hay nuevos cambios, el próximo miércoles. Detrás de este retraso hay varios factores pero principalmente el alejamiento entre la entidad catalana y la nacionalizada por el precio y por el reparto de poder, según confirman distintas fuentes cercanas a la fusión.

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