Gunter Pauli: "La economía verde es para los ricos. Podemos hacerlo mejor"

La crisis sanitaria del covid-19 ha azotado a su paso a numerosos sectores y negocios. Ante una situación tan incierta, el ingenio de los emprendedores ha favorecido la creación de nuevos servicios y herramientas digitales capaces de solucionar algunos de los grandes problemas que deja tras de sí la pandemia. Según Gunter Pauli, emprendedor y autor de 'La Economía Azul', "debe ser básico impulsar la integración vertical en las cadenas de valor, inspirar con casos de éxito y dar impulso a miles de emprendedores para que compitan por el bien común y la resiliencia de las comunidades".

Pauli ha sido el octavo invitado a los encuentros del proyecto #aBetterWay de la plataforma de sostenibilidad Quiero. A raíz de estas conversaciones guiadas por Sandra Pina, directora general de Quiero, El Confidencial y Banco Sabadell han puesto en marcha el ciclo 'Economía con impacto', cuyo objetivo es analizar el efecto que tienen los modelos económicos actuales en el medio ambiente y en las personas y presentar soluciones que permitan desarrollar sociedades sostenibles.

PREGUNTA. Vemos en estos días, en los que la consigna es evolucionar para no volver al 'business as usual', que surgen varios conceptos y recetas para hacerlo mejor. A la llamada economía verde, se suma la economía azul que impulsas, ¿qué tiene la economía azul de diferente?

RESPUESTA. Creo que es necesaria una transformación desde abajo, desde la base. Para esto la economía verde no es la respuesta. Se ha estado luchando bajo este concepto desde hace más de treinta años y lo que vemos es una presión de los precios bajos, subcontratación… Es una economía para los ricos y no es lo suficientemente buena. Podemos hacerlo mucho mejor. A esto yo lo llamo economía azul, que supone volver a las fuentes locales y redescubrir lo que tenemos cerca para transformarlo dándole un valor añadido. No significa buscar la opción más barata, sino generar múltiples beneficios y múltiples fuentes de valor. Esa es la revolución de nuestro modelo. En estos momentos tengo más de 200 proyectos implementados, más de cinco millones de euros invertidos y tres millones de empleos generados. En 25 años tuvimos tres 'unicornios' que salieron de nuestras iniciativas y tuvimos una tasa de retorno interno del 9,7%. Estamos transformando y generando retorno. Es un nuevo modelo muy diferente, donde tenemos claro que necesitamos contar con una nueva generación de emprendedores que lo haga posible.

P. Un ejemplo que pueda ilustrar este modelo…

R. Te doy un ejemplo del mundo del café: cualquier persona que compra café hoy en día no está comprando la cereza del café sino el grano del café. Entre el proceso de cosecha y el grano de café hay una gran diferencia. Hemos exprimido tanto la economía que hemos llegado al punto de que al agricultor solo le interesa el grano. ¿Qué pasa con el 80% que hemos perdido entre medias? La cáscara, que es enormemente rica en antioxidantes, no la estamos utilizando. Necesitamos innovación en producto para aprovecharla. Si hacemos negocio con ambas partes (el fruto y la cáscara), seremos capaces, como empresarios, de doblar el flujo de caja de nuestras compañías. Si estamos en todo el negocio y pagamos más al agricultor, podemos, por ejemplo, regenerar bosques. Además, cada vez los consumidores, que son más conscientes de sus compras, sabrán que mientras toman café están aportando su granito de arena para la regeneración natural.

"El Green New Deal debe incluir a emprendedores que trabajan por el bien común y que están obsesionados por la resiliencia de la comunidad"

P. ¿Qué le falta entonces a la propuesta del 'Green New Deal'? Se dibuja claramente como la mejor opción para la recuperación económica y el establecimiento de un modelo sostenible viable.

R. Le falta el despertar de miles de emprendedores. El Green New Deal debe incluir a todos los emprendedores que trabajan por el bien común y que no están obsesionados por la eficiencia, sino por la resiliencia de la comunidad. Puedes ser un 'unicornio' y seguir siendo este tipo de emprendedor. Tenemos que despertar el niño que todos llevamos dentro para hacer cosas y ser emprendedores que colaboran con otros. Solo así seremos conscientes de que tenemos que cambiar nuestro consumo de alimentos, buscar una solución a la problemática de los microplásticos y mejorar la mala calidad de agua que tenemos, entre otras cosas.

P. ¿Cómo podemos empujar? ¿Cómo podemos forzar la aparición de estos emprendedores en España, en Europa, en otros países?

R. Lo que falta en Europa es inspiración. Tenemos que inspirar a la gente. ¿Y qué es lo que lo frena? Fundamentalmente la regulación. Tenemos normas para todo. En Europa tenemos una sobrecarga de regulaciones que no tienen nada que ver con la relajación normativa que vive cualquier empresa con licencia americana que opera en el viejo continente. Tenemos que darnos cuenta de que las oportunidades están ahí, pero tenemos que desregularizar todas esas restricciones obsesivas, porque la transformación significa cambiar las reglas del juego.

P. Tal y como hemos podido ver durante la pandemia del covid, hemos construido modelos sobre cadenas de valor muy frágiles, con falta de transparencia y una extrema globalización por la obsesión con el coste. ¿Qué crees que va a pasar con la cadena de valor? Hablabas de volver a lo local…

R. No veo que las corporaciones hoy sean resilientes. La cadena de valor es frágil, pero no es lo local lo que va a solucionar esto. Tiene que haber una integración vertical de la cadena de valor, de lo contrario no se podrá competir en el mundo de la transformación y la innovación. La integración vertical va desde el granjero hasta el consumidor. Y del consumidor de vuelta al granjero. Aquel negocio que no esté pensando en cómo ayudar al granjero con nutrientes para el suelo, por ejemplo, estará muerto en unos 20 años. Como negocios responsables debemos estar comprometidos con nuestros accionistas, pero también con la sociedad.

P. En tu libro presentas alrededor de 100 innovaciones que generan a su vez miles de trabajos verdes. ¿Dónde encontramos la innovación en un sistema que la mata?

R. La manera en la que hemos decidido manejar los negocios es la misma que refrena esa innovación. Si tienes un corsé en tu cadena de valor es imposible que puedas hacer algún cambio a menos que modifiques esa cadena de valor y generalmente no lo haces —a menos que veas que un competidor se atreve a hacerlo—. Tenemos que ir hacia una inversión que mire hacia el legado que se puede dejar.

P. Podría decirse que necesitamos cambiar mentalidades además de comportamientos…

R. Hay que liberar la mente. Estamos en un momento en el que tenemos que movilizar a todos para hacer el bien. Lo que muy pocos han entendido aún es que no hay que luchar contra el competidor: ya no se trata de abatir al malo. Lo que tenemos que hacer es competir para hacerlo mejor, no a nivel financiero, sino unidos por el bien común, que es lo que va a generar la transformación.

R. Unidos para movilizar. ¿Cómo podemos escalar el cambio en los negocios?

R. La única manera es generar el efecto "nosotros también". Si tú puedes hacerlo, nosotros también podemos en el mundo de los negocios. El problema es la falta total de ambición. Además de fusiones y adquisiciones, no hay otro tipo de ambición. No se trata de hacer pequeños cambios, sino de buscar la disrupción, los cambios radicales y las grandes ambiciones.