Peiro: "Un tercio de las personas que atiende Cáritas no había solicitado ayuda antes"
La secretaria general de Cáritas Española analizó los riesgos sociales que deja tras de sí la pandemia del coronavirus y cómo debe ser la reconstrucción para evitar que se acentúen las desigualdades
Todos los sectores de la sociedad coinciden en reconocer que la pandemia provocada por el covid-19 generó una crisis sanitaria sin precedentes y un repentino frenazo económico, que ha puesto en una situación social extremadamente complicada a numerosas familias en nuestro país. A los casos que ya existían previamente a la aparición del coronavirus, hay que sumar ahora un importante incremento de nuevos afectados en riesgo de pobreza. Ante esta nueva realidad, los servicios públicos y las ONG se han visto desbordados, tanto por el importante aumento de la demanda de ayuda como por la enorme solidaridad demostrada por la ciudadanía.
Con el objetivo de conocer cuál es la coyuntura que dejan tras de sí el virus, el confinamiento y el parón económico, El Confidencial y Fundación Cajasol organizaron un encuentro digital con Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas Española, en el que también participó Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol. El responsable de la institución andaluza aprovechó su intervención de bienvenida para reclamar “coordinación entre las diferentes administraciones públicas”, así como “unidad de acción y criterio entre los diferentes grupos políticos” para poder hacer frente a la "incertidumbre sanitaria, económica y social que caracteriza a esta crisis".
Natalia Peiro apuntó un dato revelador: “La solicitud de asistencia a Cáritas ha crecido en un 77%, mientras que las personas atendidas han aumentado en un 57%”. Además, aclaró que “un tercio de ellas nunca antes habían sido socorridas o hacía más de un año que no recibían apoyo”. La secretaria general de la organización destacó la importancia de los nuevos canales de comunicación y señaló que, “debido a que las demandas de ayuda presenciales han descendido obligatoriamente, se han multiplicado las recibidas por teléfono, 'e-mail' o redes sociales”.
Respecto a cómo son los solicitantes de asistencia, enfatizó que “no hay un cambio sociodemográfico significativo, se trata casi de los mismos perfiles: familias monoparentales, trabajadores precarios o profesionales que ejercen en la economía sumergida”. No obstante, sí recalcó la irrupción de un nuevo tipo de necesidad presente en ciudadanos sin habilidades telemáticas o que carecen de dispositivos electrónicos, y subrayó que, “a pesar de que la brecha digital ya era estructural en España, con esta crisis ha crecido significativamente”. Entre las recetas para acabar con ella, apuntó que, “aparte de equipamiento, hace falta una formación constante”.
Entre las funciones que desempeña el organismo se encuentra la de repartir alimentos, aunque no se trata de la única. “Hemos actuado ofreciendo ese primer amparo porque somos la Iglesia católica y es nuestra obligación actuar de inmediato, pero nuestro cometido va mucho más allá”, indicó y resaltó que la labor de Cáritas es de “acompañamiento social” y tiene el firme objetivo de “cambiar el curso de la vida de los más vulnerables”. Entre sus numerosas responsabilidades está la de “conocer las leyes y demandar más protección y garantías a las administraciones”. Asimismo, el acompañamiento incluye “la incorporación de habilidades, el impulso económico o la formación permanente”.
"Mientras las demandas de ayuda presenciales han descendido, se han multiplicado las recibidas por teléfono, 'e-mail' o redes sociales"
A pesar de que desde el inicio de la pandemia la forma más eficaz para evitar el contagio ha sido el confinamiento, “muchas personas carecían del escudo sanitario que supone la vivienda y por eso nos hemos encargado de atenderles directamente”. La representante de Cáritas explicó que entre los afectados por esta situación se encuentran “aquellos que viven en asentamientos o en viviendas realquiladas en las que conviven varias familias, así como las víctimas de la trata de blancas y prostitución o los trabajadores que temporalmente viven en hostales y pensiones”.
Una reconstrucción más justa
Para Natalia Peiro, la clave de la recuperación no es tanto “cómo se saldrá adelante económicamente”, sino “saber si el sistema productivo se adaptará para permitir una redistribución de la riqueza”. Un ejemplo de reconstrucción equitativa es “compartir la responsabilidad y generar nuevos espacios público-privados de seguridad”, propuso. En la misma dirección, reivindicó que se debe “revalorizar el papel de la comunidad, tan olvidado en los últimos tiempos y recuperado recientemente”.
En la línea de la equidad y de no dejar a nadie atrás, desde Cáritas no solo se elogia la reciente aprobación del ingreso mínimo vital como “instrumento de solidaridad entre territorios”, sino que “la organización lo reclama desde hace más de ocho años”. La secretaria general de la institución admitió que “en nuestro país hay mucho desempleo y, por si esto fuera poco, no todos los trabajos permiten escapar de la pobreza. Por eso es importante una herramienta social como esta que pueda permitir a los afectados alcanzar una vida autónoma”.
Continuando con su análisis de lo mejorable de cara al futuro inmediato, incidió en que “el sistema de cuidados debería ser relevante para todos los ámbitos de la sociedad”. “Se trata de un sector precarizado, feminizado y mal valorado que, sin embargo, se ha colocado en el centro durante esta crisis y que realmente tiene un valor trascendental para el ser humano”. En el mismo sentido, pero esta vez hablando del sistema sanitario, la responsable de Cáritas Española denunció el hecho de que “los sistemas de prevención no están incluidos como una prioridad”, algo que se traduce “en una peor atención para la gente con menos recursos”.
Un rol fundamental durante la pandemia
Natalia Peiro confirmó el papel de la entidad “en materia de apoyo a mayores, asistencia a domicilio, vigilancia de las necesidades básicas de las familias y atención a las personas sin hogar”. Asimismo, añadió que “la realidad es que los servicios sociales de los ayuntamientos han estado colapsados y nos han derivado numerosos casos, pero no podemos asimilar todo lo que el sistema no puede asumir directamente, debe haber un equilibrio”.
La realidad es que al margen de lo acontecido en los últimos meses, la institución continúa recibiendo apoyo de forma continuada. Entre los desafíos a los que debe hacer frente Cáritas en estos momentos, su secretaria general remarcó la necesidad de “conseguir que el compromiso demostrado por la ciudadanía durante estos meses tan duros sea estable y no únicamente temporal”. Aunque es cierto que se ha extendido la solidaridad, “nuestro próximo reto es enganchar al voluntariado más joven”.
Peiro concretó para finalizar que “el perfil del voluntario se sitúa en general entre los 44 y los 54 años, con igualdad entre mujeres y hombres”. Sin embargo, destacó que “existen todo tipo de personas involucradas: desde jubilados que acuden a diario hasta estudiantes que lo hacen una vez a la semana”. “Para colaborar, es necesario consultar qué parroquia le corresponde a cada ciudadano en nuestra página web”, especificó, y para tranquilizar a aquellos posibles voluntarios que estén preocupados por la necesidad de distanciamiento físico, también matizó que “nos estamos formando en estos momentos para continuar con nuestra actividad, ya que esta se basa precisamente en la cercanía: es nuestra seña de identidad”.
Todos los sectores de la sociedad coinciden en reconocer que la pandemia provocada por el covid-19 generó una crisis sanitaria sin precedentes y un repentino frenazo económico, que ha puesto en una situación social extremadamente complicada a numerosas familias en nuestro país. A los casos que ya existían previamente a la aparición del coronavirus, hay que sumar ahora un importante incremento de nuevos afectados en riesgo de pobreza. Ante esta nueva realidad, los servicios públicos y las ONG se han visto desbordados, tanto por el importante aumento de la demanda de ayuda como por la enorme solidaridad demostrada por la ciudadanía.