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El sector de la celulosa sostenible, clave para la 'recuperación verde'
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El sector de la celulosa sostenible, clave para la 'recuperación verde'

La celulosa es capaz de sustituir las fibras sintéticas, producidas a partir de petróleo, lo que la convierte en un material de futuro en la llamada nueva bioeconomía

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La crisis sanitaria causada por el coronavirus, con las graves consecuencias que ha tenido en la población mundial, está generando otra emergencia aún de proporciones desconocidas: la crisis económica y social. A ello se suma otro reto global que ya existía antes de la pandemia, la lucha contra el calentamiento global. Y ambos desafíos —la crisis económica y la lucha contra el cambio climático— pueden dar como resultado cambios en la forma de generar riqueza en la sociedad si se apuesta por una economía sostenible, por un modelo económico basado en la eficiencia y el cuidado del medio ambiente.

Este cambio debe ser abordado con la perspectiva del medio y largo plazo, una visión de conjunto para la llamada 'recuperación verde' donde no está todo por hacer. Ya hay compañías que llevan años apostando por la sostenibilidad, siendo conscientes de que ese era el único camino de futuro. Uno de esos sectores es el de la celulosa, una fibra natural, renovable, reciclable y versátil, con una producción sostenible y medioambientalmente respetuosa.

Esta materia prima es la base de numerosos productos que la población usa cada día (folios, papel higiénico, tejidos de ropa, etc.). Pero no es lo único. Se usa para fabricar envases sostenibles; impulsar las bolsas de la compra de tela —algunas de las cuales se realizan con celulosa—, o apostar por la moda sostenible con fibras naturales. La celulosa es capaz de sustituir las fibras sintéticas, producidas a partir de petróleo, lo que la convierte en un material de futuro en esta nueva bioeconomía.

placeholder Pajitas de papel. (Marco Verch / Flickr)
Pajitas de papel. (Marco Verch / Flickr)

Dentro del sector de celulosa está Ence, una empresa con presencia en Galicia y Asturias, que decidió apostar por esta fibra como una alternativa sostenible al plástico y a otros derivados del petróleo, contribuyendo a cambiar el modelo de consumo de la sociedad con una menor huella de carbono. Con un gran potencial aún por explorar, esta fibra natural supone una alternativa sostenible y generadora de empleo estable y de calidad, que, además, se fabrica con materia prima de origen local, lo que contribuye al desarrollo del sector forestal y a la fijación de población en el medio rural. Su proceso es totalmente sostenible. Desde que el árbol es plantado hasta que el papel llega a las casas —o a la industria correspondiente—, todos los materiales, residuos, componentes y energía son reutilizados, contribuyendo a la economía circular.

Además, la empresa, como miembro de la Confederación de Industrias Papeleras Europeas (CEPI, por sus siglas en inglés), ha avanzado en esta nueva economía a través de la Alianza Europea para una Recuperación Verde, que busca impulsar soluciones sostenibles como parte de la estrategia de la Unión Europea para la recuperación económica.

La descarbonización del planeta

Las energías renovables serán otro pilar fundamental en esa recuperación. Los planes del Gobierno, que impulsan la descarbonización del sistema energético nacional, son un aliciente para la instauración de tecnologías necesarias para aprovechar los recursos naturales y renovables que permitan suministrar energía a industrias, servicios y hogares. La biofábrica que Ence tiene en Pontevedra es un ejemplo: produce y opera con materiales renovables y genera, al mismo tiempo, energía eléctrica renovable. ¿Cómo? A partir de la biomasa que no se destina a la producción de celulosa, utilizando para ello la lignina, un componente de la madera que constituye un excelente biocombustible renovable y natural. Actualmente, la biofábrica es capaz de generar el 97% de la energía que consume, siendo prácticamente autosuficiente.

Según un reciente estudio publicado por la ONU, mientras la industria de los combustibles fósiles está siendo duramente afectada por el covid-19, las energías renovables alcanzan "su punto de máxima rentabilidad". Así, la caída en los costes de producción de la energía limpia supone una oportunidad para que los gobiernos prioricen las energías renovables en sus paquetes de recuperación económica poscovid con el objetivo de cumplir lo firmado en el Acuerdo de París.

"La crisis del clima y el covid-19, a pesar de su diferente naturaleza, son alteraciones que requieren la atención tanto de los responsables de las políticas como de los gerentes. Ambas crisis demuestran la necesidad de aumentar la ambición climática y cambiar el suministro de energía del mundo hacia las energías renovables", ha asegurado Nils Stieglitz, presidente de la Escuela de Finanzas y Administración de Fráncfort.

La crisis sanitaria causada por el coronavirus, con las graves consecuencias que ha tenido en la población mundial, está generando otra emergencia aún de proporciones desconocidas: la crisis económica y social. A ello se suma otro reto global que ya existía antes de la pandemia, la lucha contra el calentamiento global. Y ambos desafíos —la crisis económica y la lucha contra el cambio climático— pueden dar como resultado cambios en la forma de generar riqueza en la sociedad si se apuesta por una economía sostenible, por un modelo económico basado en la eficiencia y el cuidado del medio ambiente.

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