Aliseda (Blackstone) lanza reservas 'low cost' y rebajas de precios para sostener ventas

Aliseda, una de las filiales inmobiliarias de Blackstone, ha puesto toda la carne en el asador para tratar de sostener las ventas de vivienda en medio del frenazo que ha supuesto, para toda la actividad económica, la declaración del estado de alarma, y ha lanzado una campaña de reservas que limita a 500 euros el desembolso de la señal, dinero que, además, se recupera si, finalmente, el cliente renuncia a cerrar la compra.

Con esta medida, Aliseda intenta sostener ventas todo lo posible en medio del cambio de panorama que supuso la orden de confinamiento. Esta llegó, además, justo después de que la compañía hubiera tomado la decisión, a principios de año, de renunciar al alquiler, en el grueso de su cartera, y ajustara los precios con el objetivo de dar salida más fácilmente a estos activos, como adelantó El Confidencial.

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Sin embargo, todos los planes saltaron por los aires el 14 de marzo, con la declaración del estado de alarma, lo que obligó a la inmobiliaria a centrar todos los esfuerzos en tratar de contener la crisis, intentar retener a los clientes que ya tenían previsto comprar e incentivar el interés de los nuevos en medio de la gran incertidumbre que representa la pandemia y con la limitación de movimientos del confinamiento.

Cinco semanas después, fuentes oficiales de la inmobiliaria han reconocido a este medio una caída de las reservas y ventas del 20%, cifra significativa pero inferior al fuerte parón de actividad que se ha visto, por ejemplo, en la obra nueva, donde se ha pasado de poner en el mercado 4.000 viviendas al mes a apenas 713, lo que supone un desplome de casi el 80%.

Para conseguir contener la sangría, Aliseda ha apostado por mantener el apetito comprador con la campaña de reservas a 500 euros, importe que garantiza el derecho preferente sobre la vivienda elegida hasta un mes después de que se levante el estado de alarma, aunque la compañía no descarta prorrogar este plazo cuando llegue el momento y se empiece a tener algo de visibilidad sobre cómo puede evolucionar la crisis.

Además, para tratar de incentivar la compra, la filial de Blackstone también ha decidido asumir todos los gastos de notaría, hasta un máximo de 1.500 euros, si termina adquiriéndose la vivienda, y ha puesto en marcha una nueva política de ajuste de precios, adicional a la que ya realizó a principios de año, de entre el 5% y el 10%, según los cálculos que baraja actualmente Aliseda.

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Los primeros efectos de esta política ya se están dejando notar y, desde el inicio del estallido de la crisis del coronavirus, la inmobiliaria ha logrado un millar de reservas, según han reconocido desde la empresa, cuya experiencia indica que en torno al 20% de estas muestras de interés nunca llega a cristalizar. Aunque la excepcionalidad de la pandemia hace que todos los números deban analizarse con mucho sesgo.

Aliseda cuenta con 20.000 referencias, de las cuales 7.200 son viviendas, mientras que el resto se reparte entre garajes, trasteros, locales, naves y oficinas. La inmobiliaria ha aplicado esta nueva estrategia comercial a toda la cartera de activos, aunque el grueso de las operaciones que está logrando cerrar son viviendas, mientras que en el resto de activos, el mercado está completamente parado.