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Los fondos oportunistas regresan a España ante el repunte de la morosidad por el virus
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POR EL CORONAVIRUS

Los fondos oportunistas regresan a España ante el repunte de la morosidad por el virus

Fondos que dejaron España en 2015 por la subida de precios se plantean aterrizar de nuevo ante el derrumbe económico. Fallidos y créditos de grandes empresas, en el foco

Foto: Obras en Valencia durante el parón del coronavirus. (EFE)
Obras en Valencia durante el parón del coronavirus. (EFE)

España rebobina siete años. La crisis que está provocando el coronavirus ha hecho que se paralicen decenas de operaciones que había en marcha. Muchos grandes inversores se replantearán su estrategia ante las consecuencias económicas del Covid-19, sobre todo en el sector inmobiliario, donde se espera un desplome. Pero esta crisis también está provocando que regresen a España fondos que habían dejado el país hace años, los más oportunistas o fondos buitre.

Fuentes financieras consultadas por este medio señalan que ya hay inversores estudiando volver a España una vez pase el estado de emergencia. Entre los fondos que suenan en el mercado, están Fortress, Elliott, Chenavari y AnaCap, entre otros. Son firmas en su mayoría norteamericanas que ofrecen a sus inversores rentabilidades anuales de más del 20%. Por ello, necesitan estar siempre en mercados en situación de crisis y con potencial de recuperación alto. Cuando estos países mejoran y suben precios, parten hacia otros mercados donde haya oportunidades a derribo.

Foto: La vivienda se enfrenta a una caída de precio del 8%. (EFE)

Los grandes fondos esperan un cambio radical del mercado en los próximos meses. Los últimos años se habían caracterizado por la venta de grandes carteras de inmuebles y suelos de los bancos —125.000 millones en los últimos tres años—, con destino a fondos como Blackstone, Cerberus y Lone Star, que ahora tendrán que rehacer sus planes estratégicos. También se estaba acelerando la venta de hipotecas morosas o refinanciadas a grandes firmas como CPPIB, el mayor fondo de pensiones canadiense, que adquirió una cartera de 1.672 millones a Santander semanas antes de que el Covid-19 aterrizara en España. Todos los ojos están puestos en este inversor norteamericano, que tiene que digerir esta inversión en el peor momento, en plena recesión y con medidas del Gobierno para que perdone las cuotas a sus hipotecas.

Las fuentes consultadas dan por imposible este tipo de operaciones en lo que queda de 2020. A las entidades no les va a interesar vender sus hipotecas o inmuebles a un precio sensiblemente inferior, ya que les generaría pérdidas millonarias que no pueden asumir en un momento como el actual. En su lugar, esperarán a que se recuperen el mercado y sus cuentas, y puedan vender sin necesidad de provisiones.

placeholder Expositor de Servihabitat, la inmobiliaria de Lone Star, en Barcelona. (EFE)
Expositor de Servihabitat, la inmobiliaria de Lone Star, en Barcelona. (EFE)

Frente a estas operaciones, en el mercado se esperan grandes ventas de créditos fallidos de consumo y de pymes, las carteras conocidas como 'unsecured', cuyos impagos se van a acelerar por el parón económico. La morosidad del sistema español está en apenas el 4,8%, aunque se esperan repuntes fuertes en los próximos meses. Los denominados fallidos —dudosos que se han dado por perdidos— están provisionados al 100% en las cuentas de las entidades, por lo que todo lo que ingresan por ello va a plusvalías, algo que necesitan de cara a sus maltrechos resultados.

Se prevé que las entidades vendan primero los créditos al consumo y de pymes que arrastran desde hace años, ya que los que están impagando ahora están intentando sostenerlos con líneas ICO o aplicando moratorias de seis meses en el caso de los préstamos al consumo. Pero las entidades asumen que muchos de estos créditos no tienen recorrido a medio plazo, por lo que tienen muchas papeletas de acabar en alguna cartera traspasada a los fondos oportunistas.

Foto: Ana Botín, presidenta de Santander. (EFE)

Otro de los negocios que se multiplicarán en los próximos meses será la venta de préstamos impagados de grandes empresas, cuyo futuro está comprometido por el Covid-19. En principio, este tipo de créditos se vende uno a uno. Pueden ser de empresas industriales, con las que los fondos quieren sacar partido de una posible refinanciación o concurso de acreedores. También habrá inmobiliarias que no puedan hacer frente a sus deudas y que entreguen activos o participaciones accionariales. Y compañías de sectores como el hotelero con activos inmobiliarios como colateral de su deuda. Todas estas estrategias benefician a inversores a corto plazo, que compran créditos con la intención de venderlos o hacer caja con ellos en meses o un par de años.

Fortress fue de los primeros fondos en llegar a España en plena crisis financiera —entre 2010 y 2011— con la adquisición de créditos morosos y varias plataformas de gestión de fallidos como Paratus y Lico Leasing. También fue uno de los primeros inversores internacionales en irse, en 2016. Otros casos son los de Elliott, uno de los fondos activistas más conocidos en el mundo, por doblegar Argentina, o D. E. Shaw, que fueron muy activos tras el rescate financiero y que llevan años sin entrar en las pujas de grandes créditos bancarios.

Miles de millones preparados

Hay otros fondos más o menos activos en los últimos años con músculo financiero preparado para desplegar en España. Así, Apollo tiene más de 1.000 millones de euros actualmente para invertir en el sur de Europa, y Blackstone acaba de levantar un fondo inmobiliario de casi 10.000 millones.

De este modo, todos los grandes inversores están rediseñando sus estrategias. Los que tienen una exposición elevada en España están viendo cómo ir reduciéndola, sin malvender. Y los que no están y tienen músculo empiezan a estudiar operaciones. La clave está en acertar cuándo y cómo será la recuperación. La única duda es si este país dejará de ser uno de los oasis europeos, como hasta ahora, por la deuda que se está generando para contener la crisis. Eso frenaría la recuperación y ahuyentaría la inversión extranjera, algo fundamental, incluida la de los fondos buitre.

España rebobina siete años. La crisis que está provocando el coronavirus ha hecho que se paralicen decenas de operaciones que había en marcha. Muchos grandes inversores se replantearán su estrategia ante las consecuencias económicas del Covid-19, sobre todo en el sector inmobiliario, donde se espera un desplome. Pero esta crisis también está provocando que regresen a España fondos que habían dejado el país hace años, los más oportunistas o fondos buitre.

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