Esto sí es un 'apocalipsis retail': todo el año perdido (menos para los súper)
Bajo el estado de alarma, el 'retail' ha sido considerado sector esencial, aunque no todos los operadores ni en todas las especialidades. Se libra el sector de los supermercados
La crisis provocada por el virus Covid-19 va por barrios. Bajo el estado de alarma, el 'retail' ha sido considerado sector esencial, aunque no todos los operadores ni en todas las especialidades. Como cada uno habrá intuido de manera natural, el sector de alimentación es el menos castigado por la actual situación. Más bien al contrario. Se vende todo y bajo cualquier formato. La población reaccionó con miedo y con compras compulsivas ante las primeras medidas restrictivas. Se vende lo mismo que antes y además gran parte del extra que se consumía 'out of home'.
Los datos de Kantar, consultora líder en paneles de consumo, recogen que "la semana del 24 de febrero al 1 de marzo hemos visto un incremento del 113% de gasto en gran consumo respecto al promedio semanal de los dos meses anteriores. Asimismo, se detecta un repunte del 154% del consumo tras el anuncio de medidas extraordinarias el pasado 10 de marzo. Y un día después, 11 de marzo, se disparó hasta el 180%". Como escribe Alba Monsonet, "el incremento del consumo se aprecia en todos los canales, destacando los de droguería/perfumería, online e híper/súper".
Solo el riesgo de bajas de personal o de tensión fabril, donde los proveedores pueden decantarse por las cadenas más fiables, serían obstáculo para los grandes distribuidores. Algunos operadores han tomado medidas para evitarlo, ofreciendo primas del 20% a su plantilla, contratando más personal y a la vez reduciendo los horarios, tanto para reponer y limpiar como para ajustar su fuerza laboral. Incluso el formato híper (una gran compra) está sacando mejor provecho al contexto que los súper (compra diaria). Además de esenciales, por el servicio que prestan, el negocio no se tuerce.
En el otro extremo está el sector textil, el otro gran actor 'retail'. Todo está cerrado, solo funciona el canal online, donde casi todos se han volcado para tratar de mantener cierto pulso comercial. Pese a ello, de Inditex, Mango o Tendam para abajo todos han presentado (o prevén hacerlo) expedientes de regulación de empleo temporal, sobre todo para personal de tienda. Ahora que no entra dinero en caja, sus prioridades pasan por disponer de liquidez con ahorro de costes laborales y operativos. Pero puede no ser lo peor, pues las previsiones para lo que queda de año son muy negativas.
La parte más compleja es la que afecta la gestión de la cadena, incluida la relación con sus proveedores fabriles. Toda la cadena de aprovisionamiento oscila entre cuatro y seis meses. Esa dinámica, por el lado de la oferta, hace complicado que tras el actual parón absoluto pueda haber una reacción inmediata. Pero menos aún si se tiene en cuenta la otra variante de la ecuación, la de la demanda, que tampoco esperan que se vaya a recuperar el nivel de compra de antes de la crisis de manera inmediata, bien sea por incapacidad financiera o por falta de confianza. Un año perdido.
"Con mucha suerte, podrá llegarse a la campaña de invierno", explica el consultor estratégico Laureano Turienzo. "En un escenario postcrisis el consumo va lento. No hay mentalidad de compra, hay de hucha. No habrá noches como la toma de París". Como explica el autor del 'Informe Amazon', también en este sector se abusó del lenguaje, en referencia al término "apocalipsis" para hablar del impacto que está teniendo en el sector la transformación y adaptación al canal online. "Queda claro, como ha pasado siempre, que el verdadero colapso es con una crisis económica".
Antes de anunciar una moratoria para sus inquilinos, la Merlin Properties emitió un hecho relevante con previsiones sobre el impacto de esta crisis. Por sus datos, solo un 23% de sus clientes de centros comerciales tiene actividad, aunque eso no implique mismas ventas. Y su escenario más pesimista se extiende al 31 de julio. Salvo clientes vinculados a alimentación, el resto de 'retailers' están tocados y piden renegociación de alquileres, y eso a pesar de que el 'top ten' lo forman Inditex, Carrefour, Eroski, MediaMarkt, Decathlon, Leroy Merlin, Cortefiel, Conforma, Alcampo y C&A.
En una situación intermedia están los operadores del sector de telecomunicaciones y tecnología de consumo. El estado de alarma les permite abrir, lo que impide justificar medidas para suspensiones de empleo temporal. Sin embargo, sus ventas son nulas. Ni siquiera cubren costes de funcionamiento. Durante los últimos días, operadores como Fnac, The Phone House o Mediamarkt han trasladado a través de su patronal a la ministra Reyes Maroto (Comercio) la necesidad de modificar el marco en que les han dejado, un poco en tierra de nadie, según fuentes del sector.
La crisis provocada por el virus Covid-19 va por barrios. Bajo el estado de alarma, el 'retail' ha sido considerado sector esencial, aunque no todos los operadores ni en todas las especialidades. Como cada uno habrá intuido de manera natural, el sector de alimentación es el menos castigado por la actual situación. Más bien al contrario. Se vende todo y bajo cualquier formato. La población reaccionó con miedo y con compras compulsivas ante las primeras medidas restrictivas. Se vende lo mismo que antes y además gran parte del extra que se consumía 'out of home'.