Sareb pone en venta un megacomplejo de golf, hotel y viviendas de lujo en Mojácar

Primera gran operación de la nueva cúpula directiva de Sareb. La entidad presidida por Jaime Echegoyen ha arrancado el año con el encargo a CBRE de organizar un proceso formal de venta de un megacomplejo turístico en Mojácar (Almería), que terminó de adjudicarse el pasado verano.

Se trata de Playa Macenas Beach & Golf Resort, un ambicioso desarrollo turístico que lanzó en 2006 la sociedad Med Macenas, antigua filial de Med Group que terminó yendo a concurso, y que, como tantas otras historias de la última crisis inmobiliaria, quedó a medio construir cuando estalló la burbuja y todos los planes financieros saltaron por los aires.

Según afirman fuentes conocedoras, con el proceso que ha lanzado al mercado, el banco malo aspira a ingresar unos 100 millones de euros. Además, la entidad confía en tener elegido al ganador de este proceso en la primera mitad del año.

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Sareb, que heredó una deuda hipotecaria de siete millones de euros de Bankia ligada a esta promoción de lujo, se ha quedado con el grueso de este desarrollo, llamado a ser una de las mayores urbanizaciones del sureste español, con 1.400 viviendas de lujo y todo tipo de servicios turísticos, aunque en los terrenos anexos hay otros muchos pequeños propietarios.

En concreto, el banco malo se quedó con el 'beach club', el campo de gol de 18 hoyos, terrenos para levantar un hotel de cinco estrellas y suelo para promover cerca de 400 viviendas, de las cuales, 180 están actualmente en construcción, otras 175 en proyecto y solo unas pocas unidades terminadas.

El concurso que acaba de lanzar Sareb va dirigido a grandes fondos inmobiliarios e inversores internacionales, interesados en aprovechar el disparado apetito comprador que existe actualmente por este tipo de activos, interés que responde al histórico momento que vive el mercado turístico español.

Un contexto radicalmente opuesto al que se vivía hace cinco años, cuando el Ministerio de Empleo sacó a subasta el campo de golf por un precio de salida de 153.089 euros, cantidad a la que debían sumarse unas cargas de más de 2,6 millones de euros. El Estado lanzó este proceso en dos ocasiones, acogiéndose a embargos que tenía sobre la sociedad promotora, y en ambas ocasiones quedó desierto.

Por aquel entonces, Sareb ya se había adjudicado 11 viviendas unifamiliares valoradas en 220.000 euros cada una, apenas la punta del iceberg del total de activos que, el pasado julio, terminó quedándose y que conforman, ahora, uno de sus planes estrella de venta, gracias tanto a la naturaleza del activo como al importe que espera conseguir con la desinversión.