"El coronavirus es una oportunidad para reforzar la relocalización del sector textil"
El presidente de la patronal textil asegura que la pandemia puede impulsar a países como Portugal y España como proveedores textiles ante la incertidumbre en China
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Un proverbio chino narra que el aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del globo terráqueo. Y esto es justo lo que ocurre entre el 'gigante asiático' y el sector textil mundial: China es el principal proveedor de tejidos, botones o cremalleras. Por tanto, el impacto del coronavirus Covid-19 en el país se traduce en una obligada reorganización de las compañías de ropa de todo el planeta.
"Las empresas ya están aplicando distintos planes de contingencia", explica a El Confidencial Eduardo Zamácola, presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex). Y parte de estas estrategias pasan por la relocalización de fábricas y proveedores a favor de Turquía, Rumanía, Tailandia, Marruecos, Portugal e incluso España. "En vez de recurrir a las plantas chinas, como hasta ahora, hay firmas que optan por comprar material o subcontratar la confección a zonas que tienen más cerca", añade.
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Un proceso, ya iniciado tímidamente en los últimos meses, pero que podría afianzarse debido a la pandemia. "Tiene sus riesgos y sus ventajas", expone Eduardo. Entre los primeros, que es necesario prever con un año de antelación las tendencias y los futuros gustos del mercado. Además, exige que los pedidos alcancen unas cantidades mínimas y es imposible volver a repetir las producciones.
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Por contra, contar con fábricas más próximas permite a las empresas volver a realizar el mismo pedido, aunque los costes son más elevados. "Algunos empresarios se decantan por relocalizar su producción debido a la falta de información de los proveedores chinos. No saben cuándo volverán a operar al 100%", expone el presidente de Acotex.
Mensaje de calma
La próxima temporada primavera/verano ya está asegurada. La de otoño/invierno 2020, el quebradero de cabeza para el sector, no. Aunque Zamácola insiste en trasladar un mensaje de "tranquilidad": "Hay dificultades en el suministro pero no vamos a quedarnos sin ropa de abrigo en las tiendas".
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Los escenarios que se abren ahora son varios. El primero: que se opte por proveedores más caros y se traslade al cliente la subida de precio; un "error" según el responsable de la patronal de empresas textiles. "Dudo que el cliente acepte un incremento en el PVP sin que aumente el valor del producto", asegura.
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El segundo: que las compañías pongan más caros sus productos pero aumentando la calidad de estos. Otra posibilidad: que la empresa asuma la reducción de su margen de beneficio.
Lo que Zamácola tiene claro es que el impacto del Covid-19 es una oportunidad para que la relocalización tome algo de impulso en un sector que subcontrata el 98% de sus fábricas —la mayoría, en Asia— y muy dependiente de la confianza del comprador. "Al menos hemos tenido la suerte de que la propagación del coronavirus haya coincidido con los festejos del Año Nuevo, porque ya preveíamos que en esas fechas China se paraliza y estábamos preparados para ello", añade.
Un proverbio chino narra que el aleteo de una mariposa se puede sentir al otro lado del globo terráqueo. Y esto es justo lo que ocurre entre el 'gigante asiático' y el sector textil mundial: China es el principal proveedor de tejidos, botones o cremalleras. Por tanto, el impacto del coronavirus Covid-19 en el país se traduce en una obligada reorganización de las compañías de ropa de todo el planeta.