Consternación en el sector inmobiliario por el 'dedazo' presidencial en Vivienda

Como una bomba. Así cayó en el sector inmobiliario la noticia, conocida la semana pasada, de que Helena Beunza dejaba los mandos de Vivienda para dárselos al exalcalde de Móstoles David Lucas. Lo que no se dijo entonces, al menos oficialmente, pero lleva días circulando por los despachos de los señores del ladrillo, es que este cambio responde a un auténtico 'dedazo' presidencial.

Según afirman varias fuentes conocedoras, el ministro de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, ha tenido que aceptar este relevo por motivos de causa mayor, ya que el deseo de encontrarle acomodo en el Gobierno venía desde el mismo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuya relación con el nuevo secretario de Vivienda es como el Guadiana: aparece y desaparece.

La sorpresa por el nombramiento se dejó sentir, incluso, en el comité federal del sábado, cita en la que muchos socialistas se preguntaron cómo había sido posible que Sánchez pidiera mover esa silla, cuando todavía resuena el portazo que dio Lucas al dimitir de la alcaldía de Móstoles, espantada que dio manteniendo su acta de senador, lo que no gustó entonces nada al actual inquilino de la Moncloa.

Estos interrogantes alimentan más los miedos del sector empresarial, que temen ver convertida la secretaría de Vivienda en una cancha de jugadas políticas, sin criterio económico, y con la amenaza de Unidas Podemos siempre en la retaguardia.

A pesar de los tensos momentos vividos con la nueva ley de alquileres, y con la aprobación de medidas como la ampliación de los contratos a cinco y siete años, el sentir general entre los empresarios del sector es que Beunza era una profesional, conocedora de la materia e interesada por encontrar soluciones reales y constructivas.

De hecho, la valenciana se marcha teniendo prácticamente terminado el proyecto de colaboración público-privada para construir 20.000 vivienda sociales, la medida estrella del Gobierno Sánchez en materia de vivienda, y el plan al que ha confiado el sector su futuro ante el cambio de ciclo que ya empieza a dejarse sentir.

Ahora, en cambio, temen que la 'politización' de esta secretaría sea solo el primer paso y que esta área vaya cediendo 'cuotas', miedos que tienen su base en el socio de gobierno de Sánchez, Unidas Podemos, que tiene en la vivienda una de sus banderas, y en su discurso de poner techo a los alquileres, una de las bestias negras para el sector.