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La planta de Nissan en Barcelona necesita que le asignen un 'coche salvador' en junio
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En junio se presenta un plan

La planta de Nissan en Barcelona necesita que le asignen un 'coche salvador' en junio

El máximo peligro para Nissan fue el pasado diciembre, cuando el plan que imperaba para el grupo japonés en Europa era ser como Mazda: vender vehículos en Europa sin fabricarlos

Foto: Fábrica de Nissan en Barcelona. (EFE)
Fábrica de Nissan en Barcelona. (EFE)

El Ministerio de Industria y la Conselleria de Empresa de la Generalitat están conjurados para intentar salvar la planta de Nissan en Barcelona gracias a la asignación de un coche salvador, un modelo que dé sentido a una planta que este año fabricará 42.000 vehículos, lo que supone que está operando por debajo del 30% de su capacidad y carece de un producto de éxito, según explican fuentes no oficiales de la compañía. Este martes, hay convocada una manifestación de los trabajadores de Nissan ante el consulado de Japón en Barcelona. La presión es máxima para que la marca tenga un plan industrial para la capital catalana.

Este lunes, Nissan desmintió al 'Financial Times', que apuntaba que había un plan para cerrar la planta de Barcelona y apostar por la de Sunderland, en el Reino Unido, vinculándolo al Brexit. Nissan niega que “exista tal plan de contingencia. Hemos modelado todas las ramificaciones posibles del Brexit y el hecho es que todo nuestro negocio, tanto en el Reino Unido como en Europa, no es sostenible en el caso de los aranceles de la OMC. Continuamos instando a los negociadores del Reino Unido y la UE a trabajar en colaboración para lograr un Brexit equilibrado y ordenado que continúe fomentando el comercio de beneficio mutuo”.

Foto: Hiroto Saikawa, presidente y CEO de Nissan, en su dimisión este lunes. (EFE)

Fuentes del sector de la automoción apuntan que el problema de Nissan en Barcelona no es el Brexit sino que carece de una asignación de un modelo que dote de sentido a la planta catalana. Sunderland fabrica dos vehículos de la marca nipona de éxito, el Qashqai y el Leaf. En cambio, Barcelona solo tiene el modelo 'pickup' de Nissan y la pequeña furgoneta eléctrica NV 200. El 'pickup' está de capa caída después de que Mercedes haya abandonado su fabricación en Barcelona y que Renault la haya reducido a niveles testimoniales. Los 'pickup' Nissan Navara, y en menor medida el Renault Alaskan, son hoy por hoy la mejor baza de la planta. Pero hace falta mucho más para justificar que siga abierta.

La pasada semana, el presidente de Nissan Europa, Gianluca de Ficchy, se reunió con los representantes sindicales y se comprometió a presentar un plan industrial en junio. Por tanto, quedan cinco meses para salvar Nissan en Barcelona. El reto de los poderes públicos es que este plan incluya un nuevo modelo, un coche salvador que permita que la planta de Nissan en Zona Franca, que supone 15.000 empleos, siga abierta. Pero todo resulta muy incierto.

Máximo peligro

El máximo peligro para Nissan fue el pasado diciembre, cuando el plan que imperaba para el grupo japonés en Europa era ser como Mazda, comercializar en el continente pero no fabricar. Pero ese era un plan del antiguo consejero delegado mundial, Hiroto Saikawa, quien tuvo que dejar su puesto por un escándalo de sobresueldos. El equipo de su sucesor, Makoto Uchida, hasta ahora vicepresidente sénior del grupo, ha cambiado a una perspectiva más amplia. Esta nueva dirección ya no tiene tan claro cerrar Barcelona y Europa y se plantea una estrategia más continuista. Con este equipo, la opción Mazda ya no es la primera opción, según apuntan fuentes internas de la multinacional.

placeholder Planta de Nissan en Barcelona. (Reuters)
Planta de Nissan en Barcelona. (Reuters)

Sin embargo, el futuro de la planta de Zona Franca pende de un hilo si no llega el nuevo coche, tal y como avisan fuentes sindicales. Por eso se ha puesto el foco ahí, en el nuevo modelo. En este sentido, el impacto del Brexit parece marginal.

Decisiones de Renault

Para el futuro de Nissan en la capital catalana resultan más determinantes las decisiones de producto. Por ejemplo, la decisión del socio de la alianza Renault de hacer su furgoneta pequeña eléctrica en una planta francesa y no en la factoría catalana. Ese tipo de resoluciones son las que lastran el futuro de la fábrica de Zona Franca.

La planta de Nissan en Barcelona ya pactó una salida de 600 personas en mayo del pasado año. Pero ya no se trata solo de costes. Se trata de que la factoría de Zona Franca tenga sentido. Con los actuales encargos, no lo tiene. Dicha planta es clave para el tejido industrial catalán. Y su cierre sería un drama.

El Ministerio de Industria y la Conselleria de Empresa de la Generalitat están conjurados para intentar salvar la planta de Nissan en Barcelona gracias a la asignación de un coche salvador, un modelo que dé sentido a una planta que este año fabricará 42.000 vehículos, lo que supone que está operando por debajo del 30% de su capacidad y carece de un producto de éxito, según explican fuentes no oficiales de la compañía. Este martes, hay convocada una manifestación de los trabajadores de Nissan ante el consulado de Japón en Barcelona. La presión es máxima para que la marca tenga un plan industrial para la capital catalana.

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