Es noticia
Los 'ositos borrachos' vascos que han enfurecido a PP, Cs, Bildu... y a Haribo
  1. Empresas
Una 'startup' cargada de polémica

Los 'ositos borrachos' vascos que han enfurecido a PP, Cs, Bildu... y a Haribo

Los ositos con alcohol de tres jóvenes han despertado críticas por parte de partidos políticos y autoridades del mundo de la salud. Ahora, se enfrentan a los requerimientos de Haribo

Foto: Julen, Ander y Tamar, los tres fundadores de Wonderfoods Unicorn
Julen, Ander y Tamar, los tres fundadores de Wonderfoods Unicorn

Ander Méndez, Tamar Gigolashvili y Julen Justa apenas tenían 22 años cuando una idea se pasó por sus cabezas. Entre risas, sugirieron combinar dos productos que unían su infancia con su edad adulta: gominolas y cubatas. Lo que no esperaban estos universitarios del área metropolitana de Bilbao es que el invento, que surgió para animar aún más las noches de fiesta, terminase convirtiéndose en una empresa próspera con una producción que llega a varios rincones de la geografía española, y mucho menos, la repercusión que iba a tener. El proyecto obtuvo el apoyo de instituciones del País Vasco, cabreó al Partido Popular, Ciudadanos y Bildu, consiguió que la ETB (la televisión pública vasca) les dedicase un programa criticando su producto y, lo más sorprendente, un burofax de una multinacional alemana exigiendo el fin de su actividad.

Ositos con alcohol es el nombre comercial que los vizcaínos, que no habían tenido contacto con el mundo empresarial, han dado a este producto con un contenido alcohólico del 19%, sin gluten y apto para veganos. En este caso, no se trata del típico experimento adolescente de mezclar en un recipiente gominolas y alguna bebida espirituosa, sino que va incorporado en la propia receta. Con la ayuda del Basque FoodLab, un centro de investigación alimentaria de la Escuela Superior de Hostelería de Bilbao, consiguieron llevar a buen puerto su idea.

placeholder Ositos con alcohol.
Ositos con alcohol.

La empresa ofrece cinco sabores (ron con piña, ginebra con fresa, vodka con naranja, whisky con cola y tequila con limón) del producto solo apto para mayores de edad, ya que consumir 17 gominolas equivale a tomarse una copa. Desde que iniciaran las ventas del producto con un nombre tan descriptivo, dos años después y con una media de 3.000 envases de ositos vendidos al mes, la pequeña ‘startup’ ha conseguido la licencia necesaria para la manipulación de alcohol en una fábrica que anteriormente solo realizaba chucherías tradicionales.

“Empezamos a distribuirlas nosotros mismos en bares y coctelerías de Bilbao. Poco a poco, comenzaron a pedirlos en varios sitios distintos, hasta el punto de que solicitamos a una empresa de gominolas que nos las fabricase”, relata Ander Méndez, uno de los citados jóvenes, a El Confidencial. “En los últimos meses, nos ha ido bastante bien, pero el burofax nos tiene bastante asustados”, reconoce.

Multinacional vs. ‘startup’

El pasado mes de diciembre, la multinacional de las gominolas por excelencia, Haribo, hizo llegar un burofax exigiendo a los jóvenes abandonar su actividad alegando protección de la propiedad intelectual. En el documento, el despacho de abogados que representa al gigante de las chucherías alega que “no hay duda sobre la gran similitud de ambos productos [tanto de las gominolas en sí como de la imagen corporativa]”, algo que dañaría la reputación de su representado, y competencia desleal al utilizar un símbolo (el osito) que permitiría a los vascos partir con ventaja en el mercado.

Haribo exige a los jóvenes vascos que dejen de fabricar sus ositos con alcohol y le entreguen el dominio web donde comercializan el producto

Con estas premisas, los abogados de la empresa exigen —entre otros menesteres— a los vascos abandonar su marca y producción, destruir los catálogos de productos y, lo más sorprendente de todo, que entreguen el dominio ‘ositosconalcohol.com a la empresa teutona. En el caso de no cumplir las exigencias, amenazan con reclamarles daños y perjuicios.

“Cuando recibí el burofax, me quedé en ‘shock”, cuenta el joven. Especialmente porque el producto vizcaíno no va destinado al mismo público y ni siquiera tiene la misma forma: “No se parecen en nada los ositos. De hecho, el nuestro es mucho más grande”. “Nadie pensaría que somos una empresa de Haribo”, añade Méndez.

¿Tácticas empresariales abusivas?

El abogado de Affiance Group Borja López, que está estudiando el caso de la ‘startup’, sugiere que podría ser “la típica situación de compañía grande contra empresa de nueva creación”. “Es habitual que las empresas grandes utilicen tácticas, con evidente mala fe, que pueden contener amenazas o intimidación. En este caso, el tono del burofax es intimidatorio y de abuso de posición dominante”, destaca sobre el documento de la multinacional, que factura millones de euros todos los años.

“Las empresas de un tamaño considerable pueden hacer este tipo de acciones porque tienen los recursos y no supone una pérdida muy grande de dinero mandar un burofax o emprender una acción legal. Es lo mismo que hacen los bancos, recurren las cláusulas suelo aunque saben que van a perder. Este tipo de tácticas se puede utilizar para dilatar la entrada en el mercado de otras empresas o asustar a competidores”, explica.

El abogado español señala que podría tratarse de una práctica de mala fe para apropiarse del negocio de manera gratuita

Respecto a los asuntos concretos que aborda el burofax de la empresa, el abogado analiza que, desde el punto de vista jurídico, “el tema de la competencia desleal no tiene salida. En este caso, hablan de desviación de clientela y explotación de la reputación ajena, pero no encajaría, no se dan los requisitos jurisprudenciales para tipificarlo así”. “Además, el público es completamente opuesto”, destaca.

En cuanto a la supuesta similitud de los productos, López señala que “al ir a registrar la compañía, se pasa un filtro en la Administración pública para comprobar que la marca está libre y, por lo tanto, que se tiene derecho a utilizarla”. “Justamente porque las marcas no se parecen fue posible el registro. No da pie a confusión, si no, no hubiese pasado este trámite, por lo que este punto no tiene viabilidad”, desgrana.

“Si abordamos la supuesta similitud de las formas, es un punto ridículo, hay muchas gominolas y alimentos con forma de oso y no pasa nada. Por lo que no tiene relevancia jurídica”, destaca el abogado.

placeholder Comparación de ambas marcas.
Comparación de ambas marcas.

Uno de los temas que más sorprenden a los jóvenes es que en el burofax se les reclamase el dominio de su web. Para el abogado español, podría tratarse de una práctica de mala fe para apropiarse del negocio de manera gratuita. Algo con lo que coincide Méndez: “Creo que ha surgido mucho interés por hacer unos ositos con alcohol y que a Haribo le interesa el producto. Pero esta forma de acercarse a nosotros es demasiado hostil”. “Quieren apropiarse de lo que nos ha costado dos años y mucho sacrificio con una carta”, opina el veinteañero.

Por su parte, la multinacional, que en 2022 cumplirá 100 años, simplemente ha señalado a este periódico que “han emprendido el procedimiento legal que es habitual en estos casos para la protección de sus marcas registradas”. “Pero no quieren añadir nada más”, concluye la comunicación con los alemanes.

Polémica por las subvenciones públicas

Desde que el producto nació, la polémica lo ha acompañado a todas partes. Aunque —como demuestran los datos de ventas— los ositos han tenido una buena acogida entre el público, los expertos en salud pública han criticado el producto por supuestamente fomentar el consumo de alcohol.

Consumir 17 gominolas equivale a tomarse una copa. Por ello, PP, Cs y Bildu se opusieron a una subvención de 10.500 euros que les otorgaron

placeholder Ositos con alcohol.
Ositos con alcohol.

Cabe destacar que el Ministerio de Sanidad español alerta de que cada vez la ingesta de bebidas espirituosas se produce en edades más tempranas. En concreto, actualmente, el consumo de alcohol suele iniciarse a los 13 años.

La iniciativa vizcaína fue premiada hace dos años por el Servicio de Juventud y el Área de Promoción Económica del Ayuntamiento de Getxo. El proyecto fue uno de los finalistas del concurso de ideas Wanted y recibió una subvención de 10.500 euros para apoyar su desarrollo, levantando ampollas entre los políticos locales.

En esa ocasión, el Partido Popular, Ciudadanos y EH Bildu se pusieron de acuerdo para rechazar esta subvención, al entender que el producto fomenta el consumo de alcohol. A pesar de las críticas de los partidos de la oposición, el Ejecutivo municipal —en manos del PNV— defendió el proyecto al no ver contradicción entre premiar estas gominolas y fomentar el consumo responsable de bebidas espirituosas.

A pesar de las críticas políticas y de los profesionales de la salud, y del escrito de la compañía teutona, los jóvenes continúan comercializando su producto mientras estudian cómo abordar el requerimiento de Haribo.

Ander Méndez, Tamar Gigolashvili y Julen Justa apenas tenían 22 años cuando una idea se pasó por sus cabezas. Entre risas, sugirieron combinar dos productos que unían su infancia con su edad adulta: gominolas y cubatas. Lo que no esperaban estos universitarios del área metropolitana de Bilbao es que el invento, que surgió para animar aún más las noches de fiesta, terminase convirtiéndose en una empresa próspera con una producción que llega a varios rincones de la geografía española, y mucho menos, la repercusión que iba a tener. El proyecto obtuvo el apoyo de instituciones del País Vasco, cabreó al Partido Popular, Ciudadanos y Bildu, consiguió que la ETB (la televisión pública vasca) les dedicase un programa criticando su producto y, lo más sorprendente, un burofax de una multinacional alemana exigiendo el fin de su actividad.

Empresas Alcohol
El redactor recomienda