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La familia cordobesa que disputa el trono olivarero mundial a Sovena y Atitlán
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DE PRADO ALCANZA LAS 14.000 HECTÁREAS

La familia cordobesa que disputa el trono olivarero mundial a Sovena y Atitlán

José Luis de Prado, quinta generación de aceiteros, compra entre dos y tres mil hectáreas al año de olivo y, sobre todo, de almendro. Solo en formato intensivo, en seto: quiere llegar a 20.000

Foto: Finca plantada de olivar superintensivo. (De Prado)
Finca plantada de olivar superintensivo. (De Prado)

La familia cordobesa De Prado ha aflorado como uno de los dos mayores propietarios mundiales de olivares modernos. Los que están revolucionando el sector aceitero en el mundo: plantados en seto y en regadío, aunque la tecnología también se está empezando a aplicar en secano. La quinta generación de esta saga andaluza ha logrado en la última década y media aglutinar 14.000 hectáreas de fincas de olivos y almendros en Portugal, fundamentalmente, pero también España, EEUU y Chile.

Solo en olivar, con 9.500 hectáreas, le disputan el liderazgo mundial a Elaia, la alianza entre el gran envasador portugués Sovena y el fondo español Atitlán que gestiona 11.000. Las tiene en Portugal, Marruecos y España, y está dando sus primeros pasos también en almendro. Hay un tercer gran propietario global de olivares, en este caso tradicionales en secano, en Túnez que controla 17.000 hectáreas.

José Luis de Prado, que lidera los negocios familiares, compró la primera finca en Portugal en 2003. Hasta entonces manejaban una pequeña empresa familiar de aceite en Baena (Córdoba). Hoy el directivo es vicepresidente de Dcoop, el primer grupo cooperativo agroalimentario del sur de España. En 2017 se asoció en el negocio de aceituna de mesa (dos mil hectáreas) y desde 2018, también en aceite (otras 7.400). Ahora su ojito derecho es el almendro, donde han plantado 4.600 has en cinco años.

Foto: Imagen de un olivar de secano en España. (Agromillora)

En estos pasados 17 años, el grupo ha ido construyendo una estructura industrial de respaldo. Tiene tres almazaras activas en Portugal, Chile y California, y construye actualmente una cuarta en el vecino luso. Portugal acoge además otras dos plantas de aceituna de mesa y de almendra. Una segunda instalación de proceso de almendras está en Córdoba y se ha levantado en alianza con Dcoop. El negocio almendrero es el único que la familia no ha integrado en la cooperativa.

"Queremos comprar, en promedio, unas dos mil hectáreas por año hasta 2022. La mayoría de almendros. El año pasado adquirimos más de tres mil, estamos viendo unas 200 fincas al año y acabamos adquiriendo o alquilando en torno a una decena. Todas tienen que tener agua para riego, el negocio importante está en los superintensivos de olivar y los intensivos de almendro", explica abiertamente el empresario en conversación con El Confidencial. Algo que supone hacer una excepción dentro de su extrema discreción pública.

Aceite Made in USA

De Prado cuantifica la inversión en la adquisición o arrendamiento de todas estas fincas en los cuatro países en más de 200 millones de euros en los seis últimos años. ¿Cómo se financia el grupo? "Reinvertimos todos nuestros beneficios, este año cerramos con un resultado 24 millones sobre ingresos de 112 millones. A eso añadimos una parte de financiación bancaria. Somos en gran parte autosuficientes hasta ahora", asegura.

El objetivo es alcanzar en 2022 las veinte mil hectáreas divididas a partes iguales entre ambos cultivos. Con ello pasarán de producir 14.000 toneladas de aceite a 20.000 en tres años. Esto supone en torno al 10% de la producción anual que Dcoop recoge actualmente a sus socios de la sección aceitera. De esta forma, De Prado se convierte en algo así como el 'Elaia de Dcoop', en el sentido de un gran cultivador y productor ligado a un gran grupo comercializador. Elaia suministra a su accionista, Sovena, que es el primer envasador de aceite del mundo. Dcoop comercializa aún la mayoría de su aceite a granel, aunque crece en envasado año tras año.

Esas 20.000 hectáreas también generarán 25.000 toneladas de aceituna de mesa y otras 30.000 de pepita de almendra.

De Prado cumple respecto a Dcoop un papel similar al de Elaia con Sovena: un gran cultivador y productor que suministra a un gran comercializador

De Prado es además consejero en las envasadoras estadounidenses Pompeian (aceite, controlada por Dcoop al 50% con la familia marroquí De Vico) y Bell Carter (aceituna de mesa, donde la cooperativa tiene un 20%). El directivo andaluz fue clave en la materialización de este último acuerdo con la empresa que impulsó, precisamente, el arancel a la aceituna negra española.

A través de sus actividades en California, con almazara propia, De Prado permite a Dcoop tener un pie en EEUU en toda la cadena aceitera: cultivo, producción, envasado y venta con granel y con marca propia (Pompeian). "El coste de producir en California es alto, pero también se paga un premium por el hecho de ser aceite americano. En origen se paga a 8 dólares por kilo", explica.

placeholder Plantación intensiva de almendro. (De Prado)
Plantación intensiva de almendro. (De Prado)

A raíz del enorme crecimiento focalizado en olivos y almendros en seto, la empresa familiar nacida en 1831 ha dado este año el paso que le quedaba para integrarse verticalmente. Ha adquirido el mayor vivero de Córdoba, Extremolivo, con el que se autoabastece de plantones de olivo y almendro, y también los vende a otros agricultores. Y, además, le permite lanzar una nueva división para ofrecer servicios de plantación de fincas para terceros.

La familia cordobesa De Prado ha aflorado como uno de los dos mayores propietarios mundiales de olivares modernos. Los que están revolucionando el sector aceitero en el mundo: plantados en seto y en regadío, aunque la tecnología también se está empezando a aplicar en secano. La quinta generación de esta saga andaluza ha logrado en la última década y media aglutinar 14.000 hectáreas de fincas de olivos y almendros en Portugal, fundamentalmente, pero también España, EEUU y Chile.

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