Santander y el FROB aceptan ceder un sillón en el consejo de Sareb al nuevo CEO
El banco malo necesita que uno de sus actuales accionistas renuncie a un sillón, al estar ocupados los 15 puestos. Y tanto el Estado como el banco han mostrado su conformidad a hacerlo
Es uno de los principales escollos que Jaime Echegoyen, presidente de Sareb, necesita salvar para poder nombrar un consejero delegado y completar así la remodelación directiva que lleva preparando desde principios de año: hacer hueco en el máximo órgano de administración.
El banco malo tiene limitado a 15 el número de miembros de su consejo de administración, sillones que están ocupados en su totalidad, lo que hace imposible poder nombrar un consejero delegado, salvo que algún accionista ceda uno. Y hay acuerdo para ello.
Tanto Santander, que tras la compra de Banco Popular cuenta con tres representantes, como el FROB, primer accionista del banco malo con el 45% del capital y cuatro dominicales, han mostrado su disposición a ceder un puesto para dar entrada al candidato que termine siendo elegido, según afirman fuentes conocedoras.
Bajo la presidencia de Belén Romana, el consejero delegado se sentaba en el máximo órgano de administración en uno de los sillones del FROB, pero entonces la entidad presidida por Ana Botín solo tenía dos consejeros.
Ahora, si se repitiera ese esquema, Santander, con un 22% del capital, tendría el mismo número de representantes que el Estado, lo que generaría una distorsión, además de que hay otras entidades accionistas disconformes con tal posibilidad, según señalan las fuentes consultadas.
Como adelantó El Confidencial, Sareb lleva preparando desde hace meses una remodelación directiva que incluye el nombramiento de un consejero delegado y que afecta a toda la organización de la entidad, inmersa en una profunda metamorfosis tanto de forma de trabajar, con la apuesta por un modelo en red con delegaciones territoriales, como de ADN, que deja de ser financiero para centrarse en el inmobiliario.
Precisamente un perfil inmobiliario es el que quiere Echegoyen para el consejero delegado, que será quien lleve el día a día de Sareb, mientras que el presidente asumirá un papel más institucional, aunque seguirá siendo ejecutivo y con responsabilidad sobre áreas como Auditoría o Marketing, según las mismas fuentes.
Este tándem se quería haber tenido listo para antes de concluir el año, y aunque en Sareb todavía no tiran la toalla, la inmediatez del cierre de ejercicio hace dudar seriamente de que pueda cumplirse este calendario.
Una hoja de ruta que se quería acompasar con la puesta en marcha oficial de las nuevas delegaciones, cuyos responsables ya están nombrados. Formalmente, arranca en enero, mientras que los cambios en las áreas funcionales Echegoyen quiere esperar a hacerlos a que aterrice el nuevo consejo delegado, para que este pueda participar en la formación de su propio equipo.
Es uno de los principales escollos que Jaime Echegoyen, presidente de Sareb, necesita salvar para poder nombrar un consejero delegado y completar así la remodelación directiva que lleva preparando desde principios de año: hacer hueco en el máximo órgano de administración.