Una empresa catalana desarrolla un olivo que no necesita agua... ni subvenciones
Fundado por la familia Sumarroca, y hoy propiedad del fondo árabe Invescorp, ofrece una vía de futuro a parte del olivar tradicional mediterráneo golpeado por el bajo precio y la falta de mano de obra
El año que está a punto de acabar ha sido el primero en el que, claramente, se ha apreciado en el mercado aceitero mundial el peso determinante que van a tener los nuevos olivares cultivados en regadío y en forma de seto. Cosechas estables a precios bajos han llegado para quedarse, para regocijo de grandes propietarios y envasadores. Pero ese tipo de plantación también denominada olivar intensivo no es apta para buena parte de la cuenca mediterránea, la cuna oleícola mundial. Por eso, el inventor de este olivar en seto, la firma barcelonesa Agromillora, ha estado testando —y con éxito— una solución para parte de esos olivares tradicionales de secano ahogados por la baja cotización del zumo de aceituna.
Este vivero industrial, ubicado en pleno Penedés y fundado originalmente por la familia Sumarroca para solucionar la falta de un vivero para sus vides en la zona, ha desarrollado el olivar en seto para secanos no severos. Hablamos de setos más estrechos que los empleados en el intensivo con regadío, prácticamente tabiques vegetales. Plantados con variedades mucho más eficientes en el uso del agua. Y podados anualmente de manera mecánica para evitar las grandes alternancias productivas que se dan en el olivar tradicional de secano. Agromillora es hoy propiedad del fondo de inversores árabes, con sede en Londres, Invescorp. Sumarroca es ya solo presidente de honor.
Hasta 3.200 hectáreas ya están en funcionamiento en España, en zonas como Córdoba, Sevilla y Cádiz. Tanto la empresa como expertos independientes consultados coinciden en que es una salida al tridente que amenaza el futuro de cientos de miles de hectáreas tanto de olivo como de cereal. Primero, no necesita agua de riego para producir de manera estable unos 5.000 kg por hectárea al año equivalentes a una tonelada de aceite, lo que en el secano de siempre se consigue solo los años de buena cosecha; segundo, necesita mucha menos mano de obra, que además es cada vez más escasa, lo que permite disminuir el coste de recolección a 2 céntimos/kg frente al promedio de 20 en el tradicional; y tercero, en un escenario de fondos europeos para la PAC descendentes a medio y largo plazo, sería rentable ya hoy sin subvención.
Vicente Casanova y Manuel López, directivos de la firma barcelonesa, explican que existen muchos potenciales clientes con fincas en zonas llanas y con extensiones de entre varios cientos o incluso miles de hectáreas que necesitan una alternativa así. "También los cultivadores de cereales, para quienes la perspectiva de bajada de las ayudas europeas que son las que les dan algo de rentabilidad es una amenaza". Precisamente antes de verano, dos grandes manifestaciones en Sevilla y Madrid llevaron a la calle la reivindicación de miles de familias de la mitad sur de España que ven en riesgo la subsistencia de su modo de vida explotando olivares en secano.
No es la panacea para todo el olivo tradicional, pero sí se adapta bien a zonas llanas y hasta al 40% de la provincia de Jaén
"No es la panacea, pero sí es apto para tierras llanas y frescas, como Badajoz, la campiña cordobesa o sevillana y zonas de Castilla-La Mancha. También puede adaptarse al 40% del terreno de cultivo de Jaén", explica Juan Vilar, consultor independiente y asesor de decenas de explotaciones y empresas agrarias en todo el mundo. "Va a permitir transformar a un modelo rentable una parte del olivar actual, aquel que no tenga pendiente muy pronunciadas, y también poner en producción nuevas superficies ahora destinadas a cereal", coincide este experto.
Facilitador de uniones
Agromillora va a exportar el modelo, a modo de primer escaparate, a Portugal por primera vez en 2020 con dos fincas. Las 3.200 hectáreas ahora existentes están en su inmensa mayoría en España y representan solo el 0,03% de todo el terreno destinado a olivo en el mundo. El modelo intensivo o superintensivo (ambos son formaciones en seto pero varía la distancia entre árboles de la misma hilera, y entre las propias hileras) aglutina en total el 8%. Sobre un total de 11,5 millones de hectáreas a escala global a cierre de este 2019, según cifras actualizadas facilitadas por Vilar.
Manuel López, delegado del grupo en Andalucía, ofrece adicionalmente a todo ello una de cal y otra de arena. En el lado positivo, la implantación de este tipo de olivo en seto en secanos facilita que los propietarios y agricultores compartan costes por ejemplo a la hora de recolectar o de hacer tratamientos al árbol. Con el ahorro adicional de costes que ello supondría. En el lado menos positivo, esta modalidad no es apta a día de hoy para terrenos con pendientes superiores al 15% debido a la envergadura de las cosechadoras. "Todos los años, pese a todo, vuelca alguna. Ahora mismo tenemos ese límite".
La tecnología del autoenraizamiento ya venía testándose por Agromillora en el almendro, tanto en regadío como en secano. Un árbol leñoso que es además el gran competidor del olivo en las preferencias de los agroindustriales en todo el mundo. En olivar intensivo y superintensivo, el inventor y promotor de ambos tiene el reto de desarrollarlo más especialmente en EEUU. "Ahora mismo tenemos un gran y buen cliente en California, pero nos gustaría generalizarlo más", avanza Casanova.
En dos décadas, desde que los primeros olivares en seto del mundo se plantaron con asesoramiento de Agromillora en Huesca (con riego) y en Cerro Perea (Sevilla, en secano), se han extendido a Italia y Portugal, que forman con España el trío de países en vanguardia. Luego se han ido sumando Grecia, Turquía, Túnez (en menor medida), América Latina y EEUU.
Una casualidad... que llega a 120 millones
El fondo y socio de control Invescorp, en cualquier caso, no se vio atraído sólo por esta posición de ventaja competitiva del grupo español, sino también por sus números. Crecimientos de hasta el 100% de los ingresos en años pasados que le han llevado a los 120 millones de cifra de negocio, con márgenes brutos del 30%. De sus viveros salen 100 millones de árboles al año, la mitad se planta en España. Una partida de olivos que se un cliente les dejó colgados a principios de la década de los 90 del siglo pasado, y que empezaron a cortar para mantener a raya, les llevó casualmente a ver las virtudes y posibilidades de criar este árbol en seto.
Con ello aportaron además una nueva vía para recuperar la rentabilidad del olivar en medio de la crisis que vivió el sector en esos años finales de siglo. Y lo demás es historia de cómo han logrado extenderlo ya a ambos lados del Atlántico.
El año que está a punto de acabar ha sido el primero en el que, claramente, se ha apreciado en el mercado aceitero mundial el peso determinante que van a tener los nuevos olivares cultivados en regadío y en forma de seto. Cosechas estables a precios bajos han llegado para quedarse, para regocijo de grandes propietarios y envasadores. Pero ese tipo de plantación también denominada olivar intensivo no es apta para buena parte de la cuenca mediterránea, la cuna oleícola mundial. Por eso, el inventor de este olivar en seto, la firma barcelonesa Agromillora, ha estado testando —y con éxito— una solución para parte de esos olivares tradicionales de secano ahogados por la baja cotización del zumo de aceituna.
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