Toharia: "La debacle de Ciudadanos se debe a su ruptura con el lenguaje moderado"

Pocas personas pueden presumir de conocer mejor que José Juan Toharia las tendencias de comportamiento de los españoles y el clima de opinión imperante. El presidente y fundador de Metroscopia maneja un inmenso volumen de datos y estadísticas que sirven para elaborar una interesante radiografía del panorama político y socioeconómico que dejaron las últimas elecciones nacionales. Así lo puso de manifiesto durante el encuentro organizado por El Confidencial en colaboración con Ibercaja, tercer evento de estas características enmarcado en el ciclo ‘El valor de la experiencia’.

Durante su presentación, el periodista José Antonio Zarzalejos —quien estuvo acompañado por Óscar Castellanos, director de Zona de Ibercaja Banco— habló de su extenso currículo. El sociólogo cuenta con sendos doctorados en Derecho y Sociología por las universidades Complutense de Madrid y de Yale en Estados Unidos, respectivamente. Además, es catedrático por la Universidad Autónoma de Madrid, fundador de la prestigiosa revista 'Cuadernos para el Diálogo' y de la Escuela de Periodismo UAM-El País, consultor tanto para Naciones Unidas como para el Banco Mundial, así como director académico del Instituto Universitario de Investigación de la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón, entre otros numerosos cargos y reconocimientos.

La situación de bloqueo político acaparó gran parte de la conversación. En su primera intervención, José Juan Toharia quiso resaltar como virtud de la sociedad española “la paciencia demostrada”, máxime cuando es incuestionable la sensación de “desconcierto, hartazgo y cansancio” que se palpa en el ambiente. “Los últimos 40 años han sido los mejores de nuestra historia y, sin embargo, existe una importante sensación de desasosiego en la ciudadanía y un deseo imperante de que se conforme un Gobierno lo antes posible”, señaló desde la experiencia que le aporta su trayectoria académica.

La debacle de Ciudadanos también protagonizó gran parte del coloquio y a ella se refirió el sociólogo en varias ocasiones, calificándola de “drama”. Bajo su perspectiva, el partido naranja había despertado “ilusión” durante los últimos años “en gran parte de la población”, principalmente porque parecía “abanderar el espíritu de la Transición”. Explicó que “Albert Rivera apelaba al consenso y mencionaba continuamente en sus primeros discursos a Adolfo Suárez”. Pero, en los últimos tiempos, “rompió con su lenguaje moderado y se alejó de las buenas maneras propias de aquella época”, distanciándose, a la vez, del centro político.

Precisamente esta zona central del espectro parece ser la clave de los resultados electorales. Los datos que maneja Metroscopia indican que “España es un país moderado ligeramente inclinado hacia la izquierda ideológica. En una escala donde el cero sería la extrema izquierda y el 10 la ultraderecha —explicó el catedrático de una manera más gráfica—, la media de los votantes se sitúa en torno al 4,7”. Para el experto, esta cuestión resulta determinante, porque “el centro no se cultiva, a pesar de que es donde mayoritariamente se sitúa la sociedad”.

¿Adónde han ido los votantes de Ciudadanos?

Los números manejados por el fundador de Metroscopia desvelan que el tránsito del voto naranja se ha dirigido en parte hacia la abstención —hay que recordar que la participación el 10 de noviembre bajó cinco puntos—, aunque de igual forma se ha producido un retorno a la fuerza política de donde procedía. “Si el elector no encuentra diferencia entre el partido nuevo y el viejo, se decantará por el más conocido de los dos”, apuntó en una clara alusión a la recuperación del Partido Popular.

Respecto a la polarización de la representación en las Cámaras, el sociólogo igualmente enlazó este proceso con la caída de Albert Rivera. “Se ha producido una quiebra en el lenguaje político, lo que ha dado fuerza a los extremos y aparentemente legitima sus exageraciones verbales e ideológicas”. Para el catedrático, Vox es un reflejo de esta coyuntura. “Es el partido de aquellos que piensan que ya está bien, y ha conseguido reunir el voto de personas muy dispares que solo tienen en común el hartazgo”. Sobre este conjunto de malestares, afirma que “ni siquiera está formado por elementos relacionados entre sí, pero sí han sabido emplear un lenguaje inapropiado pero legitimado por otras fuerzas moderadas, como es el caso de Ciudadanos”. En esta dirección, el académico añadió que, “de hecho, el más moderado en los últimos debates televisivos fue Pablo Iglesias” y recordó que “si se pierden las formas, la democracia se pone en peligro”.

Cataluña, en el centro del debate político

Toharia reiteró la misma idea para explicar la situación catalana: “La grandeza de la Transición viene de las buenas maneras, la educación, el diálogo y el lenguaje utilizado en aquel momento. Por el contrario, no se puede defender la validez de un supuesto proceso democrático que ha perdido por completo las formas”. Desde su punto de vista, lo que sí ha sabido hacer la causa separatista ha sido “atender y cuidar su imagen”, y recalca “la torpeza” de aquellos que prefieren una Cataluña autonómica, ya que “han permitido que el núcleo del independentismo se perciba en el resto de Europa con un tamaño mayor del que realmente tiene”. Del mismo modo, “España no ha sabido explicar sus razones en contra de la independencia y por eso los secesionistas cuentan con tantos simpatizantes en el extranjero. Al final, no importan los hechos, sino cómo se cuentan”, criticó, a la par que evocaba con sus palabras al filósofo griego Epicteto.

"España no ha sabido explicar sus razones contra la independencia y por eso los secesionistas cuentan con tantos simpatizantes en el extranjero"

Respecto a la clase política, las encuestas de Metroscopia hablan de “desprestigio” en términos generales y “solo el 11% de la población española la califica positivamente”. Estas estadísticas, donde los representantes suelen quedar siempre “tan mal parados”, contrastan con la percepción más amable que generan en la población “tanto la Corona como las empresas grandes y pequeñas”. José Juan Toharia precisó que esta desigualdad se produce porque “en la política nacional ya no se antepone el bien común al propio y se han perdido los modales”, y puso como ejemplo de corrección a Manuel Vals, ex primer ministro francés y aspirante a la alcaldía de Barcelona en los últimos comicios municipales, a quien “escandaliza la falta de respeto personal que existe en la política española”.

Observando las inquietudes del futuro

Para concluir la charla, el sociólogo desgranó e interpretó algunos de los datos que maneja Metroscopia y que publica cada mes para sus clientes a través del informe 'Pulso mensual', una fotografía social de los temas más candentes y actuales de la agenda pública. Entre las preocupaciones a pie de calle, destacó “la creciente incertidumbre que genera el escenario económico venidero”. Sin embargo, también subrayó que esta tendencia de pensamiento no coincide con la de los propios empresarios, quienes son “mucho menos pesimistas en este sentido”. En tono reflexivo, añadió que “a veces esta desconfianza viene motivada por una clase política que frena a la ciudadanía de un país que, por otra parte, es una potencia del máximo nivel en numerosas materias” y corroboró esta apreciación elogiando las aportaciones españolas en temas como las energías renovables, los trasplantes de órganos, la ciencia aplicada, la ingeniería o el deporte.

En un intento de realizar una prospectiva en el medio y largo plazo, José Juan Toharia incidió en un tema que acaparará la atención del mundo desarrollado en el futuro: el incremento de la esperanza de vida. Las cifras reflejan que nuestro país ya es líder europeo y el segundo en el que más se vive del mundo, tan solo superado por Japón. “Esta situación tiene implicaciones tan relevantes como la paulatina disminución en las próximas décadas del peso proporcional de los jóvenes, además de otras consecuencias que aún ni siquiera podemos valorar. Si nos fijamos en la forma demográfica de España, lejos de ser una pirámide es más bien un rascacielos. De hecho, la franja que más crece es la de personas con más de 85 años”, concluyó.