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Invertir en infraestructuras, clave para reducir la mortalidad en las carreteras
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MESA REDONDA EL CONFIDENCIAL-ABERTIS

Invertir en infraestructuras, clave para reducir la mortalidad en las carreteras

La actitud al volante y la seguridad del vehículo, imprescindibles para combatir la siniestralidad. También las infraestructuras, aunque a veces queden olvidadas en materia de seguridad vial

Garantizar la seguridad en las carreteras es uno de los grandes retos para la Administración pública. Carné de conducir por puntos, reducción de los límites de velocidad o las campañas de concienciación son solo algunos ejemplos de las acciones llevadas a cabo por el Gobierno en los últimos años. Esfuerzos enfocados por completo en el comportamiento del conductor y medidas dirigidas a avalar una actitud segura al volante. Pero, por desgracia, el error humano es muy común: casi la mitad de los conductores no usa el intermitente para adelantar en autopista, el 34% supera la velocidad permitida y el 26% no respeta la distancia mínima de seguridad, según el Observatorio Global de Conducción de Abertis, con datos recogidos de la conducción de clientes de la compañía en cinco países, entre ellos, España.

placeholder Bruno de la Fuente, director de Construcción, Concesiones y Tecnología del agua de Seopan.
Bruno de la Fuente, director de Construcción, Concesiones y Tecnología del agua de Seopan.


¿Qué pasaría entonces si dejáramos a un lado el factor humano y pusiéramos el foco en mejorar las infraestructuras?, ¿reduciríamos la siniestralidad? Estas son algunas de las cuestiones que se pusieron sobre la mesa en un encuentro organizado por El Confidencial en colaboración con Abertis, bajo el título ‘La importancia de las infraestructuras’, donde se subrayó el papel fundamental que juegan las carreteras en el marco de la seguridad vial.

“Se ha avanzado mucho. Existe concienciación e impulso político para mejorar la seguridad, pero se ha dejado de incidir en la importancia de las infraestructuras para reducir los accidentes”, lamentó Bruno de la Fuente, director de Construcción, Concesiones y Tecnología del Agua de Seopan (Asociación de Empresas y Concesionarias de Infraestructuras), que, en este contexto, anotó un dato: de 2009 a 2017, la inversión del conjunto de administraciones en regeneración y en construcción de nuevas carreteras ha caído un 33% y 77% respectivamente.

Según la Dirección General de Tráfico (DGT), el año pasado perdieron la vida en las carreteras españolas 1.806 personas —24 menos que el año anterior—, y el 75% de los siniestros se dio en carreteras convencionales. Por este motivo, De la Fuente recalcó la importancia de seguir invirtiendo en la red convencional, y apuesta por un modelo de colaboración público-privado en la red de gran capacidad (autovías y autopistas).

"La inversión del conjunto de administraciones en regeneración y en construcción de nuevas carreteras ha caído un 33% y 77% respectivamente"


La colaboración del sector público y privado fue una de las ideas clave del debate para paliar esta caída en la inversión pública. En esta línea, Antonio Sánchez Recio, socio responsable de Inmobiliario, Construcción e Infraestructuras de PwC España, añadió que invertir en infraestructuras a través de los presupuestos públicos será una tarea difícil, ya que las administraciones se están centrando en el gasto social. Por tanto, “para las inversiones en infraestructuras, es imprescindible el papel del capital privado y el pago de los propios usuarios”.

A nivel global, en 2030, más del 50% de infraestructuras tendrá una antigüedad superior a 20 años, según explicó Sánchez Recio. En este marco, recalcó la necesidad y la urgencia de un pacto de Estado que garantice y aborde el mantenimiento de nuestras vías. “Este mantenimiento parte de que el sector privado tenga interés”, pero para que el fondo extranjero invierta dinero en España, “necesita cierta seguridad y que se le asegure un mínimo retorno”. ¿Cómo garantizar este mínimo retorno? PwC señala algunos frentes importantes, con la seguridad jurídica como protagonista: es necesario acortar los plazos en las licitaciones, resoluciones ágiles ante problemas y, por supuesto, “asegurar la rentabilidad”.

Inversión: necesaria para reducir siniestros

Pero ¿realmente se lograría reducir el número de siniestros invirtiendo en este campo? Según concluye el informe de la Asociación Española de la Carretera (AEC) y Seopan ‘Seguridad en carreteras convencionales: un reto prioritario de cara a 2020’, la respuesta es sí: con una inversión de 730 millones de euros en un total de 1.121 kilómetros de carreteras convencionales, se lograría evitar 69 fallecidos y 212 heridos cada tres años. Elena de la Peña, subdirectora general técnica de AEC, expuso que, aunque los márgenes para reducir el número de siniestros no sean los mismos que hace unos años —cuando las cifras de siniestralidad eran muy superiores—, “todavía queda mucho por hacer”. Según De la Peña, alrededor del 40% de los accidentes de carretera son por salidas de vía, por lo tanto, una posible solución sería “diseñar carreteras con márgenes más seguros para que las consecuencias de esos accidentes sean mucho menos graves”.

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Elena de la Peña, subdirectora general técnica de AEC (Asociación Española de la Carretera).

Respecto a las rutas interurbanas, para reducir la mortalidad evitando impactos frontales o fronto-laterales, la subdirectora de AEC propuso implantar carreteras 2+1, que, como precisa la DGT, son “vías con dos carriles independientes separados por una mediana que se va adentrando en una u otra vía, dejando un segundo carril en un sentido para adelantar”. Este tipo de carreteras, además, ya se han desarrollado con éxito en Alemania, Finlandia y Suecia, donde la ratio de accidentalidad se ha reducido entre el 22% y el 55% respectivamente, según refleja el informe mencionado anteriormente.

De la Peña abrió otro frente en relación con la necesidad de informar mejor; considera que se está comunicando mal a la sociedad la importancia de las infraestructuras para evitar siniestros. “Cuando se habla de seguridad vial, siempre se muestra la seguridad vial de tráfico. Los titulares de las carreteras rara vez aparecen”, explicó.

Las claves: prosperidad y sostenibilidad

“Hay una parte muy importante de la inversión pública que tiene que estar destinada a construir, mantener, revisar y dar mayor eficacia a las infraestructuras, pero hay que hacerlo de manera inteligente para generar prosperidad”, testificó Antonio Lucio, exdirector de la Fundación Movilidad y experto en movilidad sostenible, quien enmarcó, dentro de los grandes retos, la siniestralidad y la accidentalidad urbana. Pero ante el fuerte crecimiento de las ciudades, dejó la puerta del debate abierta: “¿Qué es lo urbano y qué es la ciudad en estos momentos?”.

Otro punto en común de los expertos fue la importancia de que estas iniciativas de inversión encajen en un marco de sostenibilidad. De esta manera, Lucio destacó como principal reto la integración de los objetivos de sostenibilidad en la conservación de las carreteras. En primer lugar, considera que tenemos unos recursos limitados y tenemos que ser responsables: “Hay que pensar muy bien qué infraestructuras y qué costes de mantenimiento vamos a tener para que no detraigan recursos de las políticas sociales, que son imprescindibles”, aseveró. Por otro lado, considera imprescindible que las infraestructuras prioricen el transporte colectivo: “Tienen que facilitar las áreas de intercambio modal y el acceso a las paradas de los autobuses”, entre otras cosas.

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Antonio Sánchez, socio responsable de Inmobiliario, construcción e Infraestructuras de PwC Spain.

Aportando un enfoque optimista al debate, José María Pardillo, profesor titular de la ETSI de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la UPM, apuntó que la seguridad vial ya se encuentra en niveles muy altos y estabilizados, no solo en España, también en el resto de la Unión Europea (UE). “Nuestros índices de accidentalidad son de los más bajos del mundo”, y aunque desde que comenzó la crisis las inversiones en infraestructuras y en el resto de los servicios públicos se han reducido, “la red sigue estando muy completa”. Según Pardillo, donde sí se ha notado el detraimiento de recursos es en la conservación; aun así, “la degradación de las carreteras a lo largo del tiempo es lenta, por lo que, en la actualidad, no parece que haya afectado a los niveles de seguridad, que siguen siendo elevados”.

Para concluir, el profesor de la ETSI puso sobre la mesa algunos datos relacionados con la extensión de la red española de carreteras. Alcanza los 500.000 km, de los cuales, la red principal, que es la del Estado, tiene 26.000. Además, las inversiones de los últimos 20 o 25 años en infraestructuras han llevado a España a situarse en uno de los primeros puestos en el 'ranking': “Nuestras carreteras principales son más modernas que la media de Europa”, ultimó.

Garantizar la seguridad en las carreteras es uno de los grandes retos para la Administración pública. Carné de conducir por puntos, reducción de los límites de velocidad o las campañas de concienciación son solo algunos ejemplos de las acciones llevadas a cabo por el Gobierno en los últimos años. Esfuerzos enfocados por completo en el comportamiento del conductor y medidas dirigidas a avalar una actitud segura al volante. Pero, por desgracia, el error humano es muy común: casi la mitad de los conductores no usa el intermitente para adelantar en autopista, el 34% supera la velocidad permitida y el 26% no respeta la distancia mínima de seguridad, según el Observatorio Global de Conducción de Abertis, con datos recogidos de la conducción de clientes de la compañía en cinco países, entre ellos, España.

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