Alvargonzález Figaredo cumple el gran sueño inmobiliario de Belmiro de Azevedo

Se conoce popularmente como el sueño de Belmiro de Azevedo y es uno de los desarrollos inmobiliarios más importantes del momento en Portugal. Los terrenos donde el fallecido fundador de Grupo Sonae proyectó construir una pequeña ciudad dentro del término de Matosinhos, junto a Oporto, terminarán alcanzando su destino gracias a capital español.

La familia Alvargonzález Figaredo, una de las mayores fortunas de España, dueña de la naviera Ership, es una de los tres inversores que están detrás de Grandavenue72, según ha desvelado la prensa lusa, sacando así de su preciado anonimato a la saga asturiana.

Hace un año, esta sociedad adquirió a Sonae los terrenos por 30 millones de euros y, ahora, acaba de presentar su proyecto para urbanizar esta amplia zona, un magadesarrollo bautizado como Jardines Efanor, donde Azevedo aspiraba a construir una pequeña ciudad, sueño que la crisis de hace una década se llevó por delante.

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Con sus nuevos dueños, este desarrollo está llamado a convertirse en todo un referente del 'coliving' y el 'coworking', para lo cual, se ha previsto una inversión de 250 millones de aquí a 2025, periodo en el que está planeado desarrollar los 120.000 metros cuadrados que suma el proyecto.

El 60% del espacio irá destinado a uso residencial, con la construcción de 400 viviendas; mientras que el otro 40% será terciario, con gran peso de oficinas y hoteles.

En esta aventura, Alvargonzález va de la mano del empresario Pedro Couto, dueño del grupo constructor Telhabel, y del inversor suizo Daniel Klein, viejo conocido del mercado español por su pasado en SOS, actual Deoleo, donde llegó a controlar casi el 6% del capital.

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En España, los Alvargonzález también tienen diversos intereses inmobiliarios y, de hecho, son uno de los inversores de referencia de Dunas Capital, grupo financiero de gestión de activos que tiene en el 'real estate' una de sus principales áreas de negocio.

Fuera del mundo empresarial, esta saga de origen asturiano, para quien la discreción es una máxima, ha saltado a los titulares por ser primos de Rodrigo Rato, a quien ayudaron económicamente durante todo el calvario judicial de Bankia.