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Claves para convertir el ahorro en inversión, la asignatura pendiente de los españoles
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MESA REDONDA EL CONFIDENCIAL-ING

Claves para convertir el ahorro en inversión, la asignatura pendiente de los españoles

Los expertos recomiendan empezar a invertir barato, de manera diversificada y a largo plazo, y apelan a la educación financiera como fórmula para superar los viejos vicios del ahorro en España

La caída de los tipos de interés hasta mínimos históricos no ha bastado para revertir el comportamiento tradicional de los ahorradores en España, que mantienen su dinero mayoritariamente en depósitos y cuentas de ahorros. Esta cuestión fue abordada por los ponentes que asistieron a la mesa redonda organizada por El Confidencial e ING bajo el título ‘Democratización de las inversiones: cómo obtener rentabilidad de los ahorros’. Un encuentro en el que participaron Francisco Quintana, director de Estrategia de ING; José Miguel Maté, vicepresidente de EFPA España; Francisco López Lubián, profesor de Dirección Financiera en IE Business School, y Jorge Segura, fundador de Uncommon Finance.

En 2018, la cantidad de dinero en cuentas y depósitos se incrementó en un 2,8%, en torno a los 24.000 millones de euros. Ambos activos siguen siendo los favoritos de los ahorradores en España. Durante décadas y hasta la llegada del euro, “permitieron transformar de forma automática el ahorro de los españoles en inversión”, señaló Quintana. Como consecuencia de esto, añadió que la diferenciación entre inversión y ahorro es un concepto reciente en nuestro país.

placeholder Francisco Quintana, director de Estrategia de ING.
Francisco Quintana, director de Estrategia de ING.

No obstante, el director de Estrategia de ING subrayó que se percibe una evolución en el perfil del inversor a lo largo de los últimos años. En 2007, el 64% del dinero invertido en fondos de inversión se encontraba en productos ultraconservadores de renta fija a corto plazo, frente al 31% actual. Hace 12 años, un tercio de los inversores establecía un horizonte de inversión inferior a un año, mientras que ahora solo el 15% lo hace. Dado que el perfil de los inversores sí ha cambiado, “el mayor desafío que tenemos en España es conseguir que la gente que no invierte lo haga”, afirmó.

La inversión anual per cápita en España se sitúa en 642 euros por persona, menos de la mitad de los 1.432 de la zona euro. En paralelo, la combinación entre vivienda y cuenta bancaria representa en torno al 90% de la riqueza de las familias españolas. Ante este volumen, ¿funciona el ahorro inmobiliario además como una forma de inversión? Los datos lo niegan: solo el 9% de la vivienda se compra con la intención de generar un beneficio en el momento de la venta.

Entonces, ¿por qué no invierten los españoles? En gran medida, la preferencia por los productos de ahorro sobre los de inversión procede de la inercia y la falta de formación específica. “El miedo a la incertidumbre proviene del desconocimiento; para invertir, se necesitan formación y criterio, así que la educación financiera es clave”, argumentó Jorge Segura, desde Uncommon Finance. Además, hizo hincapié en que “el interés nace de la necesidad” y planificar el futuro es hoy más necesario que nunca.

La complejidad y el riesgo en el mundo de la inversión también juegan un papel importante que desanima a muchos ahorradores

Por esto, José Miguel Maté recalcó que “no es suficiente con compensar la inflación: si quieres mantener tu poder adquisitivo, debes hacer algo más para vivir mejor en el futuro”. Así, el vicepresidente de EFPA España apeló a la necesidad de inculcar “una responsabilidad” a todos los españoles desde edades tempranas, y destacó la importancia de la cultura financiera.

En la misma línea, “una economía moderna no es compatible con la idea de que el Estado está ahí para rescatarnos de nuestros errores financieros, que esconden a menudo una falta de responsabilidad notable a la hora de invertir”, aseveró Francisco López Lubián. El profesor de IE Business School aconsejó que, en primer lugar, los inversores deben conocer el valor de su propio patrimonio para poder gestionarlo de forma eficiente.

En busca de la rentabilidad

A pesar de la predilección de los españoles por instrumentos como las cuentas y los depósitos, la inflación hace que los ahorros pierdan valor de forma constante a lo largo del tiempo. En la actualidad, la remuneración de las cuentas bancarias tradicionales no solo no bate a la inflación, sino que además genera rentabilidades reales negativas.

En las últimas semanas, los principales bancos españoles han hecho efectiva una subida de las comisiones de mantenimiento en determinadas cuentas corrientes. De hecho, la banca española se plantea la posibilidad de cobrar por los depósitos a plazo fijo. “En este escenario de tipos bajos, los bancos se esfuerzan para encontrar rentabilidad y quizá tengan que cobrar, no solo por dar asesoramiento sino también por tener el dinero de sus clientes”, comentó López Lubián.

placeholder José Miguel Maté, vicepresidente de EFPA España.
José Miguel Maté, vicepresidente de EFPA España.

De manera indirecta, esta medida podría terminar convirtiéndose en un empujón a la inversión. Sin embargo, el desconocimiento financiero hace que las reticencias permanezcan. La complejidad y el riesgo en el mundo de la inversión también juegan un papel importante que desanima a muchos ahorradores. Pese a todo, los expertos subrayaron que, en el largo plazo, la probabilidad de sufrir pérdidas se reduce hasta convertirse en insignificante.

“La rentabilidad está ahí fuera y el riesgo es muy manejable si se respetan tres principios fundamentales: invertir barato, de manera diversificada y a largo plazo”, manifestó Francisco Quintana. Asimismo, comentó que el desplome de la renta fija en términos de rentabilidad ha hecho que desaparezcan las opciones intermedias de riesgo moderado: “Se está quedando vacío el hueco entre la cuenta corriente y la renta variable”.

Por esta razón, Maté remarcó que “debemos inculcar a los inversores el concepto de que no existe la rentabilidad sin riesgo: por supuesto que se puede conseguir rentabilidad, pero a largo plazo y sin abandonar antes de tiempo”. Además de esto, los ahorradores deben comenzar por definir para qué invierten, en qué necesidad ponen el foco y a qué desean destinar el ahorro.

En cuanto a recomendaciones de productos concretos para un inversor minorista, el representante de EFPA España expresó que “abogaría por la liquidez del producto, costes menores que vayan acorde con el volumen que el cliente puede invertir y el servicio que está recibiendo, y transparencia e información plena, además de comprobar si los resultados obtenidos son coherentes con los preceptos del producto”.

placeholder Un momento del encuentro.
Un momento del encuentro.

Por último, los ponentes pusieron en valor las ventajas de la gestión pasiva, que no busca batir a los índices sino replicarlos, como vía de iniciación para nuevos inversores. “Es un producto que ayuda al ahorrador español a empezar a invertir: es una gran alternativa para entrar en el mundo de la gestión”, declaró Segura. Mientras que en Estados Unidos ya representa el 45% de los fondos y ha duplicado su presencia durante la última década, en España aún es el 11,6% del total y tiene un gran margen de crecimiento frente a la gestión activa.

La caída de los tipos de interés hasta mínimos históricos no ha bastado para revertir el comportamiento tradicional de los ahorradores en España, que mantienen su dinero mayoritariamente en depósitos y cuentas de ahorros. Esta cuestión fue abordada por los ponentes que asistieron a la mesa redonda organizada por El Confidencial e ING bajo el título ‘Democratización de las inversiones: cómo obtener rentabilidad de los ahorros’. Un encuentro en el que participaron Francisco Quintana, director de Estrategia de ING; José Miguel Maté, vicepresidente de EFPA España; Francisco López Lubián, profesor de Dirección Financiera en IE Business School, y Jorge Segura, fundador de Uncommon Finance.

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