Venezuela acelera el pago de deuda a Repsol con la mayor entrega de petróleo en 4 años

Venezuela disipa las dudas sobre sus intenciones de pagar con cargamentos de petróleo las deudas que acarrea con Repsol. Aunque el año arrancó con una entrega regular de barcos llenos de crudo en los puertos españoles, la crisis interna que ha vivido en estos meses el país gobernado por Nicolás Maduro, fuertemente presionado por la Administración estadounidense de Donald Trump, estranguló este pago de deudas que realiza la petrolera estatal PDVSA hasta reducirlos a la mínima expresión.

Sin embargo, tras unos meses dubitativos, algunos de los cuales incluso no llegó a contabilizarse importación alguna de petróleo venezolano, en el mes de septiembre ha entrado un aluvión de crudo del país latinoamericano. Las entregas en este mes se han elevado a las 378.000 toneladas de petróleo, una cantidad no vista desde noviembre de 2015, cuando llegó un total de 379.000 toneladas de petróleo procedente de Venezuela, según los datos oficiales de Cores.

Actualmente, el petróleo que llega a España procedente de Venezuela tiene como fin saldar deudas que aún tiene PDVSA con Repsol. Compensa de esta manera las inversiones que ha hecho la firma del Ibex 35 en los últimos años en algunas de los yacimientos que estaba explotando como Petroquiriquire, Petrocarabobo o Cardón IV.

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Esta operativa se hace, además, con arreglo al juego de sanciones internacionales impuesto por Estados Unidos frente a Venezuela. Según destacaba la multinacional presidida por Antonio Brufau hace una semana, "Repsol ha adoptado las medidas necesarias para continuar su actividad en Venezuela, incluyendo la recepción periódica de crudo en pago de deudas, con pleno respeto a la normativa internacional de sanciones, y está haciendo un seguimiento constante de su evolución y, por tanto, de los eventuales efectos que pudieran tener sobre las señaladas actividades".

La entrega de petróleo por parte del Ejecutivo chavista de Nicolás Maduro se normaliza a medida que se consolida la situación política en el país. Aunque muchos expertos en geopolítica advertían que la irrupción de Juan Guaidó acabaría propiciando la caída del sucesor de Hugo Chávez, la realidad por ahora no camina en ese sentido. Pese a que la situación humanitaria sigue castigando al país, la presión sufrida por los actuales dirigentes de Venezuela hace pocos meses ha bajado de nivel.

El conglomerado indio Reliance anunció el pasado mes de octubre que retomaba la compra de petróleo con Venezuela. Fue precisamente cuando la crisis alcanzaba su mayor nivel, el pasado marzo, cuando esta multinacional decidió interrumpir totalmente sus negocios con PDVSA.

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Cabe destacar que desde principios de año se amplió el régimen de sanciones y el país está viviendo episodios críticos con apagones de luz que convirtieron las calles de su capital, Caracas, en un lugar completamente sumido en el caos.

En lo que respecta a Repsol, al margen del cobro de deudas, su presencia en el país cada vez es más limitada. En el último trimestre volvió a reducir su exposición patrimonial hasta los 351 millones de euros. Su aventura fallida en el país le ha generado fuertes provisiones que superan los 1.000 millones de euros. No obstante, ante la reducida presencia, Venezuela deja de ser un foco de preocupación para los analistas de la compañía.

En la última conferencia del consejero delegado, Josu Jon Imaz, los expertos no realizaron ninguna pregunta relacionada con el país latinoamericano, algo que no pasaba desde hace años, en que la presencia de Repsol en Venezuela era uno de los grandes lastres de la marcha operativa de la compañía.