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Crisis en Villar Mir: dimite el CEO de Ferroglobe y gran amigo de López Madrid
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Crisis en Villar Mir: dimite el CEO de Ferroglobe y gran amigo de López Madrid

Pedro Larrea, hombre de confianza de la familia y consejero delegado de la filial cotizada, ha comunicado al presidente su deseo de dejar la compañía a finales de año

Foto: El todavía consejero delegado de Ferroglobe, Pedro Larrea.
El todavía consejero delegado de Ferroglobe, Pedro Larrea.

La familia Villar Mir no gana para sustos con Ferroglobe, su filial metalúrgica, cotizada en la bolsa estadounidense. A los problemas con los acreedores por el desplome de la cotización se suma ahora la decisión de Pedro Larrea, consejero delegado del grupo, de abandonar sus funciones el próximo 31 de diciembre. Una salida que Javier López Madrid, presidente de la compañía, número dos del 'holding' familiar y amigo personal de Larrea, está intentando frenar para evitar dar una impresión de desbandada al mercado en un momento crítico para la familia.

Según distintas fuentes conocedoras de la decisión, el deseo de Larrea de dejar Ferroglobe viene desde hace casi un año. Pero dada su vinculación con López Madrid y su compromiso de transparencia con los inversores, el que fuera uno de los directivos clave de Endesa en Latinoamérica entre 1996 y 2009 decidió aguantar el ejercicio en curso. Especialmente, porque la compañía de los Villar Mir venía de un reconocimiento de unos resultados por debajo de los previstos —'profit warning'— en el último trimestre de 2018 que el consejero delegado se comprometió a corregir tras desplomarse la acción un 62% en una sola jornada.

Foto: El empresario Javier López Madrid, directivo de OHL. (EFE)

Aquel hundimiento ha provocado varias demandas de accionistas en los juzgados de Nueva York por información presuntamente falsa o incorrecta, tanto contra la compañía como contra el propio Pedro Larrea y contra Phillip Murnane, el director financiero. Precisamente, Murnane anunció su salida de Ferroglobe apenas 11 meses después de aceptar el cargo. Ahora, según las mismas fuentes, el que ha anunciado internamente su intención de marcharse es el consejero delegado, un hombre considerado clave y cuya permanencia se califica como un elemento de riesgo para el futuro del grupo.

“El éxito a largo plazo de las operaciones depende de forma significativa de la continuidad de las personas estratégicas de la cúpula directiva. En particular, dependemos de las habilidades, conocimiento y experiencia de Javier López Madrid, el presidente ejecutivo, de Pedro Larrea, consejero delegado, y Philip Murnane, director financiero. Si estos directivos no continúan en sus respectivos roles o si no somos capaces de atraer y retener otros empleados especializados, nuestro negocio, resultados y situación financiera podrían verse afectados negativamente”, explica la compañía en su última memoria anual.

Larrea, que tiene una cláusula que le impide irse a un competidor durante un tiempo determinado, no ha revelado a los Villar Mir su nuevo destino. Y se ha puesto a disposición de la familia para hacer una transición ordenada. Su sustituto podría ser Benoist Olivier, que el pasado 1 de octubre fue nombrado director de operaciones y adjunto al consejero delegado. Olivier había sido designado en mayo responsable de producción de Europa, África y Asia para relevar a Juan Carlos Sánchez, otro histórico de la familia, que decidió retirarse tras 40 años en el grupo.

placeholder Javier López Madrid, llegando a declarar en los tribunales. (EFE)
Javier López Madrid, llegando a declarar en los tribunales. (EFE)

El todavía consejero delegado percibió el pasado año 2,62 millones de dólares en concepto de remuneración. Una cantidad que se divide entre 740.800 dólares por el salario fijo, 297.700 dólares por otros beneficios, 126.800 dólares por aportación a su plan de pensiones, 182.000 dólares por el bonus anual y 1,38 millones de dólares en concepto de incentivo a largo plazo. Esta compensación proviene en parte de un plan de opciones sobre acciones que le fueron concedidas en 2016 y que tenían un precio de ejercicio de cero dólares. Antes de su primer derrumbe, en marzo de 2018, la cotización llegó a cambiarse por encima de los 16 dólares.

Salidas del consejo

Las marchas de Larrea y de Murnane no han sido los únicos abandonos en Ferroglobe. Este año decidieron dejar el consejo de administración Javier Monzón, también amigo personal de López Madrid, y Pierre Vareille. El primero, actual presidente no ejecutivo de Prisa y de Openbank, filial de Banco Santander, ha estado cerca de tres años y medio en el órgano de gobierno de la compañía, mientras que el segundo no ha llegado a dos años.

Estos movimientos de personal se producen mientras López Madrid intenta enderezar los resultados del grupo mediante un plan de ahorro de costes que incluye el traslado de la sede de Ferroglobe de Londres a Madrid. La compañía ha reducido la producción de algunas de sus plantas y ha vendido filiales, como Ferroatlántica. Pero el mercado sigue sin confiar por la caída de los precios de los metales. De hecho, la cotización acumula un batacazo del 50% en lo que va de año (en 2018, se hundió un 90%), mientras los bonos se cambian al 67% de su valor nominal. La compañía, que llegó a valer más de 2.000 millones de dólares, apenas capitaliza 132 millones.

La familia Villar Mir no gana para sustos con Ferroglobe, su filial metalúrgica, cotizada en la bolsa estadounidense. A los problemas con los acreedores por el desplome de la cotización se suma ahora la decisión de Pedro Larrea, consejero delegado del grupo, de abandonar sus funciones el próximo 31 de diciembre. Una salida que Javier López Madrid, presidente de la compañía, número dos del 'holding' familiar y amigo personal de Larrea, está intentando frenar para evitar dar una impresión de desbandada al mercado en un momento crítico para la familia.

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